Juan dijo que si. Entonces el botones le dijo a Juan que en el hotel ya habian puesto 82 bombas. Le miro para ver que cara ponia. Juan no puso ninguna cara. El botones pelirrojo siguio diciendo en el ascensor que en el hotel habian recibido mas de trescientas amenazas de bomba. Y miro otra vez a Juan para ver la cara que ponia. Juan no ponia ninguna cara. Entonces Juan le dijo al botones pelirrojo que esperaba que esa misma noche pusieran tres o cuatro bombas en cada planta del hotel. Y miro al botones pelirrojo para ver la cara que ponia.

El botones se callo.

Entonces Juan siguio diciendole al botones que el estaba precisamente en este hotel de Belfast para contar las bombas que explotarian esta noche en el hotel. Esperaba que pusieran tres o cuatro en cada planta del hotel.

Y miro al botones pelirrojo que seguia callado.

?Sabia el botones pelirrojo cuantas plantas tenia el hotel?

El botones dijo que 26 plantas.

Entonces Juan saco su bloc de notas y anoto delante del botones pelirrojo el numero de plantas que tenia el hotel. Y el numero de bombas. 104 bombas.

Todavia tuvo tiempo de preguntarle algo mas antes de que el ascensor llegara a la planta donde estaba su habitacion.

?Has dicho 26 plantas?

Yes sir.

Pero esas 26 plantas ?incluyen la planta baja y el sotano del hotel?

Eso no lo sabia el botones. Creia que si. Pero no estaba seguro.

Luego le dio una libra y se encerro en la habitacion. Saco la maquina de escribir. Dejo los periodicos encima de la cama. Probo la cama. Una mierda. En realidad en aquella habitacion todo era una mierda. La mesa tenia el cristal roto. La silla estaba desfondada. El armario no tenia perchas. El bano era asqueroso. Pero lo mas repugnante eran las vistas tenebrosas de una ciudad hecha jirones.

Juan tomo posesion de aquella sucia jaula y empezo a redactar una de las cronicas que nunca enviaria a Damas y Caballeros. Siempre lo hacia asi. Lo primero que escribia en la habitacion de cualquier hotel era la falsedad vivida durante las ultimas horas de su fraudulento oficio. Otros hacian algo parecido llevando un diario intimo. Transportaban ese diario intimo a todas partes como quien lleva a mano la bolsa del mareo. No podian dar dos pasos sin abrir su diario intimo y vomitar algo. En cuanto notaban las primeras arcadas abrian el diario y volcaban alli toda la bilis. Esa gente llevaba un diario intimo como la mujer que lleva tampax en el bolso. Le viene la regla y no tiene que ir corriendo a la farmacia. Abre el bolso y agarra el cartucho. Se tapona el sexo. Pero el dejaba correr libremente la viscosidad de su hemorragia por el placer de impregnar con sangre y bilis la cama y las alfombras de todos estos hoteles. Unas veces guardaba los folios en la maleta. Otras los abandonaba alli mismo.

Aquella primera cronica de Belfast recreaba el dialogo con el botones pelirrojo del hotel. No era un vulgar botones pelirrojo. Juan lo transformo en victima del terrorismo. Al botones le faltaba un brazo. Cuando Juan le entrego la propina y el botones la recogio con su unica mano pudo advertir que esa mano con la que el muchacho arrastraba penosamente el equipaje tampoco estaba entera. Entonces lo llamo a toda prisa.

Hello!

El botones volvio. El botones sin brazo y con la otra mano incompleta se le quedo mirando en espera de alguna orden. Juan se limito a decirle que esta noche se olvidara de las bombas.

Un buen canonazo y a dormir todos.

Yes sir.

Juan habia dudado si darle otra libra de propina o no darle nada al botones pelirrojo victima del terrorismo. No se la dio. El botones desaparecio indignado.

?Por que no le dio otra libra? ?Tuvo miedo de ofenderle? ?Quiso ahorrarse una libra pensando que el cajero de Damas y Caballeros le habia dado poco dinero para este viaje? ?Sintio deseos de darle la libra a cambio de que el botones pelirrojo victima del terrorismo le contara que ocurrio exactamente con su brazo y con su cara?

Al llegar a este punto Juan interrumpio la cronica.

Sonaba el telefono. Un periodista radiofonico acababa de llegar al mismo hotel El conserje le habia dicho que habia otro periodista espanol alojado aqui. En realidad y como es costumbre todos los periodistas acaban yendo a los mismos hoteles aun sin ponerse de acuerdo. Esta vez no era una excepcion. El hotel estaba lleno de periodistas esperando que Boby Sands muriera de un momento a otro. Preferiblemente que muriera antes de las doce del mediodia del dia siguiente para tener suficiente tiempo de escribir la cronica con tranquilidad.

El periodista radiofonico recien llegado al hotel queria ver a Juan. Necesitaba pedirle un gran favor.

Se encontraron en el desayuno. A Juan le parecio que el periodista radiofonico era un tipo apocado. Tal vez cobarde. Solo por eso le cayo bien. Estaba harto de los cantamananas radiofonicos que van por el mundo como cazadores furtivos con el zurron lleno de bichos robados. Resultaban insoportables. Los veia enchufados al microfono como el bebe al biberon y salia en direccion contraria. Pero este periodista radiofonico con tan poco animo le cayo bien.

En la emisora me piden que cada hora les envie una cronica de Boby Sands. Boby Sands esta en la enfermeria de la prision. La prision queda lejos. En la prision no se puede entrar. Cerca de la prision no hay telefonos. No me dara tiempo a ir a la prision y preguntar como sigue Boby Sands y volver al hotel y entrar en el informativo de cada hora. ?Puedes llamarme tu poco antes de cada hora y contarme lo que pasa?

Juan le dijo que si.

El periodista radiofonico se tranquilizo.

Juan telefoneaba al periodista radiofonico y le ponia al corriente poco antes de cada hora tal como habian convenido.

Va de final. Ya ha perdido el habla.

?Que mas?

En la casa de Boby Sands la familia esta preparada para recibir el cadaver. En la casa hay un ambiente terrible. La familia esta destrozada. Sus padres estan hechos polvo. La casa es muy modesta.

Entonces el periodista radiofonico le interrumpia. Queria que Juan le describiera la casa por dentro.

?Como son los muebles? ?Estan pintadas o empapeladas las paredes? ?Hay platos con comida? ?Hay bebidas alcoholicas a la vista?

No. Es una de esas casas para obreros de estilo ingles con un pedazo de yerba delante. Lamparas con gatos de porcelana y algunas otras cosas horribles. La chimenea tiene una luz roja para que parezca fuego. Ese tipo de casa.

?Que mas?

Mucha policia. Y gente con cara de querer armarla.

?Gente joven?

El periodista radiofonico le daba las gracias.

Si no fuera por ti aqui no cazaba ni una. Llama en cuanto la palme. No te olvides de llamar. Si no llamas me hundo.

Juan empezo a tomarle gusto a su labor de enlace radiofonico. Sin embargo le tentaba la maliciosa idea de contarle al periodista radiofonico algunas falsedades.

La madre de Sands se ha abierto las venas.

Los soldados britanicos han ocupado la casa frente a la casa de la familia de Sands y apuntan con ametralladoras hacia la salita donde pondran el feretro de Boby Sands.

El feretro de Boby Sands ha caido por un terraplen durante el trayecto desde la prision hasta la casa de Boby Sands.

El periodista radiofonico se lo habria tragado. Habria creido tener la gran exclusiva sin soltar el bote de cerveza de la mano y sin moverse de la habitacion del hotel gracias a un colega de puta madre que le ponia al tanto en cada momento. El futuro del joven periodista radiofonico dependia de los resultados de esta importante labor informativa. Todo iba a las mil maravillas gracias al companero que le llamaba 10 minutos antes de cada hora para entrar en los informativos de cada hora.

Ha muerto.

?Que mas? ?Que mas? ?Donde esta el cadaver?

El cadaver de Boby Sands ha sido conducido a la casa de los padres de Boby Sands. Gritos en favor del IRA.

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