Leticia Montero

La esposa de Emiliano se pasea nerviosa, retornando a su viejo habito de comerse las unas. No teme que el actor material de delito, de ser capturado, denuncie a nadie. Lo que le preocupa es que, oficialmente, nadie ha anunciado la muerte de Viviana.

– Te aseguro que no es cosa mia. No fui yo, te repito. Pero no importa quien haya disparado, seguro esta muerta. No lo han dicho para ganar tiempo, ?mujer de poca fe!, le espeto el marido cuando salio con el chofer a dar vueltas por las calles como era su costumbre.

Esta vez iria bien despierto, penso ella, querria ver con sus propios ojos el silencio funesto que, segun comentarios de las amistades que los llamaron por telefono, estaba posado como una pesada y toxica atmosfera sobre la ciudad. Las avenidas lucian desalojadas de transeuntes, los bares de parroquianos y los restaurantes de comensales. Como si hubiera caido una bomba de neutrones y quedaron solo los edificios, habia dicho Rita -le parecio que lloraba en el auricular-, y eso que su amiga detestaba -al menos hasta esa manana- aquel reinado por decreto con que las eroticas, envalentonadas por su Presidenta, habian en pocos meses trastocado las costumbres y convertido el Estado en un ejecutor de politicas a cual mas disparatadas. 'Agua gratis para los barrios que se mantengan limpios y mantengan limpios a sus ninos', la inauguracion, con gran bombo y platillos de la carrera de Maternidad (para hombres y mujeres) en la universidad y en las escuelas secundarias, la alfabetizacion obligatoria para las mujeres analfabetas del campo y la ciudad; los talleres de 'respeto y poder' para las parejas victimas de violencia domestica, las ministras 'invitadas': mujeres feministas que llegaron de todo el mundo a hacerse cargo de carteras ministeriales y a poner en practica los suenos que en sus propios paises nadie les daba permiso de llevar a cabo. ?Y las flores, por Dios! Ese invento de Viviana Sanson de exportar flores, de fertilizar grandes extensiones con mierda para despues sembrar enormes plantios de flores y hacerle competencia a los proveedores de flores de todo el mundo. Cinco aviones de carga habia importado; aviones refrigerados para poder suplir la demanda con abundancia y nunca fallar un pedido. Pero lo peor de las eroticas era su falta de moralidad. La ley que permitia el 'aborto inevitable' y el hecho de que lograran engatusar a las del movimiento por la vida, habian colmado para ella la copa de la iniquidad.

Era la locura. Una locura colectiva. Para colmo de males, la oposicion, asustada por el arrastre demostrado por las feminas en la campana electoral, se quiso pasar de viva y puso a sus mas destacadas mujeres a encabezar las listas de candidatos para las diputaciones. La Asamblea completa quedo asi compuesta por mujeres. Bien se lo advirtio ella a su marido: aquello resultaria en un suicidio politico. Sucedio tal como lo vaticino: Viviana engavillo a la mayoria de las diputadas, las convencio de su 'mision historica' y logro que las parlamentarias la secundaran, que le dieran el tal voto de confianza que le pidio a todo el pais cuando dijo el tristemente celebre discurso con que intento justificar el exilio del Estado de los hombres y mas tarde la reforma de la Constitucion.

En su carro, mirando a traves de los vidrios ahumados, su marido se sentiria, a esas horas, el Gran Mago exterminador del famoso 'imperio del lirio', como llamaba Viviana a su gobierno. Le enfurecia que desconfiara de ella y no le dijera la verdad. No recordaria ya -porque asi eran los hombres- que fue ella quien, durante meses, sembro en su conciencia el imperativo de tomar medidas drasticas. Que no le viniera ahora con historias. Habia procedido exactamente como ella esperaba -no en balde llevaban veintiseis anos de casados. Tan predecible su marido y tan experto en que nadie se enterara nunca de la verdad de las cosas. La gente especularia hasta el fin de los tiempos, abundarian las evidencias para incriminarlo, pero nadie podria probar nada. Emiliano no seria un gran politico, pero era ciertamente un magnifico conspirador. En lo que a ella correspondia, su mayor logro era que el no se percatara de lo que ella tambien era capaz.

La noticia

Jose de la Aritmetica desperto de madrugada de una noche inquieta de suenos complicados. Entro y salio del sueno varias veces hasta que los gritos de Mercedes lo sacaron de la modorra.

– Jose, veni, la Presidenta esta viva. Lo estan anunciando en la tele.

Salto de la cama en calzoncillos. En la television Ifigenia Porta, la Ministra de Informacion, estaba de pie al lado del medico que leia el reporte sobre la situacion de la Presidenta.

'La presidenta Viviana Sanson sufrio dos heridas por proyectil de arma de fuego. Los proyectiles, disparados a media distancia, afectaron el craneo y el abdomen. A su arribo al Hospital de Salud Integral, fue llevada de inmediato al quirofano. En la cavidad abdominal se identifico una herida perforante de arma de fuego que causo una grave laceracion del bazo, por lo que hubo que practicarle una esplenectomia, o sea una extraccion urgente de este organo. El segundo proyectil causo laceracion del cuero cabelludo y atraveso el hueso frontal del craneo, alojandose en la zona occipital. El impacto causo un coagulo que fue removido exitosamente. Para evitar la descomprension de la masa encefalica se le practico una craneotomia. La paciente se encuentra en la. Unidad de Cuidados Intensivos en estado de coma, con ventilacion asistida y soporte completo. Dado que el proyectil no afecto directamente la masa cerebral, existe la posibilidad de que la Presidenta recupere sus facultades. Sin embargo, por el momento, su estado es critico y su pronostico incierto'.

Jose escucho en silencio. Cuando el medico termino, Mercedes y el se miraron. Ella se persigno. Santo Dios, Santo Fuerte -dijo-. Bendito sea que no se murio.

– Me parece que esta muerta en vida -dijo Jose de la Aritmetica-. No me gusta eso de la coma. De la goma de las borracheras uno siempre se levanta. Hay que ver lo que hace una letra de diferencia -suspiro.

– Alegremonos de que esta viva, Jose; mientras hay vida, hay esperanza.

– Es verdad. Y me alegro. Te digo que ni yo mismo sabia cuanto carino le habia agarrado a esta Presidenta. Muy cierto que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

No lo dijo, pero no lograba quitarse de la mente la expresion de Viviana cuando yacia en el suelo. Los ojos abiertos, asustados, la mano de ella aferrada a la manga de su camisa como si se estuviera hundiendo en un pozo.

– Alistame los siropes para irme. Voy a ir a ver si me gano el dia.

– A andar de curioso es a lo que vas -dijo Mercedes-, como que no te conociera.

– Es mi trabajo -sonrio-. Ya me ascendieron.

Salio a la hielera donde guardaba los bloques de hielo, les echo agua para despegarlos y, con las pinzas en forma de tijeras curvas, alzo uno y lo dejo caer, con cuidado de no quebrarlo, dentro del carrito. Claro que era curioso, penso, sonriendo por el comentario de Mercedes; ser curioso era estar vivo. El no seria ilustrado, pero le encantaba observar a la gente. ?A vos no te gustan las telenovelas pues?, le decia a Mercedes. Pues yo veo telenovelas en vivo, en la calle. Uno pasa con suficiente frecuencia por un lugar y se va enterando de la vida de la gente, agarra las senas de sus idas y venidas y ve como acaban las cosas. El no era fisgon, pero preguntaba, y cuando uno sabia preguntar, averiguaba hasta mas de lo que queria saber.

La manana era fresca. No era buena hora para vender raspado, pero calculo que hacia mediodia, la hora del calor, estaria llegando cerca del hospital donde, segun la television, habia mucha gente aglomerada. Saludo a las parejitas de muchachos y muchachas escolares que iban banaditos y limpios a tomar el autobus. Tendrian trece o catorce anos, porque en el gobierno de las eroticas los ninos se quedaban en las escuelitas de los barrios hasta los doce anos. Aprendian a leer y a escribir y el resto del tiempo lo pasaban haciendo lo que mas les gustara, cualquier asignatura. A saber como iba a resultar. El habia oido a la espanola que era la Ministra invitada de educacion echandose un discurso sobre por que ese metodo de autoeducacion era lo mas nuevo. Los mismos ninos decidian lo que querian aprender y no sentian que los empujaban a hacer esto o lo otro. Los chavalos podian hasta regresar a sus casas para ayudar al papa o la mama. Asi decia la Ministra. El recordaba las escuelas sin pupitres de su tiempo, el calor, el aburrimiento. Tenia diez anos cuando su mama se lo llevo a trabajar con ella. Con leer y escribir tuvo que conformarse. Lo demas se lo enseno la vida. Pero sus hijas si habian ido a la escuela. Y el se alegraba de haberlas mandado a pesar de la rebeldia de mas de una de ellas. Azucena nunca fue buena estudiante, pero era atletica y por eso se hizo policia. Cada chavalo era un mundo y por eso quizas tenia razon la Ministra. El siempre penso que era demasiado tiempo el que pasaban en la escuela los ninos, cuando en su casa

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