– Que vaya a verte, por fin.

– Yo si -suspiro ella-. Yo si.

Y sonrio con toda la ternura de su corazon.

TERCERA PARTE

Pais Dogon, Mali (del 9 al 14 de abril de 2013)

28

En el Bamako Senou International Airport de Bamako, la capital de Mali, una verdadera caja de zapatos, Georgina Mir consiguio el visado de estancia por un mes de duracion y cambio moneda. Abono el alto coste del visado en efectivo y guardo los demas francos CFA mientras le advertian en frances de que no en todas partes aceptaban tarjetas de credito y, en cualquier caso, solo VISA. Durante el vuelo y en las largas horas de espera en Amman y Argelia, habia estado documentandose sobre ese y otros detalles de la vida cotidiana en el pais africano. Casi milagrosamente, David ya se encontraba esperandola tras un vuelo de once horas via Paris desde Madrid, como le habia confirmado por telefono. Su companero aguardaba su aparicion, nervioso, en la Terminal.

Cuando se unieron en el primer abrazo y el primer beso, Joa dejo de temblar.

Permanecieron asi, fundidos estrechamente por espacio de un minuto. Hasta que sus manos apreciaron el tacto del cuerpo amado y sus mentes restablecieron un primer atisbo de paz.

– Carino… -susurro el.

Le ofrecio de nuevo su boca, con avidez, y David la tomo apurandola con cada beso hasta derretirla. Los ecos de los dias pasados en las playas del Carmen, en la Rivie-ra Maya, volvieron a ellos con una intensidad huracanada. Cuando por fin los nervios menguaron y la realidad se impuso, descubrieron que estaban agotados.

– Siento que todo este tiempo… -trato de decir ella.

– Sssh… -la hizo callar-. Ya no importa. Estas aqui.

– Vamonos. Nos estan mirando.

– Que miren.

– Precaucion. Nunca se sabe en algunos paises.

David tenia la bolsa con su equipaje a un lado. Joa al otro. Las recogieron y fueron directamente a una agencia de alquiler de coches. Los tramites fueron rapidos, sobre todo cuando el coche que alquilo ella fue el mejor todoterreno de los que tenian en cartel y sin regatear precio. Buenos clientes, firmes sonrisas. Las recomendaciones de precaucion llegaron despues. Malas carreteras, pistas dificiles, accesos complicados… Lo primero: llevar siempre gasolina en bidones para prevenir cualquier emergencia. Lo segundo: entender que aquello era Africa. Precaucion por encima de la temeridad, la prisa o el relajamiento. Por suerte llegaban en la temporada seca, que se extendia hasta junio, y no tendrian lluvias torrenciales que los barrieran de la faz de la tierra.

Diez minutos despues, ya fuera del aeropuerto, Joa detenia el coche en un arcen de la carretera para abrazar de nuevo a David y besarse.

Cada mirada era por fin un balsamo de paz, una isla en mitad de la tormenta.

– ?Cuando acabara todo esto? -le pregunto el.

Joa no le respondio.

– Ahora estamos juntos y ya no me importa el tiempo -musito-, salvo el que tardemos en dar con Amina.

– ?Alguna novedad?

– No. Mira.

Le mostro un mapa del norte de Africa que extrajo de su bolso de mano. Habia en su interior muchos otros papeles, todos bajados de Internet y relativos a su destino, el pais Dogon en el corazon de Mali.

– Amina salio de Jordania por la peninsula del Sinai, y luego tuvo que atravesar Egipto, el sur de Libia y el norte de Niger hasta llegar a Mali. Hay conflictos en Sudan, el Chad, y tuaregs en pie de guerra al sur de Argelia… No lo habra tenido facil.

– Me dijiste que utilizaba sus poderes de forma bastante arbitraria, todo lo contrario que tu.

– David, sabes que tengo mucho miedo con ellos.

– Deberias saber hasta donde puedes llegar, para asi controlarlos y dominarlos.

– ?Y si me dominan ellos a mi? Amina es peligrosa para los demas, pero probablemente tambien para si misma.

– ?Y si estas equivocada y ha ido a otra parte o se ha quedado en Jordania?

– No, ella ha venido a Mali. Lo se.

– Intuicion.

– Intuicion -asintio con la cabeza-, pero tambien logica. Estaba obsesionada con los dogones. Los investigo antes de desaparecer de Aqaba; me lo dijo el chico que les tenia en su casa.

– Dejame conducir a mi -le pidio-. Estas demasiado agitada.

– Es por ti -bromeo.

– Va, dejame.

Acepto la sugerencia. Siempre tomaba la iniciativa por estar sola, como sentarse al volante sin preguntar, y eso habia cambiado maravillosamente. Compartir decisiones y responsabilidad era un alivio. Le cedio su asiento y tomo otro mapa en el que se indicaba que carretera seguir hasta el pais Dogon. Primero desde Bamako hasta Koulikoro y Segou. Finalmente hasta Mopti, siempre siguiendo el rio Niger. Al este de Mopti habia senalizado con una marca el conjunto de las tierras de los dogones.

– Esto me recuerda nuestro viaje desde Guadalajara hasta las tierras de los huicholes -dijo David.

– Que lejos parece ahora aquello.

– ?Traes un dibujo de la cruz del Nilo?

– Si, espera.

Por tercera vez tomo el bolso. Los papeles estaban ordenados. Localizo el que le interesaba y se lo mostro a el mientras conducia. David le echo un vistazo sin apartar demasiado los ojos de la carretera, porque el trafico era abundante.

– Es bonita -concedio.

– He tenido mucho tiempo para reflexionar -manifesto Joa-. Creo que la cruz del Nilo es una marca, como la X de los viejos mapas de los piratas que senalizaban asi donde estaba enterrado el tesoro. Solo hay que situarla en un lugar concreto. Tenemos la marca. Nos falta el mapa.

– Ya, pero lo normal es tener el mapa y desconocer el lugar de la X, ?no crees?

– Tal vez, pero esa cruz es un legado que tiene miles de anos, y entonces las cosas no se hacian igual.

– ?Quieres que te diga la verdad?

– Claro.

– Se que tus intuiciones estan basadas en algo muy poderoso que guarda relacion con tus raices maternas y todo lo que anida en tu mente y que aun no conoces, pero sigo pensando que la respuesta esta en Egipto, no aqui. Podias haber buscado a Amina despues.

– Somos un tercio de algo. Amina, Indira y yo. Juntas seremos mas fuertes.

– Asi que despues… ?iras a por Indira?

– Supongo que si.

– Vamos por orden. ?Que haras si encuentras a Amina? ?Como sabes que ella estara de acuerdo en unirse a

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