biblioteca de las corazonianas.

Al final, habia una lista de los objetivos del trabajo: determinacion de fechas trascendentales, trayectoria de los restos y mantenimiento de la momia. Me fije en este apartado que, cripticamente, indicaba: 1.-Diagnostico de incorruptibilidad. 2.-Tratamiento del textil. 3.-Estudio de organos. Posibilidad de analisis ADN. 4.-Tratamiento de los restos con COMPLUCAD. Trabajos no iniciados.

Cada vez me parecia mas necesaria aquella reunion de expertos que me proponia hacer con los hermanos Domitila y Magi. De otro modo nos veriamos condenados a contratar ayuda externa y ?quien tiene mejores conocimientos de arqueologia eclesiastica que los propios eruditos pertenecientes al clero?

Llamaron a la puerta. Dominguez dejo ver fugazmente su filosofica jeta.

– Inspectora…

– Digale que voy enseguida.

– No se trata del comisario; es que han traido un informe para usted.

Lo tome de su mano con expresion neutra. Al salir, Dominguez se permitio un recordatorio.

– Pero el comisario la espera, se acuerda, ?verdad?

Lo mire con impaciencia y salio huyendo. El sobre contenia el informe pericial de la nota encontrada en el cadaver. Me alegro la claridad con la que estaba redactado.

«El documento analizado esta en soporte papel grueso de 19 milimetros color blanco, tamano DIN A4. Corriente en el mercado. No se aprecian huellas de ningun tipo en toda su superficie; lo cual indica que fue manipulado concienzudamente con guantes. Las letras estan dibujadas con trazo firme y seguro, pudiendo afirmarse con escaso margen de error que el autor de las mismas tiene conocimiento preciso de la escritura e iconografia gotica medieval tardia.»

Algo es algo, pense, por lo menos ahora podemos estar seguros de que el cartelito es obra de un experto; aunque ?experto en que: en dibujo, en historia, en falsificaciones? Todo aquello me parecia cada vez mas un laberinto en el que resultaba dificil orientarse. ?Por donde empezar? Una vez exploradas las pruebas iniciales, nada permitia lanzarse con impetu en uno u otro sentido. Consulte mi reloj. Ni acopiando toda la sangre fria del mundo podia posponer por mas tiempo mi visita a Coronas. En ese instante llamo el subinspector.

– Malas noticias, Petra. La testigo no aparece. Dicen en el albergue que hace tres noches que no va a dormir.

– ?Es normal que falte tanto tiempo?

– Parece que no. Alguna noche no se presentaba, pero tres seguidas es demasiado, sobre todo cuando hace frio. Por lo menos nos han ratificado que se llama Eulalia Hermosilla y figura como alcoholica cronica en la ficha del centro. ?Que hacemos?

– Venga aqui con las chicas. Si no estoy cuando lleguen, me esperan en el despacho.

Me dirigi a la cueva del ogro con paso firme y llame a la puerta con tres golpes mas firmes aun. Sabia que iba a verme obligada a lanzar un contraataque y preparaba las huestes mentales para ponerlas a batallar. El ogro cargo contra mi en tono ironico.

– ?Hombre, Petra, cuanto bueno por aqui! ?Empieza la cosa de manera fina y discreta! Tengo menos informes en el ordenador que un broker en Siberia. ?Seria muy impertinente preguntarle a que se dedican Garzon y usted?

– Comisario, sabe usted perfectamente que hemos tomado el caso de manos de los Mossos y que ellos se encontraban en una fase muy primitiva de la investigacion. Ha sido necesario reiniciar muchas diligencias, esperar los informes periciales y…

– ?Basta, basta, no me agobie con su retorica oficialista! El jefe superior quiere informes encima de su mesa ya. Ademas, ha considerado imprescindible que hable usted con el portavoz para que este pueda dar audiencia a la nube de periodistas que la han solicitado. Antes de que las filtraciones digan que ha sido la momia quien ha matado al fraile hay que actuar. De manera que, en cuanto salga de aqui reunase con Enrique Villamagna, el nuevo portavoz.

– A sus ordenes, senor. Pero antes…

– ?Dios mio, Petra, cuando la he oido decir: «A sus ordenes senor» ya se me han alterado los pulsos! ?Se puede saber que quiere?

– Necesito una dotacion especial de veinte hombres.

– ?Cojonudo! ?Usted sabe lo que son veinte hombres? Ya puestos, ?por que no pedimos refuerzos a la policia montada del Canada? ?Y para que necesita semejante batallon?

– Ha desaparecido la testigo que vio sacar el cuerpo del convento, senor. No hay manera de dar con ella.

– Pero ?no era una mendiga? ?Estara en cualquier parte!

– Ese es el problema, senor, que estara en cualquier parte y yo la necesito para interrogarla inmediatamente.

– Ya lo hicieron los Mossos d'Esquadra y al parecer estaba muy tronada, no pudo anadir mucho mas de lo que dijo.

– No podemos renunciar a un interrogatorio mas amplio y profundo, senor, y en otras circunstancias diferentes de las de una investigacion que comienza, que no son las ideales.

Se paso las manos por los ojos en un amago teatral de gesto desesperado.

– Esta bien, inspectora, esta bien. Le dare veinte hombres durante tres dias. Ni uno mas. Si despues de ese tiempo no hay nada nuevo, siga con su equipo habitual.

– Muchas gracias, senor, es lo justo.

– Haga el maldito favor de dejarme calibrar a mi lo que es justo y lo que no lo es y vaya a redactar esos informes, pero despues de hablar con Villamagna. ?Esta claro?

– Muy claro, senor.

Coronas no era un mal hombre, despues de todo. En cuanto redactara el dichoso informe me dejaria en paz. La cadena de mando policial no era muy diferente de la cadena alimentaria; solo que en nuestro caso, lo importante era obtener comida del de abajo para dar de comer al de arriba. Yo elaboraria el informe que serviria para dejar conforme al comisario que, a su vez, dejaria conforme al jefe superior. ?Y de donde sacaria yo el alimento?; de los subordinados que me esperaban en el despacho. En esa organizacion sencilla, surgian sin embargo parasitos extranos que necesitaban una pitanza suplementaria y especial cuyo destino era la prensa del pais, el total de los ciudadanos, la res publica. Comprobe semejante anomalia en el momento en que Enrique Villamagna atajo mi paso sigiloso en medio del pasillo. Era pelirrojo como Judas y casi tan interesado como el. Se habia estrenado en el cargo solo hacia unos meses y apenas si alcanzaba los treinta anos. Habia estudiado en la academia de policia al mismo tiempo que se licenciaba en periodismo. Por eso, y por sus muchas ganas de hacerlo bien, estaba considerado como un autentico numero uno. Pero su mayor peculiaridad, que a mi me parecia divertida, consistia en mostrarse como una verdadera personificacion de la dualidad Doctor Jekyll y Mister Hyde. Quiero decir que en las ruedas de prensa aparecia como un buen chico, voluntarioso y atento, contestando con educacion exquisita las preguntas de los periodistas. Para ello utilizaba un lenguaje eclectico, a medio camino entre lo informativo y lo policial, que resultaba efectivo y moderno. Solia ir vestido para esas ocasiones con impecables trajes de corte actual que lo emparentaban con toda una generacion de jovenes ejecutivos de exito indudable. Por el contrario, cuando circulaba por las comisarias al abrigo de las miradas exteriores, su aspecto remitia al de un hooligan despues del partido: tejanos de bordes deshilachados, camisetas con algun logo impertinente y zapatillas deportivas. Su lenguaje entonces era el de un carretero. Nunca habia visto un caso de doble faz tan natural y espontaneo.

Al verme se acerco con una sonrisa amplia y generosa.

– ?Carajo, la celebre inspectora Petra Delicado! Cuando me dijeron que tenia que tratar contigo me puse contento de verdad. La mas guapa, lo mejor parido de la policia de Barcelona.

– ?Como estas, Villamagna? Bien o mal me parieron hace los suficientes anos como para desconfiar de los piropos.

– ?Tonterias!, estoy por decirle al jefe superior que informes tu directamente a los plumillas sobre el caso del fanatico religioso, asi veran la belleza de las feminas de la pasma.

– ?Fanatico religioso? No se de que me hablas.

– Venga, Petra, no me vaciles. Desde que se ha sabido lo del crimen del fraile, todo el mundo anda a vueltas con el puto fanatico religioso.

– No se quien habra sido el tarado mental que ha filtrado semejante cosa; porque te aseguro que anda

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