mientras que solo en el diez por ciento aparecia mdma. El extasis y sus derivados, antes llamados 'la droga del amor', son ahora ya 'la droga de la muerte', como todas, porque aun suponiendo que sea verdad que no creen adiccion, su uso y mas su abuso, son como un billete a Ninguna Parte.
»El manual de drogas de diseno, e incluso el de bebidas utilizadas por nuestros jovenes, dejaria boquiabiertos a muchos de sus padres o profesores. La Real Academia de la Lengua no tiene ninguno de esos terminos en sus vetustas paginas. ?Habian oido hablar del popperazo? Inhalacion de nitritos. Provoca risas espasmodicas e impide dejar de bailar, todo en unos segundos. ?Saben lo que es un
»L.S.M. cayo por un golpe de calor la madrugada del viernes. Esta pasada madrugada, miles de pastillas habran sido ingeridas por un ejercito de acolitos de la noche. El proximo fin de semana sucedera lo mismo. La policia decomisa algunas partidas, pero ya no se trata de drogas duras que llegan de Colombia o Tailandia, ni de hachis procedente de Marruecos. Se trata de laboratorios clandestinos que aparecen en todas partes y que las fabrican sin cesar, llenando el mercado y sobre todo facilitandolas a precios muy asequibles. Nuestros hijos 'bailan con la muerte'; ya no es solo cuestion de divertirse, sino de explorar el lado oscuro de la realidad. La secuela que deje en sus mentes no lo sabremos hasta dentro de unos anos, cuando esas bombas de relojeria estallen y pasen factura. Entonces, como es natural, sera demasiado tarde para actuar. Puede ser una generacion sin letra, ni X, ni Z, ni P, o A. Puede ser la generacion esquizofrenica. Puede ser la ultima. Y la habremos creado nosotros, por no abrir los ojos a tiempo.
»L.S.M. tiene 18 anos, era campeona de ajedrez, una chica normal, modelica, buena estudiante, con unos padres felices y una hermana pequena. Tenia novio. Todo eso se ha ido en unos segundos, solo porque una pastilla se cruzo en su camino. El coma puede ser eterno, llevarla a un rapido y fatal desenlace, o cesar inesperadamente. Pero eso no ocultara la cruda realidad. Como decian los Beatles, los campos de fresas pueden llegar a ser eternos.
»L.S.M. bailo el viernes por la noche con la muerte, y sigue bailando.»
Mariano Zapata solto aire y asintio con la cabeza. Perfecto. Directo a las conciencias.
Periodismo y azote. Le gustaba. ?Oportunista? ?Demagogo? ?Sospechoso? ?Panfletario? Al diablo con todo. Era una noticia, y sabia como tratarla. Fuera cual fuera esa noticia, lo importante era el modo de presentarla, el tono, el envoltorio.
Penso en el inspector Espinos.
Iba a tener trabajo, mucho trabajo, pero ese era su problema.
– ?En marcha! -dijo poniendose en pie.
69
– ?Que edad tienen sus hijos, jefe?
No le gustaba que le llamasen «jefe». Le sonaba a pelicula de gangsters americana. Pero se olvido de ello por la sorpresa de la pregunta.
– Veintitres, diecinueve y quince.
– La mia tiene siete, y el golferas tres, que menudo toro esta hecho.
– Cuando son pequenos sufrimos porque son pequenos y parecen indefensos, y cuando son mayores sufrimos porque son mayores y se creen que lo saben todo -contesto Vicente Espinos.
Quiza lo mejor era hablar, aunque fuera de aquello. Llevaban demasiado rato en silencio, envueltos en el ruido del trafico del anochecer.
– Lo de esa chica es un palo, ?verdad?
– ?Lo dices por sus padres?
– Y por nosotros. La prensa va a hincarle el diente al tema. Una cosa es que la palme un drogata, y otra una chica normal y corriente que habia salido a divertirse.
– Cada fin de semana mueren una docena de chicos y chicas jovenes por accidentes de circulacion.
– Ya, pero son una docena, como dice. Esta esta sola, y ademas esta en coma, porque si te mueres, a los pocos dias ya no es noticia, pero como siga asi mucho tiempo… ?Pongo la sirena, jefe? Esto no se mueve.
– No, no la soporto.
– ?Sus hijos salen de noche?
Era una buena pregunta.
– Si -convino con desgana.
– Y llegan de madrugada, claro. Como todos.
No hacia un mes que le habia encontrado a Fernando, el de diecinueve anos, una pastilla de hierba en un cajon.
– Roca, no me toques los huevos, ?quieres?
– Jefe, si yo solo…
– Y no me llames jefe.
– Vaya -suspiro el policia-, parece que este va a ser un caso movido.
Tenia su gracia, por el acento y la forma de decirlo, asi que hasta forzo una media sonrisa en sus labios.
– Tu estate alerta con el toro ese que dices que tienes, que ya veras dentro de quince anos.
– No, si ahora ya puede conmigo.
– Pues eso.
– Pero una buena leche a tiempo…
– Ya.
– La culpa es nuestra, que como se lo damos todo hecho…
– Roca.
– ?Que, jef… inspector?
– No me filosofees, ?vale? Y pon la sirena para salir de este atasco, pero luego la apagas.
No tuvo que decirselo dos veces.
En un minuto ya estaba pisando el acelerador casi a fondo.
70