– ?Es una especie de subnormal? -pregunto Garzon, presto a bajarle la moral al sospechoso.
– ?No!, para el trabajo es bueno, y en el colegio iba pasando. Puede que no sea una lumbrera, pero tiene inteligencia de sobra para todo. Lo que tiene raro es el caracter, su manera de ser. Mi padre dice que cuando vivia mi madre era mas comunicativo, pero que luego se cerro. Yo no me acuerdo, puede que sea asi.
– Y con todo eso, ?adonde quieres ir a parar?
– Pues a que yo estoy acostumbrado a no hacerle preguntas porque no sirve de nada. Si el me cuenta algo, bien, y si no…pues tan contentos.
– Vale, pues entonces reconoce que el te conto que habia matado al hermano Cristobal y robado la momia del convento. Si es que no le ayudaste tu en eso tambien -apunto muy oportunamente mi companero.
– ?Yo? ?Pero yo es que alucino, de verdad! ?Para que iba a querer Juanito matar a un cura? ?Y llevarse una momia?
– ?Y no alucinaste cuando te pidio ayuda? Porque con la misma logica: ?no alucinaste de que Juanito quisiera intimidar a una mendiga? ?Para que o por que querria hacer una cosa semejante?
Dio sintomas de flaqueza. Se restrego los ojos con los nudillos, permanecio callado durante un rato, nosotros tambien. Luego dijo:
– ?Va a durar esto mucho mas? Estoy cansado.
– No, enseguida acabamos -le contesto Garzon-. En cuanto nos digas la verdad, nos vamos.
– ?Que mas quieren que les diga?
– Empezaremos desde el principio: ?donde se esconde tu hermano?
Empezo a sollozar, se tapo la cara con las manos.
– ?Quiero irme, quiero salir de aqui!
– ?Sigues sin necesitar un abogado?
– ?No quiero un puto abogado, no lo necesito! Solo quiero largarme, no tengo nada que ver con esto.
– ?Como prefieres el jamon: dulce o salado?
– ?Y eso?
– Te traeremos un bocadillo, un refresco. Te dejaremos descansar.
– ?Luego podre irme a casa? -pregunto ingenuamente. Garzon lo miro con desprecio.
– Estas detenido, muchacho, detenido y solo. No me gustaria estar en tu piel.
Salimos, dejamos al sospechoso bajo la vigilancia del policia Dominguez, y nos dirigimos al bar. Despues de haber pedido un bistec, le pregunte al subinspector.
– ?Como lo ve?
– Es debil, cantara.
– Nunca se sabe. Si por lo menos supieramos en que sentido hemos de dirigir las preguntas… ?pero no tener ni una mala teoria que abonar!
– Mejor, asi nos sorprendemos, mas emocion -dijo hincando los dientes en un pedazo de pan.
No pensaba como el. Todo lo que podiamos hacer era dar vueltas alrededor del chico como buitres esperando a que nos lanzara alguna carnaza con la que intentar alimentar motivos que articularan y convirtieran en logica aquella locura. Garzon, que daba cuenta de su plato como si nunca hubiera hecho nada mas importante, dijo entre mordisco y mordisco:
– Lo mas probable es que lleguemos al final en pleno despiste; pero da lo mismo, inspectora. El punto esta en que este parvulo nos diga donde se encuentra su hermano. Y lo hara. Con el encontraremos a la monja y, probablemente, a la puta momia mutilada.
– No cree que sea cierto nada de lo que dice, ?verdad?
– Ni una palabra, pero le haremos cantar.
– Me pregunto como.
– Por acoso. No creo que aguante demasiado. No se trata de un tipo fuerte. ?Ha visto como lloraba cuando su padre lo rechazo?
– A veces los debiles se convierten en rocas. Parece acostumbrado a nadar en contra de la corriente.
– No lo creo. ?Le apetece un pastelito?
– No tengo el cuerpo para dulces.
– Entonces voy a pedir que nos preparen un termo de cafe. La noche sera larga.
Mientras lo hacia llame de nuevo a Marcos. Me contesto esta vez.
– ?Has oido mi mensaje? Esta noche no ire a dormir.
– Si, Petra, lo oi. ?Ha sucedido algo grave?
– Tenemos que quedarnos a interrogar a un sospechoso.
– ?Y eso durara toda la noche?
– Al menos hasta que el tipo quede extenuado.
– ?Que desagradable! -fue su comentario, y me molesto.
– Te recuerdo que soy policia, no decoradora de interiores.
Noto perfectamente mi tono hostil y contraataco.
– Lo se muy bien, si decoraras interiores quiza te veria un poco mas.
– Buenas noches, no tengo tiempo para altercados conyugales.
Colgue. Los malentendidos entre parejas suelen resolverse con un par de bromas y un beso de paz; pero para eso hay que estar presente, convivir y charlar con normalidad. Un par de momias robadas mas y mi matrimonio se iria al infierno. Hace falta algo mas que amor y madurez para que una relacion se prolongue exitosamente: hace falta tiempo.
– ?En marcha? -pregunto mi companero con el termo bajo el brazo como si salieramos a un picnic.
– Vamos alla.
El policia Dominguez nos informo de que el sospechoso habia comido, bebido e ido al lavabo. Seguia esperandonos en la sala. Garzon entro con aire feliz.
– ?Que tal, muchacho, listo para volver a empezar?
El tal muchacho nos miro lugubremente. Estaba mas repuesto pero ponia cara de aburrimiento. Cogi las riendas.
– Antes de hacerte preguntas deberias saber de que te puede acusar el juez. A saber: de asesinato o complice de asesinato, de obstruccion a la justicia, de…
– El juez no tendra nada contra mi.
– Seguro que no -dijo con ironia el subinspector-. A lo mejor hasta te da un abrazo y un besito para compensarte de las molestias. Como tu padre, ?eh?
– Mi padre es un cabron -respondio el chico con calma-. Ya lo han visto, ?no? Lo dijo muy claramente: el tuvo hijos porque se empeno mi madre. Y cuando ella murio si hubiera podido borrarnos del mapa lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces. Para lo unico que le hemos interesado siempre es para trabajar. Por lo menos nunca lo ha ocultado, siempre fue muy sincero en eso. Algunos dias me daba la impresion de que estaba insinuando que la culpa de que mi madre estuviera muerta la teniamos nosotros.
– Oye chico… -replico mi companero con brutalidad-. Puede que la vida te haya tratado mal y arrastres muchos traumas infantiles. Lo siento, en serio. Pero aqui tenemos dos victimas, a quienes les han quitado la vida, y una monja a quien tu hermano al parecer mantiene secuestrada. Ninguno de ellos tenia la culpa de tu triste existencia. ?Me sigues?
– ?Yo no he tenido nada que ver en esas muertes! ?Y seguramente mi hermano tampoco!
– ?Ah, y la momia del beato! -anadio Garzon como si no lo hubiera oido-. ?Os divertisteis cortando en lonchas a fray Abulio como si fuera un salchichon?
– ?Este tio esta loco! -exclamo dirigiendose a mi.
– Este tio te dobla la edad. Se mas respetuoso con el -dije sin aparentar enfado ninguno-. Por cierto, ?que me dices de la monja?
– ?Que monja?
– La monja jovencita, sor Pilar. ?Se conocian ella y tu hermano?
– No conozco a ninguna monja.
– Pero quiza Juanito te hablo de ella.
– Ya le he dicho que Juanito no hablaba de nada.
Quiza debido al cansancio habia desarrollado una tactica de apatia controlada. Contestaba con una especie de