– Ganas de pasarlo bien -se lo aclaro.
– Aqaba es algo aislado. Diferente. Muchas mujeres vienen, solas, solteras, viudas, divorciadas o casadas aburridas. En Aqaba muchos jovenes atractivos. Ellas buscan carino y amor, juventud perdida. Ellos buscan dinero, buena ropa, amistad y posibilidad de enamorar a turista y marcharse en busca de mundo mejor. Jordano buen amante.
Lo dijo sin falsa modestia.
– ?Cuanto hace que dura esto?
– Mucho.
– ?Y el gobierno…?
– Turismo trae divisas. Bueno para el pais. Aqaba lejos de capital. Mucha discrecion.
– ?Cuantos amantes llamados Hamid puede haber en Aqaba?
– No desanime -Resh puso cara de respeto-. Dos dias aqui y ya sigue buena pista de Amina.
– Con dinero es facil -apuro su copa de vino.
– ?No importa dinero?
– No.
– Porque tiene.
Se sintio mal por haber dado aquella respuesta tan categorica.
Resh suavizo su comentario.
– ?Puedo hacer pregunta?
– Adelante.
– ?Georgina Mir tiene hombre?
– Si -concedio.
– ?Por que el no aqui? ?No conoce secreto? ?Por que no estaba David alli, con ella?
– Conoce el secreto, pero esta en Barcelona.
– Yo indiscreto. Disculpe.
Joa se encogio de hombros. Se dio cuenta de que ella ni siquiera le habia preguntado a su guia si tenia familia. Una falta de sensibilidad. Pero lo que menos deseaba era mantener ahora una conversacion trivial sobre el tema, o que Resh le mostrara fotografias de media docena de ninos. Al otro lado de los cristales del pequeno restaurante turistico la noche era muy placida. Un pequeno televisor situado sobre la barra rompia el silencio mientras hablaba del tema de moda: el cambio climatico cada vez mas acelerado y descontrolado. Las opiniones de los expertos eran progresivamente mas encontradas. En la pantalla un cientifico canadiense llamado Cavanaugh afirmaba que la Tierra podia cambiar su eje de rotacion en unos meses. No anos. Meses. Y que con ello toda la vida en el planeta quedaria alterada. Adios a los Polos. Adios al equilibrio. El planeta necesitaria readaptarse, crear nuevos sistemas, readecuar las corrientes marinas, las estaciones… Joa se estremecio.
Habian hablado precisamente de eso en Yucatan. Los mayas habian anunciado el fin de la humanidad, pero no como extincion, sino como cambio, la necesidad de readaptacion, la obligatoriedad de asumir un nuevo papel en la evolucion. Reciclarse o morir. Subir el liston del ser humano y situarlo en otra esfera mas solidaria y vinculante de cara al futuro o desaparecer como raza. Tomar conciencia del punto de inflexion o sucumbir. La llegada de la nave fue el punto culminante de todo ello.
Pero nadie, salvo unos pocos, sabian ese detalle.
Y en aquellos meses todo se estaba acelerando.
– Alarmistas -desgrano Resh Abderrahim al darse cuenta de que ella estaba atenta al documental.
– Cavanaugh no es un alarmista -lo defendio Joa.
El cientifico daba arduas explicaciones para sustentar sus teorias. Hablaba de las corrientes marinas principalmente, pero tambien del Sol, de sus explosiones, de la energia que…
A alguien mas no le gusto lo que decia, porque un camarero cambio de canal y una pelicula arabe sustituyo la imagen internacional.
Joa acabo de cenar. Su companero la dejo sola con su silencio. Compartieron algunas pocas palabras mas y luego se retiraron.
Ella entro en su habitacion de hotel llena de deseos de telefonear a David aprovechando la diferencia horaria. En Espana era mas temprano. Pero cuando tuvo el movil en la mano ni siquiera lo intento. Un subito desfallecimiento la hizo caer en la cama. ?Que le contaba, que habia recorrido Petra cumpliendo uno de sus suenos? ?Que seguia tras la pista de Amina rumbo a la sorprendente Aqaba? ?Que si daba con esa joven ni siquiera sabria que hacer, salvo tratar de convencerla de que siguieran juntas y regresar a Egipto en busca de la puerta que las comunicara con sus antepasados extraterrestres?
?Y por que la llamaba su hermana? ?Su madre y la de Amina lo eran? ?Hermanas? Quiza las hubiesen fabricado en un laboratorio. Cobayas soltados en la Tierra como experimento.
No queria sentirse derrotista, ni triste. Una llamada y David estaria a su lado en veinticuatro horas. Pero primero Amina. Despues…
Cuando desperto, ocho horas mas tarde, seguia vestida sobre la cama, con el movil a un lado.
Se ducho, se cambio de ropa y bajo a desayunar.
Resh Abderrahim ya la esperaba para continuar el viaje hasta Aqaba.
25
La diferencia entre Aqaba y Elat fue lo primero que la conmociono al desembocar en la suave pendiente que conducia la carretera hasta la primera de ellas. Una diferencia basada en el perfil urbano de dos mundos opuestos, mucho mas moderno el israeli, mucho mas primitivo el jordano. La frontera era invisible. Una linea hasta el mar. La realidad no, era mas que visible. A su derecha bullia un horizonte lejano para los que se encontraban a la izquierda. -?Aqaba! -saludo Resh ajeno a ello. Buscaron un hotel. Lo encontraron cerca de la playa, el Intercontinental. Un hombre jordano y una mujer extranjera, joven, viajando solos y pidiendo habitaciones separadas fue de nuevo motivo de miradas en apariencia casuales pero cargadas de intenciones. La habitacion era comoda, con pocos detalles locales y si mucho de occidental. Un hotel tan impersonal como lo eran en Espana todos los que jalonaban la costa, sobre todo el Levante. Joa salio al balconcito y contemplo una escena que le revolvio su condicion femenina y feminista. Frente a ella, un hombre se banaba con tres ninos. Sus gritos de felicidad se escuchaban generosos. Sus risas eran todo un canto. Pero en la orilla, apretadas bajo una palmera que apenas si les daba sombra, localizo a la esposa y a otras tres ninas, vestidas de negro de arriba abajo. Desde su posicion podia distinguir las caritas de las ninas, viendo muy serias y tristes como sus hermanos se banaban mientras que ellas, por su condicion de mujeres, se veian obligadas a esperar a que se pusiera el sol.
Entonces si lo harian, pero sin quitarse un centimetro de su ropa.
Cerro la terraza sintiendose incomoda y bajo al hall. Una vez mas, Resh ya la esperaba.
No le dijo nada del tema. Era un buen hombre, pero quiza hiciera lo mismo con su familia si la tenia.
– ?Dispuesta para busqueda de Hamid?
– Primero vamos a comer algo. Puede que luego sea mas dificil.
– Buena idea. Jovenes aparecen mas de noche -estuvo de acuerdo el.
Almorzaron en el restaurante del hotel. Dejo que Resh pidiera por ella algo tipico de alli tras decirle lo que no le gustaba y por segunda vez decidio no hacerle preguntas a su companero que violaran la discrecion sobre si mismo que este parecia mantener.
En el restaurante habia tres mujeres solas ademas de un matrimonio con aspecto americano y otro arabe con un nino y una nina.
Joa miro a las mujeres.
Blancas, extranjeras, una treintanera, las otras dos mas de cuarenta. La primera leia un libro con los cinco sentidos puestos en el. Era atractiva, muy atractiva. Una de las otras dos fumaba con la mirada dirigida a la calle y la otra mantenia la cabeza baja, como si le diera verguenza levantarla. La que miraba en direccion a la calle escrutaba el panorama, seguia atentamente el paso de la gente. Al aparecer un joven candidato su atencion se hacia mas evidente.
Cuando concluyeron la comida abandonaron el restaurante y salieron al exterior. Aunque fuese primera hora