filosofia y liquidar algunas de sus mas fecundas aptitudes. Pero como veremos, y aunque en la mente de muchos espanoles siga instalado, aun hoy, como estereotipo indestructible de la Benemerita, aquel nuevo cuerpo troquelado por el designio dictatorial, solo a medias y transitoriamente tuvo exito tan habilidosa y ventajista maniobra. Desde su tumba, desde sus reglamentos y su Cartilla, y desde su conviccion e inteligencia, el duque de Ahumada iba a dar la batalla, atestiguando la solidez de su obra y salvandola de tamana degradacion.
Se materializo la refundacion franquista en la ya citada Ley de 15 de marzo de 1940. Por medio de ella se consumaba la liquidacion del cuerpo de Carabineros, de tan impertinentes querencias, refundiendolo en la nueva Guardia Civil, que a sus competencias tradicionales sumaba el resguardo fiscal y la vigilancia de fronteras y costas, incorporando en su seno al escaso contingente de carabineros que se habia salvado de la quema. Como senala Aguado Sanchez, la exposicion de motivos de la ley esta llena de argumentos pintorescos, por no decir sofisticos e inexactos. Valgan como ejemplo los siguientes:
Los acontecimientos politicos sufridos por Espana en el ultimo decenio, con la implantacion de la Republica, afectaron hondamente a todas las organizaciones nacionales, pudiendo asegurarse que no hubo una sola a la que no alcanzase el espiritu destructor de aquellos gobernantes. El benemerito Cuerpo de la Guardia Civil, creado por el Duque de Ahumada, y que constituyo la coronacion de la obra iniciada por la Reina Catolica con la organizacion de la Santa Hermandad, no se libro del influjo de aquellos hombres que, desde la oposicion, habian intentado minar el espiritu benefico del Instituto para crearle en el pais un ambiente de odiosidad, fomentando, por un lado, la lucha de clases y los movimientos revolucionarios, y, por otro lanzando desde el poder a la represion a las fuerzas de Orden Publico, con ordenes de crueldad hasta entonces desconocidas [alusion mas que probable a la orden de tirar a la barriga atribuida, pero nunca contrastada, a Manuel Azana en los sucesos de Casas Viejas]. Al acometerse la reorganizacion de las fuerzas de Orden Publico, hemos ele salvar del naufragio de la revolucion aquel espiritu y valores tradicionales que hicieron del Instituto de la Guardia Civil uno de los cuerpos mas prestigiosos en que se inspiro la organizacion de las fuerzas de Orden Publico en distintos paises. Recogiendo aquellas ensenanzas y mejoras que el transcurso del tiempo y las experiencias de la guerra han senalado como mas necesarias a los intereses nacionales, pretende esta ley…
No es preciso seguir, ni precisara tampoco el lector estrujarse las meninges para discernir cuales eran esos «intereses nacionales» que hacian «necesarias» las «mejoras y ensenanzas» que se trataba de poner en practica. Sobre el papel de Ahumada como ejecutor del plan de Isabel la Catolica mas vale extender un piadoso silencio.
Pero mas adelante el texto nos ofrece otras claves de interes:
Los Tercios de Frontera, que por esta ley se crean, nutridos con gente joven, de vocacion decidida, formaran unidades selectas que fortaleceran la organizacion militar de nuestras tropas de cobertura. El necesario enlace y compenetracion que ha de haber entre las unidades del Ejercito y las fuerzas de la Guardia Civil en el conocimiento, vigilancia y defensa de nuestras fronteras, han aconsejado que el mando superior de los indicados Tercios y de parte de sus unidades inferiores se asigne a jefes y oficiales del ejercito.
He aqui la primera senal de la segunda desnaturalizacion que se trataba de infligir al cuerpo, tras la nada desdenable, puesta sinuosamente de manifiesto en el parrafo anterior, de colocarlo por primera vez al servicio de una particular ideologia interpretativa de lo que debia ser Espana. Se trataba de convertir a la Guardia Civil en un cuerpo mas del ejercito, con misiones especializadas, eso si, como la labor de gendarmeria y ocupacion interior y la de centinela del perimetro territorial, pero organizadas sobre la base de y bajo la subordinacion a los mandos militares. Era esta una novedad notoria respecto del diseno de Ahumada. Cierto era que este habia optado por reclutar a los guardias de entre los miembros selectos del ejercito, por entender que ellos le aportarian la solidez y la disciplina que precisaba; que se habia empenado, ademas, en dotar al cuerpo de condicion militar (para mantener esa disciplina y esa solvencia en el servicio); y que se habia empleado a fondo para sujetarlo a la direccion de personal del ministerio de la Guerra, aparte de afinarlo para actuar como soporte y fuerza de reserva del ejercito en coyunturas belicas. Pero no era menos cierto que se habia cuidado de mantener a sus guardias como una fuerza independiente, y los habia dotado de una filosofia de servicio a la ley, a las autoridades civiles y al ciudadano (una vez mas, remitimos a la relectura de la Cartilla, en el capitulo 2 de este libro) que no era, ni muchisimo menos, la propia de un soldado. Y lo que Franco reforzaba con su ley era la condicion soldadesca, coherente con su concepcion de la Guardia Civil como un engranaje mas para el mejor funcionamiento del gigantesco cuartel en que quedaba transformado el pais.
Para completar la descripcion del cuadro, no es ocioso apuntar que en aquellos momentos seguia vigente el estado de guerra, que se mantendria nada menos que hasta el ano 1948, por lo que cualquier accion contra los guardias civiles, caracterizados como miembros del ejercito, daba lugar a la aplicacion del Codigo de Justicia Militar y al correspondiente consejo de guerra, lo que tambien se extendia a cualquier conducta irregular o insatisfactoria para el mando en que pudieran incurrir los propios benemeritos. En suma, se vivia en la practica bajo una suerte de reedicion, por via tan indirecta como eficaz, de la tristemente famosa Ley de Jurisdicciones de 1906, que en su dia derogara la Republica y que Franco, merced al simple ardid de mantener sumido al pais en estado belico permanente, no necesito reinstaurar.
No menos dignas de ser paladeadas detenidamente son las consideraciones que llevan, segun se declara en el preambulo de la ley, a disolver el cuerpo de Carabineros (en sintesis, que la experiencia decia que a veces los carabineros perseguian delincuentes ordinarios y que los guardias tambien aprehendian alijos). Pero como no podemos aqui recrearnos en todo el texto, mas bien debemos pasar a transcribir el crucial articulo 16 de la norma legal, que remacha cuanto se viene diciendo por si a alguien le quedaran dudas de lo pretendido:
Agotado el personal de los jefes procedentes de los cuadros actuales de la Guardia Civil, todas las vacantes en los empleos de coronel y teniente coronel, y las restantes, despues de aplicado lo que en el articulo anterior se especifica para los demas empleos, se serviran por los jefes y oficiales del Ejercito de Tierra que lo soliciten y cumplan las condiciones que se establezcan. Los que las obtengan serviran en el Cuerpo de la Guardia Civil, sin ser bajas en los escalafones de las armas de procedencia, por el tiempo que se fije, habida cuenta de una parte de las conveniencias y eficiencias de los servicios, y de otra de la necesidad de que conserven, en todo momento, la aptitud fisica necesaria en el Arma de donde proceden y a la que seguiran perteneciendo. El ingreso en el servicio de la Guardia Civil se iniciara por las escalas interiores, continuandose hacia las superiores a medida que vaya faltando personal de jefes y oficiales del Cuerpo de la Guardia Civil.
Puesto en plata: a fin de no cargar de tareas al agotado ejercito… se inundaba con sus cuadros la Guardia Civil. Eso si, manteniendo el nexo de los asi transferidos con sus armas de procedencia, listos siempre para la guerra. Esta medida fue redondeada con otra, que acredito a la nueva Benemerita como vaciadero del ahora hipertrofico ejercito vencedor (justo eso que Ahumada no queria que fuera su cuerpo, tras las guerras carlistas). Urgia resolver el problema de cubrir las plazas que no habian podido dotarse con el personal antiguo del cuerpo y con el de nueva recluta, pese a habersele exigido a este requisitos significativamente rebajados (entre ellos, la estatura, que paso a ser de 1,560 metros; nada menos que 11 centimetros menos de lo que se pedia medio siglo atras). Para ello, el general Varela, ministro del Ejercito, por orden de 1 de septiembre de 1941, destino a la Guardia Civil, con el empleo de guardias de segunda, y sin pasar ninguna prueba de aptitud, a 10.000 sargentos provisionales y de complemento excedentes de la guerra civil. Por esta via, y por primera vez en su historia, vistieron el uniforme del cuerpo hombres analfabetos y semianalfabetos; a los que no cometeremos la ruindad de escarnecer, por ser falta atribuible no a ellos sino al atraso de su pais y porque muchos de ellos, con no poco esfuerzo, aprendieron lo suficiente para poder desempenar con dignidad su labor. Pero en todo caso resultaba obvio que la nueva Guardia Civil refundada por Franco no era el cuerpo escogido y elitista concebido por Ahumada, aparte de estar nutrido por afectos a un regimen, el suyo, en contra del principio de independencia y neutralidad que rigiera siempre la labor del fundador. Esta es, todavia hoy, la Guardia Civil que tienen en mente muchos espanoles. Pero no es, ni mucho menos, y como se han encargado de demostrar los que han servido en ella despues, con otras leyes y bajo otras premisas bien distintas de las de aquel estado autocratico,
En otro orden de cuestiones, la reforma incluyo la aprobacion de dos nuevos reglamentos, militar y para el
