containers vieron la enorme estructura de acero que se levantaba en un patio del fondo. Era una construccion conica, de seis metros de alto, de acero acanalado, sostenida sobre cuatro patas hidraulicas y pintada con pintura antioxido de un color ladrillo oscuro. Parecia un aparato estratosferico, una piramide prehistorica o quiza un prototipo de la maquina del tiempo. Luca llamaba a ese objeto conico e inquietante el mirador.

Solo se podia entrar por abajo, deslizandose entre las patas tubulares hasta que adentro -al incorporarse- uno se encontraba en una carpa metalica triangular, alta y serena. En las zonas interiores habia escaleras, montacargas de vidrio, plataformas tubulares y pequenas ventanas enrejadas. La construccion terminaba en un ojo de vidrio de dos metros de diametro, rodeado de pasillos de metal, al que se ascendia por una escalera de caracol que desembocaba en una sala de control con grandes ventanales y sillones giratorios. Desde ahi, en lo alto, la vista era magnifica y circular. Por un lado se podia ver, segun Luca, la esfera celeste, pero adaptando una serie de espejos colocados sobre placas cuadradas y movidos por brazos mecanicos se podia vigilar tambien el desierto. A lo lejos se veia el destello de las grandes lagunas del sur de la provincia y los campos inundados, una superficie clara en la vastedad amarilla de la llanura; mas cerca se veian los terrenos sembrados, los animales dispersos por la llanura, los caminos que cruzaban entre los montes, al costado de las estancias, y, por fin, tirados sobre la izquierda, como un banco encallado, se alcanzaban a ver los techos de las casas altas del pueblo, la calle principal, la plaza y las vias del ferrocarril.

Frente a los sillones habia un tablero con instrumental electrico que permitia hacer girar los espejos y tambien provocar una leve oscilacion en la piramide. Sobre tres grampas sostenidas sobre las paredes de acero habia colocado tres televisores Zenith conectados entre si por una compleja red de cables y de antenas moviles. Las pantallas, al encenderse, conectaban con canales simultaneos y permitian seguir al mismo tiempo imagenes distintas.

– Hemos pensado llamarla Nautilus a esta maquina, que es la replica de una nave espacial, no es un submarino, es una maquina aerea que solo produce movimientos en la perspectiva y en la vision de lo que se ve venir. Este es el anuncio de la nueva epoca: vehiculos quietos que traeran el mundo hacia nosotros en lugar de tener que viajar nosotros hacia el mundo.

Habia tardado casi un ano en construir la piramide, los instrumentales y las guias. Habia aprovechado la tecnologia del taller para el plegado de las grandes planchas de metal y el encofrado sin soldadura habia sido un trabajo de relojeria.

– Todavia no esta terminada. No esta terminada y no creo que podamos terminarla antes del invierno.

La posibilidad de que la fabrica fuera confiscada el mes proximo, cuando venciera la hipoteca que debia levantar, lo tenia obsesionado. Habia recibido la invitacion del tribunal para una audiencia de conciliacion, pero la habia postergado porque pensaba que todavia no estaba preparado.

– Recibimos el telegrama hace una semana. Nos invitaban a parlamentar, no usaban esa expresion pero ese es el sentido. Quieren sentarse a negociar con nosotros y a discutir el destino de los fondos incautados. Estamos dispuestos. Veremos que nos proponen. Por el momento hemos postergado nuestra aceptacion. No le escribimos directamente al juez sino a su secretario y le mandamos a decir que nuestra empresa necesitaba tiempo y que pediamos una prorroga. Nos responden con telegramas o cablegramas pero nosotros solo les enviamos cartas. - Se detuvo-. Nuestro padre intercedio. Mi padre intercedio pero yo no le he pedido nada.

– ?Sabes lo que es esto? -pregunto Renzi, y le mostro el papel con la clave Alas 1212.

– Parece una direccion.

– Una financiera

– En el entierro de mi hermano Lucio, mi padre, aunque no se hablaron, decidio que le iba a hacer llegar la plata a Luca.

– Y la trajo Tony.

– Eran fondos familiares, dolares que el viejo tenia afuera, no podia o no queria hacerla entrar legalmente.

– Vendio el alma al diablo

Sofia se empezo a reir, de costado en la cama, apoyada en el codo, con una mano en la cara.

– ?Achalay! Pero vos vivis en el pasado… -Lo acaricio con su pie desnudo-. Ojala pudiera hacer ese pacto yo, pichon… sabes como agarro viaje, pero lo que me ofrecen, nunca me convence

– Mi padre me ha ayudado con ese dinero, sin que yo se lo pidiera, porque me vio en el cementerio cuando enterraron a Lucio, pero no le he pedido nada. Antes muerto. Me adelanto la herencia, pero no quiero saber nada con el. -Se empezo a pasear por el taller como si estuviera solo-. No, a mi padre no puedo pedirle nada, nunca. -No podia pedirle ayuda a quien era el responsable de toda su desgracia… Por eso habia vacilado, pero habia intereses superiores. Detuvo su marcha-. Mientras pueda mantener la fabrica en movimiento mi padre tendra su razon y yo la mia, mi padre tendra su realidad y yo la mia, cada uno por su lado. Vamos a triunfar. Ese dinero es legal, fue traido subrepticiamente pero eso es secundario, puedo pagar los impuestos punitorios a la DGI al blanquear el capital pero tengo la constancia de mi padre y de mis hermanas y de mi madre en Dublin, si hace falta, de que pertenece a la familia, son bienes gananciales y con ellos voy a levantar la hipoteca. Estoy a un paso de encontrar el procedimiento luminico, mi observatorio necesita apenas un pequeno retoque y no puedo parar. -Prendio un cigarrillo y fumo ensimismado-. No confio en mi padre, algo se trae bajo el poncho, estoy seguro de que el fiscal trabaja para el y por eso, si no me engano, debo ser claro. No entiendo sus razones, las de mi padre, y el no entiende la humillacion insondable a la que me somete al tener que aceptar ese dinero para salvar el taller, que es mi vida entera. [37] Este lugar esta hecho con la materia de los suenos. Con la materia de los suenos. Y debo ser fiel a ese mandato. Estoy seguro de que mi padre no ha sido responsable de la muerte de ese muchacho, Tony Duran. Por eso he aceptado de el lo que me corresponde de mi madre.

Esta iba a ser la base de su presentacion en el juicio. Si la fabrica era su gran obra y si ya estaba hecha y habia probado su eficacia, ?por que liquidarla, por que hacerla depender de los creditos? Pensaba que esos argumentos convencerian al tribunal.

En el juicio se jugaba la vida. Luca tenia una causa, un sentido y una razon para vivir y no le importaba otra cosa que esa ilusion. Esa idea fija lo sostenia con vida y no necesitaba nada mas, solo tener un poco de yerba para tomar mate con galleta y poder acariciar de vez en cuando al perro de Croce. Se habia quedado pensativo y luego dijo:

– Tenemos que dejarlos. Estamos ocupados ahora, nuestro secretario los va a acompanar. -Y, casi sin saludar, se encamino hacia la escalera y subio a los pisos superiores.

El secretario, un joven de mirada extrana, los acompano hasta la puerta de salida, y mientras los guiaba les dijo que estaba preocupado por el juicio, en verdad era una audiencia de conciliacion. Habia llegado la propuesta del fiscal Cueto, mejor dicho, Cueto les habia anunciado que tenia una propuesta sobre el dinero que su padre les habia enviado por medio de Duran.

– Luca no quiso abrir el sobre con esa propuesta del tribunal. Dice que prefiere llevar sus propios argumentos sin conocer previamente los argumentos de su rival.

Parecia alarmado o quiza era su manera de ser, un poco extrana, con ese aire desvariado que tienen los timidos. Los siguio por el pasillo y los despidio en la puerta, y al cruzar la calle Renzi vio la mole oscura de la fabrica y una unica luz que iluminaba el ventanal de los cuartos superiores. Luca los miraba detras del vidrio y sonreia, palido como un espectro que, desde el piso alto, los acompanara en medio de la noche.

Se habian oido ruidos abajo, en la entrada, y Sofia se detuvo, ansiosa, atenta.

– Ahi llega -dijo-. Es ella, es Ada.

Se escucho la puerta y luego unos pasos y un suave silbido, alguien habia entrado silbando una melodia y luego ya no se oyo nada, salvo una persiana que se cerraba en un cuarto al fondo del

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