Pero Ramon sabe, como el payaso, que si la silla le da patadas es porque el ha hecho vivir a la silla. Hace como que lo sabe o hace como que no lo sabe, segun el caso, y de ahi la raiz humoristica, circense, payasistica, de toda su obra. Ramon humorista. ?Donde esta el humorismo de Ramon, aparte su enfrentamiento placido a la vida? En el equivoco permanente en que ha decidido vivir, no aclarandonos nunca si realmente cree o no cree que las cosas viven, como el las hace vivir en cada gregueria.
Ramon define la gregueria como poesia mas humor, y la definicion es un tanto insuficiente, como toda teorizacion ramoniana. Lo que hace Ramon, en cada gregueria, es darle una patada carinosa a las cosas -a la cosa de que se trate-, y persuadirnos de que la cosa le ha dado la patada a el. Es el suyo un animismo ironico, naturalmente, de hombre moderno, posbaudeleriano. La gregueria, que es lo que ha popularizado a Ramon, no es lo que a mi mas me gusta de su escritura, porque la gregueria, en su aislamiento, en su brevedad, corre el peligro de mecanizacion, de funcionar por resorte, que es lo que de hecho le ocurre muchas veces. Mas importante es la gregueria general, diluida o encadenada, que supone todo un libro de Ramon, cualquiera de sus libros. La gregueria informa y nutre su estilo, su poetica, pero la gregueria aislada puede dar en muchas ocasiones esa sensacion de resorte automatico que llega a hacerla fatigante. No se pueden leer muchas greguerias seguidas como no se pueden leer veinte sonetos de golpe. El automatismo del genero, que en principio deslumbra, en seguida fatiga. Pero la gregueria, en todo caso, es el nucleo, el atomo del estilo ramoniano, y por eso no tenemos mas remedio ni mas gozo -que es mucho- que estudiar la poetica de Ramon en la gregueria, a partir de ella y solo en ella, pues que, por otra parte, y como ya hemos dejado escrito, Ramon, mediante la gregueria, destruye el discurso literario.
Ramon, que escribio
Quiso descubrir el Museo de noche, a la luz de un farol, y esto, aunque tiene un precedente en cierta exposicion surrealista que habia que visitar con linterna, nos revela la direccion del pensamiento ramoniano, que no va a teorizar y hacerse una idea general del Museo, sino a fragmentarle en iluminaciones instantaneas, en greguerias visuales.
Las greguerias, con ser infinitas, pueden clasificarse en unos cuantos apartados: greguerias de la intuicion, greguerias de la observacion, greguerias del ingenio. Ya hemos visto, como principio general, que a todas las informa el animismo, un animismo ironico que no nos deja saber definitivamente si las cosas tienen anima o no la tienen.
El mejor Ramon esta, naturalmente, en las greguerias de la intuicion, aunque el mas celebrado sea el de las greguerias del ingenio, que suelen ser las mas visuales y mecanicas. He aqui una gregueria del ingenio: «Que agil un esqueleto si cogiese una bicicleta por su cuenta.» Ramon, con su fabulosa e incesante capacidad de asociacion plastica, ha establecido la equivalencia entre el esquematismo del esqueleto y el de la bicicleta, ha visto lo que el esqueleto tiene de bicicleta interior del hombre, lo que el hombre tiene de bicicleta -aqui el humor-, y a la inversa ha visto que la bicicleta es esqueletica.
Ramon cuenta una vez que si le obligasen a establecer equivalencias entre un reloj y una regadera, en seguida diria que por la regadera salen los minutos del agua. Es el viejo juego de
Esta gregueria, que nace de una poderosa intuicion, es tambien gregueria de la observacion, en lo que comporta de costumbrismo trascendido, poetizado, como ya hemos escrito anteriormente que Ramon trasciende siempre el cos- tumbrismo. Otra gregueria: «La arana es la zurcidora del aire.» El plasticismo de Ramon, la subconsciencia en el de la vida cotidiana -la zurcidora- y la intuicion poetica que supone zurcir el aire -el aire como tejido-, dan toda su riqueza a esta gregueria. Vemos, pues, que intuicion, observacion e ingenio se conglomeran con frecuencia en una sola gregueria. La gregueria no es solo poesia mas humor, como el simplificaba. La arana convertida en zurcidora es ya una arana con anima, humanizada. El greguerismo y el ramonismo son siempre un animismo, el animismo de un primitivo posbaudeleriano, paradojico, y por lo tanto ironico. Ramon toca cada cosa en una gregueria y la deja moviendose. Nunca sabremos si la cosa tiene vida o no, si la silla le da pataditas o se las da el a la silla, al mundo. Nunca nos lo dira. Es humorista hasta las ultimas consecuencias.
35. RAMON TARDIO
Los ultimos libros de Ramon, escritos en Buenos Aires, son el ya citado sobre Dali, que queda interrumpido por la muerte,
En
Claro que Ramon alterna estas autoglosas con greguerias que tienen la luz optimista de siempre. A Ramon, ya de viejo, le confina la vida en su genero unico y verdadero, que es la introspeccion (aunque esa introspeccion la haga siempre mediante imagenes, y cuando la hace de otra forma, fracasa). Asi, llega a iluminarse interiormente a linternazos de imagenes, como ilumino aquella noche el Museo del Prado.
Se ha convertido en un escritor viejo, asustado, desterrado, con poco dinero y mucho trabajo, aprensivo y enfermo. Su proyecto de felicidad ha fracasado en lo gris. Su literatura pura tiene poco interes en un mundo muy politizado. Las vanguardias optimistas de principios de siglo estan muy lejos.
Pitigrilli, companero juvenil de audacias, le visita una vez -ya lo hemos dicho-, y queda entre ambos como una sombra, como un vacio, como una duda. Pitigrilli, Dino Segre, ha triunfado por una via
Ramon es humorista hasta la muerte, pero la vida cotidiana se le acidula y el mundo insolito se le fatiga. Sus libros ultimos se van llenando de una gracia negativa y critica, de una ironia a veces negra, aparte los desahogos ingenuos contra la politica o a favor de la religion.
En 1972 se publica en Espana, como Diario postumo de Ramon, un libro cuyas