61
Eloy repitio una y otra vez el numero de telefono que acababan de darle en informacion, e introdujo una moneda de cien pesetas por la ranura superior del aparato antes de marcarlo. Mientras lo hacia, no aparto los ojos del cruce donde habia quedado con Cinta, Santi y Maximo. Aun era pronto para que apareciesen, pero se mantenia alerta por si acaso.
– Hospital Clinico, ?digame?
– La familia de Luciana Salas, por favor. No se si sigue en la UCI o esta ya en una habitacion…
– Espere, no se retire.
Espero, unos largos segundos. El corazon se le acelero en el pecho a medida que se aproximaba el momento de la verdad. Tuvo que pasar otro filtro mas. De pronto escucho la voz de Norma.
– ?Si?
– Soy Eloy -cerro los ojos y mantuvo todo su ser en vilo.
No tuvo que preguntar nada.
– Sigue igual.
– ?Ah!
– ?Donde estas?
– No te lo creerias -suspiro.
– ?Por que?
– Ando detras del tio que les vendio esas mierdas.
– ?Que?
– Es igual, dejalo. Supongo que no es mas que una forma de hacer algo, aunque…
– Eres increible.
– Dile que la quiero.
– Vale.
– Pero diselo, ?eh? Yo creo que…
– Lo hare, tranquilo. Ahora esta Loreto con ella.
– ?Loreto?
– Ha venido, si.
Lleno los pulmones de aire. El telefono se puso de pronto a dar senales de que el dinero se estaba acabando. Y ya no tenia mas que decir.
– Esto se corta, adios.
– Adios, Eloy.
Se quedo con el auricular en la mano y la senal de la linea cortada zumbando entre los dos.
62
Fue al detenerse el taxi en un semaforo cuando Cinta rompio el silencio.
– Eloy es alucinante.
– ?Por que? -pregunto Santi.
– ?Tu que crees? -lo dijo como si pareciera evidente-. Sale del hospital esta manana hecho una furia, con Luciana medio muerta, y se mete a buscar al tio que anoche… -miro al taxista y no siguio hablando.
– Pero tiene razon -intervino Maximo-. Si conseguimos una pastilla de esas…
– Los medicos estan bastante despistados, ?no? -manifesto Santi.
– A mi me da un poco de miedo, por no decir mucho -plego los labios Cinta.
– ?Miedo?
– Yo estoy en coma, y tu te encuentras cara a cara con el tio que me ha dado eso. ?Que haces, le dices que necesitas otra pastilla para ver si asi me salvas o le das de hostias?
Santi parpadeo.
– Oye, ?no iras a pensar que Eloy…? -dudo Maximo.
– Solo digo lo que hay -repuso Cinta.
– Pero lo importante es conseguir esa pastilla -convino Santi.
– Ya, nos acercamos y le pedimos una. ?Crees que el tio va a estar tan normalito?
– De entrada, el tio no sabe que tu estas en coma -dijo Santi-, asi que normalito si va a estar.
– Otra cosa es que tras conseguir la pastilla, si es que Eloy tiene la suficiente sangre fria como para esperar, despues… -aventuro Maximo.
– ?Eh!, no somos heroes de comic -dijo Cinta.
– ?Has visto como se ha puesto Eloy esta manana con nosotros? -puso el dedo en la llaga Maximo-. ?Te imaginas con ese camello?
Cinta volvio a mirar al taxista. Parecia muy ocupado controlando el trafico de ultima hora de la tarde.
– Esas personas son peligrosas -advirtio Santi.
– ?Ese? No era mas que un mierda -dijo Maximo con desprecio.
– ?Y si lleva un arma?
– Oye -Maximo miro a Cinta-, ?que te crees, que esto es Nueva York o que?
– Bueno, sea como sea nosotros somos cuatro -tercio Santi.
– Me sigue dando miedo Eloy. Esta loco por Luciana.
Ese pensamiento los mantuvo en silencio en los instantes siguientes. El taxi se paro en un nuevo semaforo. El taxista les lanzo una mirada distraida por el retrovisor interior. La detuvo sobre ella, bastante rato, casi todo el que duro la espera ante el semaforo. Cinta se la acabo devolviendo, y el hombre retiro sus ojos.
– ?Vamos ya, que esta en verde! -protesto levantando una mano en direccion al vehiculo que le precedia.
63
Por primera vez en todo el dia, estaba quieto.
Podia pensar.
Deseo no hacerlo, y que los otros tres llegaran de una vez para ponerse en marcha. Por eso les habia citado cerca de su destino tras llamarles por telefono, aunque habia llegado antes. Probablemente ellos aun tardarian unos minutos. Demasiados.
?Y si hubiera ido solo?
No, que estupidez. Se lo habia repetido ya una docena de veces. Los necesitaba. De entrada porque el no conocia al camello, y Maximo si. Y tambien porque cuando lo tuviese delante…
?Que haria cuando lo tuviese delante?
Lo mas importante era Luciana, conseguir una pastilla. Pero aquel cerdo era el causante de que ella estuviese como estaba. Era como si la hubiese matado, aunque…
No, no era cierto. El camello no era mas que un eslabon de la cadena. Y el ultimo, el decisivo, eran ellos.
Ellos decidian comprar, y tomarsela. Ellos y nadie mas que ellos.
Un juego divertido.