amarillas.
Rene la observa mientras hace su corte maestro en la nuca de una jovencita que no para de hablarle.
– Por aqui, reina, ya estoy contigo -dice mientras despacha con una sonrisa de lo mas falsa a la de la nuca pelada. Da tres o cuatro indicaciones a sus ayudantes y se lleva a Elena al saloncito privado invadido por un reconfortante olor a cafe.
– No se que brujeria me hiciste, condenado, pero ya me siento mejor.
– Ya me parecia que venia torcida la mano. Si te conocere. Vamos a ver. Tomate este cafecito que me trajo un amigo colombiano, es de lo mejor.
– ?El colombiano?
– No seas payasa, ?eh? Si, tambien esta bueno, es un encanto, un tipo de lo mas sensible. Tiene una galeria de arte en Cali, pero planea instalarse aqui. En fin, por ahora, solamente la pasamos bien. Bueno, a ver, que me sonsacaste demasiado y de lo tuyo ni muestra.
Elena se acerca el pocillo a los labios pero esta demasiado caliente. Lo vuelve a dejar sobre el plato. Rene le toma las manos entre las suyas.
– Es la historia de siempre, Rene, nada nuevo. Debo de estar menopausica.
Rene suelta una carcajada y en seguida se pone serio.
– ?Menopausica? No lo creo; lo tuyo viene por la edad, pero es justamente al reves. ?Te das cuenta? Esta claro que llegaste a una etapa de la vida en la que hay que detenerse y ver hacia donde vas, pero eso no es porque estes vieja, ni mucho menos, mas bien porque es el momento ideal para hacer cosas…
– Rene, yo ya no se que cosas quiero, solamente quiero ser feliz.
– De eso se trata, mi amor, la felicidad no es una abstraccion, la felicidad es una sensacion de plenitud a la que se llega cuando estan equilibrados los deseos, las necesidades, los afectos. Pero el problema con esta senora es que no es permanente, viene de a momentos y se va dejando sabor a poco. Entonces hay que salir a buscarla, y asi una y otra vez. El secreto esta en disfrutarla al maximo cuando se presenta.
– Dicho asi, suena a libro de autoayuda, pero en la vida, Rene, en la vida, ?como se hace para lograr ese equilibrio? Y todo eso siempre y cuando la salud este en orden, porque muerta me rio de la felicidad, el equilibrio y todo lo demas.
– ?Y por que no habrias de estar sana? Te ves preciosa, un poco triste, pero dejame hacer y ya vas a ver, el zapallo que tenes por marido se te tira encima en cuanto te vea, y si no, lo enganas con el primero que pase, que se lo tendria bien merecido.
– No seas malo.
– ?Malo? Es un desgraciado; no ve el pedazo de mujer que tiene al lado.
– Pero estas siendo injusto y es por los cuentos que te traigo, pobre Daniel.
Rene simula estar sofocado y se abanica con la mano.
– ?Pobre! ?Pobre! Un hombre que sigue mirando el partido de futbol mientras su mujer se sienta desnuda encima del televisor, ?y todavia le pide que corra las piernas! ?O ya te olvidaste de eso? Y tengo mas, ?sigo?
Elena le hace un gesto con la cabeza, baja la mirada y finalmente suelta lo que ha venido a decir:
– Hoy tuve una llamada rara.
– A ver, por aqui viene la catarata, escucho.
– Bueno, la verdad es que no me dijeron nada malo… llamaron de la clinica, mi ginecologo quiere verme. Tal vez sea mi imaginacion, pero me dio miedo.
– ?Miedo?
– De morir. Te resultara ridiculo, ya se, yo misma me averguenzo, pero no he podido dejar de pensar en esto. ?Sabes que me da panico? No te rias, ?eh? No haber hecho mas locuras, tomar sol desnuda, pescarme una borrachera, dormir veinticuatro horas, bailar salsa, banarme con agua de lluvia, recibir una declaracion de amor clandestina…
– Este mundo no es para romanticos, reina.
– Pero no lo puedo evitar. Ademas, Rene, no tengo que decirte que todas esas locuras son parte de una fantasia; quiza las haria una vez, pero no podria vivir todo el tiempo asi. Lo que realmente quiero es sentirme bien en la familia que tengo, con mis hijos, mi esposo, eso es todo. Y no puedo, en casa soy invisible. La llamada me hizo pensar mucho, pero no creas que esto es de hace un rato. Viene de anos.
– ?Y tu?
– Yo, ?que?
– ?Que hiciste para arreglarlo?
– Yo hice lo que pude.
– Esta bien, reina, hay que mirar hacia adelante.
– Eso trato, pero no se que camino tomar. He pensado mucho en que si muriera…
– No digas pavadas.
– No son pavadas, Rene, estoy angustiada.
– Lo que te pasa es bastante comun y nos pasa a todos. No es mas que una crisis.
– No, Rene, esto es diferente. Ya he tenido las crisis mas raras y se de sobra como se siente. Esto es mas fuerte, es… es algo asi como un deseo de… ?volver a nacer! ?Ahi esta! Asi es como me siento.
– Eso es buenisimo, pero despues de todo, a mi me sigue pareciendo una crisis, una crisis fenomenal, es cierto, pero crisis al fin. ?Sabes que pasa con ellas? No hay vuelta, o te destrozan o salis renovado. La tuya parece ser de las buenas.
– ?Si?
– No hay duda, amor mio.
Elena lo besa en la mejilla y le aprieta las manos.
– ?De donde te viene esa paciencia?
– De sufrir, claro. ?Sabes cuantas humillaciones he tenido que soportar? ?Cuantas formas despectivas hay de llamar a la gente como yo?
– No queria ponerte triste.
– No lo hiciste, pero quiero que sepas que no siempre he sido asi. Mi vida no fue facil. Desde que supe que no queria ser varon, me refiero a un varon convencional, desde entonces mi vida fue una sucesion de justificaciones y mentiras. Me tomo anos, toda mi adolescencia y mi juventud, aceptarme diferente y, lo mas dificil, respetarme. Fue cuando descubri que podia ser amado y dar amor y que el amor siempre es bueno, por lo tanto, yo no estaba haciendo nada malo. Ese fue el punto final a tanta humillacion. Desde entonces no doy explicaciones. Soy homosexual, ?y que? A quien le importa, si yo no molesto a nadie. Por otra parte, te escandalizaria saber la cantidad de tapados que andan por este mundo haciendose los machos y en cuanto ven la posibilidad de tirarse un lance, se mandan en picada. Esos son los peores, porque usan a su mujer y a sus hijos como pantalla y se burlan de los que, como yo, no se esconden. Cuando veas a un hombre hacer chistes sobre la homosexualidad, burlarse todo el tiempo, abri bien los ojos, querida, porque en la mayoria de los casos tiene la muneca tan quebrada, para usar su terminologia hipocrita, como la de aquellos de quienes se rie.
Elena esboza una sonrisa picara. Rene le alcanza un cigarrillo y lo enciende con el suyo.
– ?Te causa gracia? Presta atencion y vas a ver. Tienen tanto miedo de que se les note que exageran en su desprecio. Pero no me gusta quejarme; tambien he descubierto los verdaderos afectos, como el tuyo, por ejemplo, porque nunca preguntaste ni te importa con quien me acuesto. ?Como no voy a adornarte, Elena?
Ella se inclina hacia el y le acaricia la cabeza como a un nino.
– Mi amoroso, ?por que siempre pienso en mi? Tantas veces habras estado angustiado y yo con mis serenatas. Ni para amiga he servido.
– ?Que decis? Con verte me basta para sentirme mejor. Ademas, siempre me das la posibilidad de ser util, ?cuanto vale eso?
Rene esta visiblemente emocionado y le tiemblan los labios. Por fin, suspira y encuentra el aire que le estaba faltando para poder hablar con serenidad.
– No te preocupes, esto me hace bien. Yo tampoco tengo ocasion de hablar de estas cosas. Las tengo archivadas, un poco para no pensar, ?ves? Pero es bueno que salgan, es bueno ventilar los sentimientos, recordar; despues de todo, somos nuestro pasado, ?no te parece?
– Puede ser. Pero, entonces, yo me pregunto, ?somos esclavos de ese pasado? Decime, Rene, ?no es algo comodo resignarse? Yo quiero romper con eso, no tengo la menor idea de como hacerlo, pero ahora me doy