tardio del
Ramon no es un escritor sin intimidad, sino un escritor que inmediatamente hace una metafora de su emocion mas secreta. Y la publica. Hay que haber leido mucho a Ramon para pasar de la emocion estetica a la emocion humana, para saber que aquel fabricante de belleza es un primitivo que esta expresando en su lenguaje estetico -el unico que tiene- todo lo que le pasa. Porque el fondo de la cuestion esta aqui: no en que Ramon tenga un lenguaje demasiado literario, sino en que no tiene otro.
Visto esto asi, ya no es Ramon el ser millonario y superdotado que nos abruma con su riqueza de palabra e imagenes, sino el ser indigente que no tiene mas que un dialecto -el de la belleza- para explicar el atardecer o el dolor de higado. Ramon es un escritor dialectal -lo cual le subraya como primitivo-, puesto que solo puede escribir de una forma, y esto se ve claro cuando trata de que hablen sus personajes, en el teatro o la novela, y todos se expresan en gregueria, lo cual, aparte de irritacion, produce angustia, ahogo, porque entonces comprendemos que el autor esta confinado en sus tesoros y los arrastra como cadenas de oro, no puede deshacerse de ellos.
Todo estilo literario propio es un dialecto del idioma en que esta hecho. Pero esto en Ramon llega a ser angustioso, ya digo. De ahi tambien el cansancio que comunica al lector no incondicional. Nada mas contrario al topico del Ramon proteico. Ramon es siempre el mismo y hace siempre lo mismo. Ademas de monografico y monotematico, como hemos dicho, es monocorde y a veces monotono, y esa monotonia es su genialidad.
La genialidad es siempre una monotonia, un ser uno igual a si mismo.
Cuando hemos comprendido esto, que Ramon no es un apostol con la lengua de fuego sobre la cabeza, sino un tartamudo genial que de esa tartamudez hace su estilo egregio, es cuando abarcamos su riquisima limitacion y entonces ya consideramos la intimidad y el drama de su vida como tal in- timidad y tal drama, con toda su problematicidad humana.
No es un esteticista, sino un hombre que esta diciendonos con su media lengua de trapo -de oro-, como un nino, todo lo terrible que le pasa. Ramon hizo una estetica de su intimidad, como todos sus queridos dandis a los que tanto admiraba y biografiaba (con frustracion de gordo, quiza), pero por debajo de eso esta la intimidad y el drama del hombre que no sabe ni puede ni quiere expresarse sino mediante la estetica.
En su
Ahora bien, ?como es la intimidad y el drama de la vida de Ramon? Eso interesaria mas en una biografia estricta. Ramon es un hombre de metal optimista, que se propone ser feliz y no entrar en el rito de los adultos. Todos los traumas y dramas de su intimidad nacen del encuentro de ese proposito con la realidad cerril -«el realismo que descalabra»- que le obliga a replegarse, a huir o a transformar la frustracion en literatura. Al margen de familias, amores, exitos y fracasos que el mismo ha contado mucho y que no son de este libro, el conflicto existencial de Ramon es que no le dejen ser feliz. ?Es este el conflicto de cualquiera? No, porque la singularidad de Ramon es que el si habia nacido para ser feliz.
21. MINUCIA Y BAGATELA
Ortega lo diagnostico certeramente al decir que Joyce, Proust y Ramon estaban descubriendo lo microscopico en literatura. Su hallazgo de la vida cotidiana lo hace Ramon muy sencillamente mediante su capacidad para la minucia. La gregueria es la atomizacion del discurso y la entronizacion de la minucia. Proust habia lentificado la literatura para siempre, parando el ritmo histerico de la accion que domina en Balzac. Proust, mirando el mar a traves de un rosal, descubre el tiempo infinito que tarda un barco en lontananza en pasar de una rosa a otra. Esta imagen me parece tan representativa de Proust como la del te, o mucho mas. La imagen del te nos da la dimension de Proust hacia el pasado. La imagen del barco y la rosa nos da la dimension de Proust viviendo el presente, su capacidad de lentificar el tiempo que esta fluyendo. Se ha insistido mucho en el descubrimiento del pasado y la memoria por parte de Proust. Habria que senalar su otra dimension magna, mucho mas aprovechada por la literatura posterior: la facultad de parar el tiempo novelesco.
Joyce llena paginas y paginas para contarnos un solo dia en la vida de Dublin y los dublineses. La novela moderna es un gran frenazo de trenes, un paron genial a la novela tradicional, en la que siempre tenian que estar pasando cosas. Despues de los dos grandes nombres, vienen Musil, Faulkner y tantos otros, donde las cosas ocurren ya con infinita lentitud, o no ocurren nunca, porque, como dice Sartre de Faulkner, no le interesa la accion, sino la preparacion y el recuerdo de la accion.
Ramon Gomez de la Serna, contemporaneo a todo esto, y que naturalmente lo ignora, ha acertado por las mismas fechas a lentificar la accion y la vida misma, como Azorin. La lentificacion supone, naturalmente, el culto de la minucia, de lo microscopico, de lo minutisimo, que diria el citado Azorin. Mas que narrar el mundo, el escritor se dedica a describirlo y a observarlo. La perdida de la fe en la accion no es una cosa que se produzca porque si. El desprestigio de la accion supone, en ultimo termino, el desprestigio de los valores. La accion solo podia estar sostenida por pasiones fuertes y urgentes. El hijo del siglo deja de creer en las grandes cosas, en las grandes palabras, en los valores sociales, religiosos, aristocraticos, familiares, y se vuelve hacia la vida, hacia lo infinitamente pequeno, que es donde esta su realidad.
Ya Bergson habia explicado por entonces como una circunferencia se descompone en puntos independientes. Proust es un infinito esceptico que narra su encandilamiento infantil hacia el gran mundo y, en seguida, la ruina de ese encandilamiento e incluso la ruina fisica de ese gran mundo. De Joyce ha dicho Borges que el
La parte mas avanzada del 98 habia dado ya el grito de «Viva la bagatela». No es solo que la Historia de Espana haya decepcionado a nuestros escritores. Es que el hombre moderno y posbaudeleriano, el hijo del siglo, ha dejado de mirar al cielo para descubrir lo que tiene a sus pies, en torno. La armonia de las esferas ya no regala nada. Bajemos a la vida cotidiana. Es Ortega, ya digo, quien empareja intuitivamente a Ramon con Proust y Joyce.
No vamos a hacer de ese emparentamiento un timbre de gloria para Ramon. Ramon no es Proust ni Joyce porque no ha escrito esos libros que escribieron ellos, no es una genialidad sintetizada, sino una genialidad dispersa. La sensibilidad es la misma. Es el gusto del hombre ironico por la bagatela y la minucia, la critica del rito mediante el juego.
Ramon, ya lo sabemos, esta mas cerca de Apollinaire y Reverdy. Luego veremos como pertenece a esta vanguardia y no a la surrealista. Casi nunca ha hecho surrealismo, quiza nunca, aunque el lo diga a veces. El hallazgo de la vida cotidiana le lleva al culto de la minucia y el gusto por la bagatela le lleva al circo y a escribir, por ejemplo, un tratado de lo que el llama la clavazon, el arte de clavar clavo, completamente en serio y, por lo tanto, con un humor irreprochable.
Lo que caracteriza a Ramon como primitivo es que pasa del juego al trabajo sin transicion, del drama a la broma sin solucion de continuidad. Para el todo es lo mismo, como para los ninos y los gatos. Hemos dicho que Ramon hace mediante el juego la critica del rito, o sea que es consciente de su desprecio