Canta lo cursi como lo que resguarda en la vida, porque lo cursi es el camino que el habria tomado si fuese tonto. No hace falta citar ejemplos de poetas, escritores y artistas cursis, porque son obvios. Aparte su mayor o menor calidad estetica, el cursi es cursi porque se propone corroborar la vida con un entusiasmo excesivo. Adornar la vida. El adorno es corroboracion. Ramon parece haber encontrado una huella de la felicidad posible en la vida cotidiana, pero siempre hay incertidumbre, resignacion, paso del tiempo que no pasa, en sus visiones de la felicidad sencilla.

La diferencia es esta: Ramon nos da la vida y lo cursi nos da la corroboracion de la vida. Una suplantacion. Palomas con lentejuelas, sillas con lazo, amantes con rubor de manzana, orinales con lunares. Ramon ama lo cursi porque en los nidos de la cursileria se refugia la existencia, se almacena el tiempo, pero su amor por lo cursi es ironico y enternecido porque sabe que tanta porcelana y tanto tisu no sirven de nada a la hora de parar la muerte. Ramon ama lo cursi porque sabe que el es, precisamente, el que se ha salvado de la cursileria.

25. RAMON Y LOS PAYASOS

Pombo, el Rastro, el circo. Ramon va buscando circulos cerrados, como ya hemos dicho, pero va buscando tambien sociedades abiertas, formas mas libres de convivencia que las impuestas por el rito burgues, militar o clerical.

El cafe supone la convivencia abierta donde uno entra y sale cuando quiere. Nadie le pide cuentas a nadie. El Rastro, igualmente, es la asociacion fortuita, azarosa y poetica de los objetos, liberados ya de su utilidad y de la escala de valores que les da el rito. El circo, en fin, es rito puro, ritual consumado, pero consumado como juego.

El circo es la entronizacion del juego, un falso rito en el que todo es posible, y en cuyo redondel, como en el de los toros, se sustituye la tragedia de la vida por la tragedia posible, por la muerte siempre en albur del torero, el trapecista o el domador. Si alguno de ellos muere, morira jugando, que es otra forma de morir. La unica alternativa posible a la muerte. Entre el cancer y el suicidio, solo hay una tercera puerta, mas digna y mas ironica, que es la muerte del que juega, la muerte del torero, del domador, del equilibrista.

Ramon va al circo a vivir la apoteosis del juego, a compartir una forma de sociedad en la que un hombre puede pasearse vestido de lentejuelas y otro con una cebra de la mano. Ramon no se resigna a la sociedad civil, ritualizada, y buscara siempre estas otras formas de asociacion humana mas libre e incluso insolita. Y cuando esto falta en la vida, es el quien lo aporta, y en este sentido puede entenderse a Byron, a Wilde, a Apollinaire, al propio Ramon. Quisieron hacer de su vida una obra de arte tambien por esta razon: porque siendo ellos la fiesta, se aseguraban la fiesta para siempre.

No hay que ver solo imposicion del yo, esnobismo o soberbia en el que hace de su vida una obra de arte, de su persona una fiesta, sino precisamente un sentido festival de la existencia. Ramon ha de romper siempre el contexto bur-gues, cuando no tenga mas remedio que compartirlo. El mismo cuenta que es el que ha hecho las grandes boutades y las grandes audacias en las cenas, para liberarse de ellas. Claro que todo esto esta hace mucho tiempo diagnosticado como bufonismo por los profesionales de la revolucion. Como una manera de burguesia residual. Esto seria asi, en el caso de Ramon, si su sentido del juego no le hubiera mantenido marginado de los negocios burgueses hasta el limite del hambre. Por otra parte, hay que ver con que elegante facilidad se integran en el juego de lo establecido los revolucionarios de todas las revoluciones, cuando llega el caso. En Ramon, nada de lo que hacia era premeditacion politica, sino una conducta pura de primitivo que se niega al rito porque no lo entiende. La acusacion de bufonismo hacia el artista, hecha desde la revolucion, es ya topica y esta desacreditada. Pero, sobre todo, es inaplicable en el caso de Ramon o Valle, grandes hambreados de la literatura espanola de este siglo.

Ya es sabido que Ramon llega a escribir un libro sobre el circo y recibe un homenaje circense en Paris, y da una conferencia subido en un elefante. Todo esto pertenece al Ramon insolito, que esta muy dentro de una especie de dada alegre, que era lo de la epoca. Y he confesado que prefiero el Ramon de lo cotidiano al Ramon de lo insolito, pero es que, ademas, habria que averiguar que le pasa al hombre cotidiano cuando aborda lo insolito, en que medida esta realizando o aboliendo su cotidianidad. Ramon mismo nos cuenta que despues del homenaje luminoso del circo se encuentra en seguida solo en la noche de Paris.

Vuelve a ser un palurdo espanol. Lo insolito es una existencia que dura poco.

Mas importante que la aficion de Ramon a los payasos es el propio payasismo ramoniano, el payasismo que hay en su vida, lo que el tiene de payaso deliberado, intelectual y rompedor. Ya lo hemos comentado: la propia vida como obra de arte, de los romanticos y de Oscar Wilde. Ramon no quiere ser sublime sin interrupcion, como Baudelaire, pero si ser ingenioso sin interrupcion, ser divertido sin interrupcion, ser popular sin interrupcion. Ser Ramon sin interrupcion.

De muy joven ya comete algunos excesos anarquistas. En seguida se compone una cabeza con las patillas de torero y la pipa. Luego cruza Madrid en moto. Se sabe feo y poco agraciado de figura, de modo que ejerce el antidandismo de su llaneza, de su facundia, de sus pantalones arrugados. Esta a gusto en la vida como solo estan los feos.?

En una pelicula de Gimenez Caballero, titulada Esencia de verbena, aparece Ramon matando un toro de madera. Siempre hizo espectaculo de si mismo, de sus bolas de cristal, de su muneca de cera, que era ya como una burla del matrimonio burgues. Dio conferencias sacando cacharros de una maleta e improvisando sobre ellos. Algunas las iniciaba rompiendo un objeto de mal gusto con un martillo. Daba una conferencia sobre el Greco con una reproduccion del caballero de la mano al pecho, y al final de la conferencia, al caballero se le caia la mano.

Esta todo esto entre el puro dada y la broma espanola de siempre. El payasismo de Ramon, sostenido en unas ocasiones con mas fortuna que en otras, es el espectaculo de un introvertido hacia afuera que ha decidido hacer la critica del rito mediante el juego. Seguramente no le entendian. Parece que en sus ultimos tiempos, en su piso de Buenos Aires, se empenaba en explicar a los visitantes el moderno fenomeno de la alegria como la venganza del polvo contra un mundo demasiado aseptico.

Con esta pagina comienza uno de los libros mas entranables, regocijantes y luminosos de Ramon: El circo

Hizo payasismo casi hasta la muerte.

Preferimos, si, al Ramon paseante de la vida que va como uno mas entre las gentes de Madrid o del mundo, observando como la felicidad esta en mitad de la calle, sin que nadie se detenga a cogerla. Preferimos el hombre que trabaja toda la noche en su casa, que escribe hasta el alba, que podria exclamar, como el otro:

– Y me morire sin haber expresado el grito de las gaviotas.

Porque esta era la cuestion: expresarlo todo. Necesitaba expresar el mundo. Hay escritores que necesitan expresarse ellos, decir lo que piensan, imponer su opinion. Hay escritores que necesitan crear complicadas tramas de sentimientos que vienen a repetir inutilmente el folletin de la vida. Pero hay una raza de escritores que lo que necesitan es eso, expresarlo todo, convertirlo todo en literatura: el grito de las gaviotas, la soledad de las habitaciones donde no hay nadie, el luto de los viejos, la luz de las muchachas, el olor del te de los enfermos, el cansancio de los espejos, la unamidad de las calles. La transformacion del mundo entero en literatura es una especie de monstruosa deglucion a la que se entregan algunos escritores. ?De donde viene esta necesidad? Es la vieja necesidad de apropiarse el mundo, que cada cual realiza de una forma. En este caso, el menester del escritor es gozoso y angustioso. Quiza se trate de una variante de la imposicion de la personalidad. Pero es, en todo caso, una variante noble, neurotica y profesionalmente deformada. Existe, si, esa necesidad de traducirlo todo a literatura, de encontrarle a todo su equivalencia literaria. No se sabe bien si es una exigencia del idioma o una exigencia del mundo.

Y eso es lo que hizo Ramon como nadie, gran amanuense de esa exigencia.

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