Martina

Le agradecio a Juana de Arco el empujon que le dio para meterla al bano. Encerrate con llave y no salgas de alli, le dijo la muchacha, tras verla vagar como alma en pena. Juana no estaba ese dia para remilgos. Enfundada en su infaltable ropa negra, con su peinado punk y los aretes de arriba abajo siguiendo la medialuna de sus delicadas orejas, la salvo del asedio de los periodistas, amistades, hombres y mujeres que llenaron los pasillos del hospital preguntando que habia pasado. Todos querian saber y ella ya no hallaba que decir. Nada se sabria hasta que salieran los medicos del quirofano donde metieron corriendo a Viviana.

El bano olia a desinfectante. Adivino que era un bano para el personal por las cajas de suministros medicos: guantes, toallitas y vasos para examenes de orina arrimados contra la pared. Cerro la tapa del inodoro y se sento sobre el. Estar sola la calmo. Ella no era calma de por si. Tenia demasiada energia: doscientos veinte amperios para un pais que, si acaso, funcionaba con cien. Desde nina fue asi: hiperactiva segun los doctores; diabla segun las monjas y su mama. Mentalmente se forzo a irse de alli. Uso su truco de imaginarse en un tren. Iba en tren, moviendose a alta velocidad sin necesidad de moverse. Viajaba en el transalpino a su casa en Christchurch. Que lejos Nueva Zelandia, 'la estepa', como le decia Viviana, la unica persona capaz de hacerla regresar al telurico desmadre de su pais natal; la unica duena de la marca de cera que uso Ulises para taparse los oidos. De no haberse Viviana empenado, ella habria sucumbido gustosa a las sirenas, primero porque le gustaban y segundo porque dejar la joya verde de pais que era la tranquila Nueva Zelandia fue una hazana para ella. Nueva Zelandia le permitio ser quien era, dejar de fingir que le gustaban los muchachos y no sentirse por eso olorosa a azufre, desviada o torcida, como gustaban llamar las monjas a las ninas como ella que por mas que lo intentaban no lograban que el cine o la literatura les hicieran anorar los apuestos mancebos enfrentandose en duelos de espadas por sus dulcineas. Ella era romantica, pero de otra forma. Su romanticismo se nutria de las complicidades unicas y propias de su mismo genero, en la sincronia de alma y cuerpo que solo dos personas del mismo sexo, duenas del mismo aparataje fisico y mental, podian compartir. Menos mal que a estas alturas de su vida ser gay ya no era ninguna novedad. Habia sido un proceso largo. En paises como Faguas abundaban quienes aun querian taparse los ojos. Tanta gente vivia fuera del closet en estos tiempos que era tragico que aun perseveraran los perjuicios.

Quiero hacer un ministerio que no existe en ninguna parte -le habia dicho Viviana- y vos sos mi candidata para Ministra. Martina se rio, pero Viviana procedio a explicarle su idea de que en su gobierno existiese un Ministerio de las Libertades Irrestrictas, una institucion dedicada a promover leyes, comportamientos, programas educativos y todo cuanto fuera necesario para inculcar el respeto a la inviolable libertad de mujeres y hombres dentro de la sociedad. La gente en Faguas se cree libre porque no reconoce la jaula que tiene en la cabeza; una persona como vos, creativa, desenfadada y sin miedo, puede hacer mucho por hacerles entender la libertad. Aqui para muchos ser libre solo significa no estar en la carcel, y cuando digo carcel me refiero a la que tiene rejas y guardias en la puerta.

En el bano, en ese momento, Martina extrano el laguito al lado de su negocio de bed and breakfast en la lejana Nueva Zelandia, las ovejas, las caminatas, el silencio. Se arrepintio de regresar a Faguas, de embarcarse en la aventura del pie. Mierda, ?como deje que Viviana me convenciera? Cobarde, se reprendio, bien que has pasado feliz. No te eches para atras ahora y salgas corriendo al son de la estampida; pero es que soy cobarde, se respondio, y a mucha honra. La cobardia era senal de salud en Faguas, donde, por tantos anos, el culto al heroismo habia animado a la gente a morirse por la patria. El martirologio era una patologia que se repetia de generacion en generacion. Los muertos eran respetables, pero los vivos valian un carajo. Por favor. El mundo iba anos luz adelante y ellos todavia apegados a esa suerte de necrofilia. ?Tan masculino el culto de la muerte! Los soldados conocidos y hasta los desconocidos siempre tenian los mejores monumentos, las llamas eternas, los obeliscos, los arcos del triunfo. Las mujeres puja y puja alumbrando chavalos, haciendo de tripas corazon, criando y alimentando a esos hombrecitos tan prestos a morir, y a duras penas les hacian aquellos monumentos desgarbados y pateticos que acababan en los parques mas aburridos del mundo.

Pero ella era tan valiente como cualquier muerto. Que no le dijeran que vivir por la patria costaba menos que morir por ella. Que Viviana le pidiera que organizara el Ministerio de las Libertades Irrestrictas, ese ministerio unico en el mundo que la mando a inventar, la habia hecho entrar en crisis porque sabiendo que debia decir que no, decir que si le resulto irresistible. Y no era cierto que se arrepentia de haber dejado Nueva Zelandia, el paraiso de El Senor de los anillos y todas las peliculas que necesitaban enormes paisajes deshabitados. Hizo lo que quiso alli. Pero nada que ver con el pulpito libertario que, en un dos por tres habia montado en Faguas, desde donde predicaba como Evangelista de la Nueva Testamenta el fin de la discriminacion por razones de genero, color, religion o identidad sexual. Si todo era posible en Nueva Zelandia, mas era posible en Faguas. El subdesarrollo, el hecho de que nadie prestara atencion al minusculo pais era una ventaja cuando se trataba de experimentos sociales. En paises como Faguas, pasados de uno a otro colonizador, de la independencia a la sumision de los caudillos, con breves periodos de revoluciones y democracias fallidas, ni la gente supuestamente educada conocia bien en que consistia la libertad, ni mucho menos la democracia. Las leyes eran irrelevantes porque, por siglos, los leguleyos las habian manipulado a su gusto y antojo.

Pero aquel vacio era precisamente el espacio para insertar la nueva realidad. Y Martina no perdio tiempo. Fue ella quien introdujo la discusion que llevo a poner en marcha el proyecto piloto de los Votantes Calificados. Estudio tratados sobre la democracia, desde la griega hasta la inglesa, asi como las mas desaforadas o tramposas utopias, para extraer la formula que penso las acercaria al modelo de las grandes asambleas en Atenas.

Cambiar el universal masculino era otra de sus ideas, una que aun no lograba popularizarse. Con Eva y Rebeca habian trabajado un lexico que sustituiria la 'o' por 'e'. Asi 'todos' seria 'todes', 'ricos', 'riques', 'cuanto', 'cuante'.

No se oia mal. Lo usaban a menudo en las comunicaciones oficiales, conscientes de que era una transformacion que llevaria largo tiempo.

Pero lo que si impuso fue el fin del lenguaje del odio, el uso de palabras denigrantes para la mujer -y denigrantes para la diversidad sexual humana-, el tratamiento de maricas, cochones, patos, tortilleras, por ejemplo.

La fuerza de la ley, argumento en la Asamblea, era necesaria para concebir un mundo sin divisiones, un mundo de igualdades efectivas entre los generos.

Martina era tambien la autora de una campana sui generis de educacion ciudadana. Con las mismas tecnicas de repeticion y saturacion con que se vendian jabones, bebidas o peliculas, puso en los pasillos de los supermercados, en los buses, en los envoltorios de los productos de consumo, conceptos basicos de civismo, cuya mayor innovacion fue usar el femenino para lo general e introducir el concepto de la Cuidadania, las y los ciudadanos como Cuidadanos, como cuidadores de la Patria, una idea que tomo de un grupo de feministas espanolas (Ser cuidadana es pagar impuestos, Ser cuidadana es mejorar tu barrio, Ser cuidadana es cuidar tu salud).

La educacion para la libertad, como la llamaba ella, era un trabajo cuesta arriba. Tras tanto gobierno autoritario, la necesidad habia ensenado a la gente a sobrevivir a punta de dejarse enjaular, pero no sin antes preguntar: ?Que me vas a dar si me meto en la jaula? Le costo creerlo pero bien cierto era lo que le deletreo Viviana durante la campana: la mentalidad de este pais es la de una mujer dependiente y abusada. ?Te das cuenta? Por eso vas a ver que hasta los hombres van a votar por nosotras. Y asi fue. Lograron hacerle ver a muchos hombres que no era mala idea cuidar el pais como si se tratara de la casa de cada quien. Cualquiera podia entender el argumento cuando se explicaba bien, y Viviana era una excelente comunicadora. La respetaban. Se habia jugado sin miedo en un pais acobardado, y la valentia y el arrojo eran contagiosos como el catarro. Basto levantar la tapa de la olla de presion que llevaba anos cociendose en su propio jugo para que la esperanza dejara sentir su olor a culantro, a hierbabuena.

?Que favor les habia hecho el volcancito! Lastima que no explotaba mas a menudo ni se podian embotellar los gases esos. El efecto habia durado aproximadamente dos anos, durante los cuales se reformo la Constitucion y se monto un sistema que, aunque imperfecto, colocaba a las mujeres y los hombres en una posicion de igualdad desconocida hasta entonces.

El retorno de la testosterona no afecto a todos de la misma manera. Hubo quienes reclamaron con violencia

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