doler lo que haces, pero no es mi vida la que se esta decidiendo, es la tuya. Yo tengo la responsabilidad de darte buenos materiales para que construyas el edificio, pero la arquitecta sos vos.

Viviana habia percibido el precio que su mama pago por la aventura con su padre que resulto en ella. Aunque jamas la hizo sentir que no habia valido la pena, se percataba de las dificultades de Consuelo como madre soltera. Este negocio de los hijos no esta hecho para una sola persona, la oia decir a menudo. Su trabajo en National Geographic significaba viajes frecuentes acompanando grupos a sitios remotos. Buscaba con quien dejarla apelando a su red de amigas, mas no faltaban los imprevistos. Pero de esos anos de su vida, Viviana no guardaba mas que los habituales recuerdos: sufrimientos de adolescente, de inadaptada, sentirse a veces como un paquete que le estorbaba a la madre y que esta dejaba en consignacion por aqui o por alla. Nada que ver con la experiencia de Patricia. ?Como se reponia uno de algo asi? ?Quien convencia a la muchacha de que la vida valia la pena, que tenia un proposito? Cuando Sebastian murio, ella perdio la capacidad de encontrarle sentido al tiempo que mediaba entre el nacimiento y la muerte. Para que tantos dias, se preguntaba, si era inevitable terminar en polvo, en nada, un nombre bajo la tierra. Paradojicamente el pensamiento que la saco del luto fue precisamente ese, la sencilla realizacion de que estaba viva, de que el unico proposito de la vida era la vida misma.

Para entender como se sentiria Patricia y tirar un madero en su mar de naufraga, empezo a leer del trafico de personas y otros horrores modernos ante los cuales las mujeres eran especialmente vulnerables. Las historias eran como picaduras de alacran en su cuerpo. Dolorosas y toxicas. En pocos dias se lleno de un feminismo rabido incapaz de comprender la tolerancia del mundo y de las mismas mujeres ante lo que vivian sus semejantes. Leyo documentos feministas y le molesto el tono doctoral, el lenguaje inaccesible de algunos. ?Caramba, hijas, penso, no se pasen ahora de inteligentes! Por demostrarles sapiencia a los hombres, tanta letrada perdia contacto con sus naturales oyentes. Le sorprendio el peso que el aborto ocupaba como centro de las reivindicaciones, en un mundo en que tantas vidas eran irrespetadas. Claro que era un irrespeto reclamar soberania sobre las decisiones de un ser autonomo que tenia derecho absoluto sobre su cuerpo, pero que hacer con los vivos nacidos de las mujeres le parecia mas urgente. Pensando en el aborto se le ocurrio la idea de adoptar a Patricia, protegerla legalmente. En el estado en que estaba, ardorosa y justiciera, no vacilo en plantearselo.

Llego al mediodia a su casa despues del programa de television y fue a buscarla a la sala. Patricia hojeaba un diccionario.

– Patricia, vos necesitas quien te proteja. Si te adopto, no podran amenazarte. Podes quedarte aqui.

La muchacha no se lo esperaba. La miro desconcertada, incredula.

– ?Pero que tengo yo que ver con su vida? -le pregunto, sin salir de su asombro-. No, Viviana. Le agradezco el gesto, pero no.

Fue poco lo que le dijo Patricia, pero su gesto, su manera de responderle, fue de una elocuencia tal, que Viviana se dio cuenta de que traspasaba un limite infranqueable y de que su impulso bien intencionado podia dar al traste con cualquier esperanza de llegar a tener la relacion que aspiraba con la joven. Reculo a toda velocidad.

– Entiendo. Perdona. Te podes quedar aqui el tiempo que queras.

– Gracias.

Viviana se metio en su habitacion. Le ardian las mejillas. Vieja tara de ella ser impulsiva. En ocasiones le era util, pero con las emociones era desastroso. Sin embargo, repetia el comportamiento una y otra vez: queria ser tan empatica que hablaba mas de la cuenta, proponia soluciones como si el mundo le estuviese pidiendo siempre que arreglara lo que estaba roto. Por el camino, a veces, ofendia a quienes queria ayudar, pensaba por ellos, no les daba oportunidad de que buscaran sus propias soluciones. Se toco la cara. Fue al lavamanos y se echo agua. Se llamo estupida al espejo. Pero no bien entro a su habitacion, lo hizo de nuevo. Llamo a Martina a Nueva Zelandia.

– Me dolio que me respondiera asi, pero la verdad es que tiene razon. Fue prematuro de mi parte proponerselo, ingenuo. Me pasa por impulsiva. Vos me conoces, sabes que tengo complejo de Hada Madrina.

– Mandamela para aca. Necesita salir de alli, cambiar de aire. Yo la pongo a trabajar en mi posada -lo siento, amor, que mi negocio no es como quien dice el mas indicado para la criatura-, pero te prometo que aunque sea un bed and breakfast, ella solo vera el breakfast y nada de las beds, ?ok?

– ?Estas segura? ?No te parece que mandarla hasta Nueva Zelandia es exagerado? Lo mas lejos que ha viajado es aqui a la ciudad.

– Convencete de que es una mujer adulta, no importa la edad que tenga. Ya ella puede hacer eso y mas.

A Patricia esta propuesta si que le intereso. Se le agrandaron los ojos.

Viviana presto dinero en el banco para el pasaje, le saco pasaporte, la llevo al aeropuerto, pago extra para que viajara como menor, cosa de la que Patricia no renego, porque aunque no quisiera admitirlo le apabullaba la idea, el riesgo de perderse. Se le notaba en la cara, en el porte formal con que empezo a comportarse desde que supo que viajaria a los confines del mundo.

Al ano siguiente, Martina volvio con ella, harta de las ovejas, los turistas, el bed and breakfast y la paz de Nueva Zelandia. Patricia se habia cambiado el nombre a Juana de Arco. Iba vestida de jeans apretados y camiseta negra, el pelo pintado de azabache, argollas en el contorno de las orejas. Era un desafio andante, pero estaba contenta.

– No le digas que te dije -le comento Martina risuena-, pero se enamoro de la Lisbeth Salander. Es su heroina ahora.

Cuando empezo la campana del pie, Viviana le propuso a Juana de Arco que fuera su asistente. La muchacha poseia una feroz determinacion, era rapida y tenia un aguzado sexto sentido para medir a la gente.

(Materiales historicos)

Sujeto: Programa

De: Viviana

A: [email protected], [email protected], [email protected], [email protected]

Si queremos que nos tomen en serio, en medio de todas las bromas y el jolgorio que hemos acordado sea nuestro sello, tenemos que tener una propuesta original, lo cual no deja de ser dificil (por algo todos los programas se parecen).

Pienso que debemos darle cuerpo a lo que planteamos en el manifiesto, o sea definir hasta donde sea posible lo que entendemos por felicidad y felicismo.

Eso para el preambulo del programa, algo como:

Definimos la felicidad como un estado donde las necesidades esenciales esten resueltas y donde el hombre y la mujer, en plena libertad, pueden escoger y tener la oportunidad de utilizar al maximo sus capacidades innatas y adquiridas en beneficio propio y de la sociedad.

La propuesta del pie no es una suma de planes economicos ni un listado de promesas, como el que acostumbran los partidos politicos que, por anos, nos han venido ofreciendo el oro y el moro para despues fallarnos. Nuestra propuesta es una reforma integral para cambiar la manera en que fuerzas economicas y sociales anteriores a nuestro tiempo organizaron nuestras vidas.

La propuesta del pie tiene seis aspectos fundamentales:

a. Reformar el sistema democratico (propuesta de Martina)

b. Reformar el mundo laboral para terminar la segregacion familia-trabajo.

c. Reformar el sistema educativo.

d. Establecer un sistema de rendicion de cuentas que garantice la transparencia en el manejo del capital y fondos publicos.

e. Enfocar la productividad del pais a lograr la autosuficiencia alimentaria y energetica, y a la produccion de dos productos basicos de exportacion: flores y oxigeno.

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