y burla de lo grave. Pero igualmente cierto es que Ramon no distingue entre lo grave y lo ligero. Por eso es un primitivo. En la segunda parte de
Se pasa la vida observando minucias y articulando bagatelas. Ha descubierto eso tan sencillo de que la evidencia de las cosas no esta en lo grande, sino en lo pequeno. Sobre todo la evidencia de las cosas grandes. Y ha descubierto que el juego y la bagatela son mas importantes que el rito, porque se burlan de el y porque en la bagatela se libera el hombre, mientras que en el rito se somete.
Su atomizacion del discurso no es solo un gesto literario, sino un gesto biografico, humano. Va a ser para siempre el que observa la vida cotidiana, la minucia de la vida, el que observa al hombre en sus bagatelas y las comparte, y por eso sabe mas de todo y de todos que los politicos y los pensadores que solo viven o fingen vivir en lo mayusculo. Joyce y Proust derriban al heroe para siempre. Ramon es el antiheroe que se pasea por Madrid buscando lo no demasiado viejo ni demasiado nuevo ni demasiado historico ni demasiado ahis- torico: buscando la vida cotidiana. Hay un pasaje de Proust en que, alojado en una habitacion desconocida, donde ha de pasar la noche, empieza a humanizar la habitacion, a convertirla en un ser vivo mediante frases que no son sino greguerias.
Escritores de lupa, escritores de lo microscopico, como luego Virginia Woolf y tantos otros, han aprendido que la vida se compone de pequenas cosas y no de grandes gestos. Ya un glosador del cine dijo que en una pelicula sobre tema de Shakespeare tendria importancia el panuelo de Desdemona. El cine es el arte del siglo no solo como consecuencia de una depuracion tecnica, sino porque la retina del cine nos acerca lo infinitamente pequeno, define lo grande por la minucia, convierte en buen observador a todo el mundo, y esta era la estetica que estaban inventando los nuevos escritores.
Librado a la minucia y la bagatela, Ramon no es un coleccionista de cosas raras, aunque este aspecto sea el mas glosado en el, sino un coleccionista de lo cotidiano. Cambia la optica de la literatura espanola, que solo habia visto el trazo grueso de almagre o de sangre, antes de el, y desgraciadamente no se le hereda lo suficiente. Se instala para siempre en la bagatela, en el juego, sin duda ni titubeo, con fe de primitivo, con eleccion de hombre puro, y sabe que el decalogo de la clavazon es mucho mas importante y verdadero que el decalogo de Moises, el cual directamente ignora. Sabe, en fin, aunque no lo diga, que el hombre cabe entero en su decalogo y que clavar bien un clavo es realizarse y definirse absolutamente. Y que ademas es un gesto humoristico.
22. RAMON Y EL SURREALISMO
Me parece que ha ido quedando claro, hasta ahora, el parentesco de Ramon con la vanguardia apollineriana, pero no tan claro el parentesco de Ramon con el surrealismo, por-que, efectivamente, yo no veo claro este parentesco, aunque de forma grosera se haya llamado a Ramon surrealista muchas veces, y el mismo lo haya aceptado y propagado asi. Veamos.
Habria que hacer una primera distincion entre surrealismo y vanguardia, aunque el surrealismo sea una de las vanguardias. Como hipotesis de trabajo no tenemos mas remedio que enfrentar vanguardia y surrealismo, dandole a este enfrentamiento el nombre de cisma, bipolaridad o como ustedes prefieran. El surrealismo, a fin de cuentas, viene de Freud, hereda la conflictividad freudiana, la culpabilidad judeocristiana que ha pasado al psicoanalisis a traves de Freud. El surrealismo es judio, freudiano y pesimista, para entendernos. La vanguardia es latina, apollineriana y optimista. Esto son simplificaciones, pero no dejan de tener un sentido y, sobre todo, una utilidad a efectos de lo que queremos decir.
El surrealismo libera al hombre del discurso racional, pero le introduce en el discurso onirico, que a la postre resulta tanto o mas alienante. Porque de poco vale que ahora seamos libres, gracias al surrealismo, de encadenar nuestras visiones o explorar nuestros suenos, si el argumento de todo eso sigue siendo la culpabilidad, el pesimismo, el terror o la muerte. Andre Breton acabaria teniendo una cosa de echadora de cartas parisina, por una parte, y un algo de pontifice dogmatico, por otra, en sus ultimos tiempos. El surrealismo ha durado demasiado y ha sido demasiado importante como para no acabar dogmatizandose.
Las otras vanguardias, Dada, Tristan Tzara, Apollinaire, duraron menos, se difundieron menos, y quiza por eso no llegaron a constituirse en Iglesia. El surrealismo libera al hombre, pero no para la vida, sino para la muerte. La herencia del psicoanalisis es demasiado intensa en el surrealismo ortodoxo. Y el psicoanalisis supone un retorno de la culpa, una vuelta del pecado original con el nuevo nombre de complejo de Edipo o cualquier otro. No ya en la infancia de la humanidad, pero en la infancia del individuo, situa Freud la culpa.
El cisma del surrealismo frente a las vanguardias de la epoca es el cisma del pesimismo, del sueno como puerta de la muerte. Es, en el fondo, un cisma puritano, casi religioso, que se denuncia en cosas como el culto de Breton a una sola mujer (culto este un tanto teorico y raramente sostenido por los surrealistas, pero que solo en su enunciado descubre ya el secreto espartanismo de los surrealistas o, al menos, de su fundador).
Seguramente la Historia le da la razon al surrealismo. El hombre es indefinidamente siniestro y el hombre de nuestro siglo ha demostrado serlo muy en particular. Pero habia un optimismo historico de epoca, del que ya hemos hablado, y cuyas razones son sobradamente conocidas: el progreso, el nuevo siglo, la supuesta paz eterna, el bienestar que de hecho conquistaron Europa y America hasta el crac del 29. Y de este optimismo historico nacen las vanguardias esteticas como ruptura con el academicismo, el tenebrismo, el pesimismo y el fatalismo burgues del siglo XIX. El origen del surrealismo y la vanguardia -las otras vanguardias- es comun.
Esta en la caida de los valores tradicionales y los convencionalismos artisticos. Esta, sobre todo, en la defuncion de la realidad, el positivismo y el racionalismo. La realidad ha caducado para siempre, como ya hemos dicho en otros capitulos de este libro. La realidad como autoridad obvia y visual ha perdido todo prestigio. La realidad no es la realidad, sino, justamente, el limite detras del cual empieza la realidad. Realidad realista y verdad se disocian definitivamente. A todas las vanguardias les es comun la ruptura del discurso y la libre asociacion de imagenes. El triunfo del pensamiento irracional, despues de siglos de racionalismo beato, autosuficiente y, por lo tanto, insuficiente. Es el aire de familia que tienen las vanguardias y el surrealismo, y lo que Ramon tiene de comun con el surrealismo, aunque nunca haya practicado la escritura automatica.
Hay juegos surrealistas que nos parecen muy ramonianos. Por ejemplo, «el juego de lo uno en lo otro», que consiste en elegir dos objetos dispares e irles encontrando analogias. Asi, la cerveza y una escalera. La imaginacion poetica empieza a trabajar en seguida: los peldanos de alcohol del que va subiendo la escalera de la embriaguez. Y lo que se quiera. El vertigo del alcohol y el vertigo de la altura, de la escalera. Unas veces, estos juegos descubren efectivamente que el mundo es uno, que todo esta en comunicacion con todo y otras veces nos descubren, sencillamente, que la imaginacion del hombre puede trabajar en todas las direcciones y relacionarlo todo, desde el momento en que ha decidido liberarse y borrar diferencias entre objetos poeticos y objetos no poeticos, como deciamos de las palabras en capitulos anteriores. Pensamiento irracional y pensamiento figurativo son los dos instrumentos que utilizan en comun todas las vanguardias, desde Breton a Apollinaire pasando por Ramon.
En su libro
Deslumbrado por los hallazgos metaforicos del surrealismo, y concretamente por algunas prosas de Breton, recuerda asimismo que el nombre del movimiento lo dio Apollinaire, insiste en el pesimismo de los surrealistas y, aunque ensaya un intento de relato surrealista, no dejamos de verle un tanto