– Por cierto: esa letra que llevas tatuada…

– Es la S de sierva. Pertenezco a la casta servil.

– ?Y eso que quiere decir exactamente?

– Por encima del esclavo. Por debajo del artesano.

– Es una grafia de poder…

La mujer bajo la cabeza.

– Por eso sigo siendo una sierva. No puedo liberarme.

Bruna gruno, pulso su movil y envio a Sun el nombre y la direccion de Natvel, el esencialista del Mercado de Salud.

– Vete a ver a este… a esta persona de mi parte. Di que te manda Bruna Husky. Natvel te ayudara.

Sun la miro con escepticismo.

– Gracias -dijo.

Pero estaba claro que no iba a hacer nada. Alla ella, no es mi amiga, se dijo una vez mas la detective.

– Solo una cosa mas… ?Tu sabes quien podria informarme sobre la escritura de poder labarica?

– Es una sabiduria muy secreta. Solo los sacerdotes la dominan. No se, en la embajada, quiza. Todas las embajadas labaricas son duales. Estan regidas por un amo y un sacerdote.

La rep volvio a darle las gracias y se alejo de la barra, aliviada de perder de vista a ese personaje mustio y atormentado.

Camino, o mas bien brinco con ligereza, hasta el borde de la pista de baile, pulida como un espejo e iluminada por una penumbra resplandeciente que le daba cierta apariencia submarina. Al pisar la pista te sumergias en la musica; la discoteca utilizaba el novisimo sistema Soundtarget, una tecnologia que permitia dirigir el sonido a la perfeccion: a solo medio metro de la zona de baile apenas se escuchaba nada. Ahora, con un pie dentro de la pista, la androide se dejo envolver en una voragine sonora. Cerro los ojos y se quedo alli quieta, de pie, mecida internamente por el ritmo, pero unos golpecitos que alguien le propino en el hombro le hicieron salir de su pequeno extasis. Volvio la cara: era Nopal. Bruna trago saliva y dio un paso atras, regresando al silencio.

– Hola, Husky. Que sorpresa encontrarte aqui -sonrio el memorista.

Y, sin mas preambulos, Pablo Nopal agarro a la androide y se lanzo a la pista a bailar con ella. La musica lleno subitamente los oidos de la rep como agua a presion, un torbellino embriagador de deslumbrantes notas. Bruna detestaba bailar y era incapaz de dejarse llevar, pero ahora no pudo resistirse: Nopal y la melodia la arrastraban, la deshacian en un tumulto de compases. Los primeros pasos fueron bastante desmanados, entorpecidos por el envaramiento de la androide y por el desconcierto de la baja gravedad. Pero poco a poco se fueron adaptando y relajando, poco a poco asumieron el control de sus cuerpos lo suficiente como para poder dejar de controlarse. Ahora ya volaban a traves de la pista mecidos por la ingravidez, livianos, hermosos, imposibles en la exactitud de sus movimientos, Nopal y ella de la misma altura, del mismo peso, de esbeltez parecida, el memorista y la rep dando vueltas y vueltas en un vals restallante, Vals de Masquerade de Aram Khachaturian, leyo la androide en letras luminosas sobre sus cabezas, y danzaban cenidos el uno a la otra sin pisarse, sin perderse, como si formaran parte de un solo organismo, libres del mortificante peso terrenal, eternos, milagrosos.

Gimio la rep mientras el vals estallaba en sus venas, los ojos ciegos de luz, la piel ardiendo, gimio de vida y de deseo, sostenida por las calidas manos del hombre, debilitada por la oxitocina, y miro al memorista con esa mirada unica, esa grave mirada que te vacia y te entrega. Pero choco con el rostro de Nopal, con su expresion firme y transparente, y la androide supo sin ningun genero de duda que el escritor y ella jamas tendrian ninguna relacion. Entonces enterro su cara, avergonzada, en el hueco del cuello de su pareja, y llevada por la desilusion, por la fiebre y el fuego, clavo sus dientes en el hombro de Nopal hasta notar en su lengua el sabor de la sangre, mientras la musica caia como un diluvio sobre ellos. El memorista dio un respingo y reprimio un quejido. Se detuvo un instante y contemplo a la rep con entendimiento y sin sorpresa.

– Ay, Bruna, Bruna -musito.

Y luego la abrazo mas fuerte y siguieron bailando.

Volvio a repasar los datos de la falsa chapa civil de Annie Heart y comprobo que se los sabia bastante bien. Estaba lista. Era hora de ponerse en marcha. Bruna se levanto del sillon, dio un pescozon a Bartolo y le saco de la boca un punado de servilletas de papel que se estaba comiendo y luego llamo a Yiannis.

– Hola, me gustaria verte, ?como andas de tiempo?

La cara del viejo archivero parecia tensa y excitada.

– Que bien que has llamado, Bruna, tengo muchas cosas que contarte.

– ?Que cosas?

– No aqui. En persona.

– ?En el bar de Oli dentro de dos horas?

– Perfecto. Hasta luego.

La rep corto la transmision, ordeno a la computadora que pusiera musica (la lista de reproduccion 037, unos temas hipoacusticos que eran a la vez relajantes y suavemente euforizantes) y luego desencajo el pequeno horno luminico que tenia empotrado en la cocina. Metio la mano en el hueco y abrio la trampilla que habia detras y que ocultaba la caja secreta en la que guardaba todo aquello que no queria que nadie viese, como, por ejemplo, la pequena pistola de plasma para la que carecia de permiso. O sus reservas de dermosilicona.

Hacia bastante tiempo que Bruna no se transformaba, pero era algo que siempre se le habia dado bien. Lo primero que hizo fue desnudarse; luego calento un pellizco de dermosilicona hasta que se licuo, y rapidamente extendio esa grasilla sutil y rosada por encima de la linea de tinta que recorria su cuerpo. Probablemente la parte de la espalda quedo peor aplicada, pero a fin de cuentas iba a estar oculta por la ropa. Se coloco con las piernas y los brazos abiertos, igual que el hombre de Vitrubio de Da Vinci, bajo la lampara de luz ultravioleta, y a los dos minutos la fina pelicula ya se habia secado y fundido perfectamente con la piel, ocultando por completo su tatuaje. Ahora solo podria quitarse la silicona con dermodisolvente. A continuacion se coloco las lentillas: escogio unas de color verde oscuro que parecian muy naturales y que camuflaban sus caracteristicas pupilas felinas. Despues vino la peluca, rubia ceniza y autoadherente con el calor del cuerpo, y unas cejas postizas del mismo color y un poco mas anchas que las naturales. Redondeo un poco sus mejillas metiendose en la boca dos protesis de goma anatomica, y acto seguido se puso una ropa interior con relleno que engroso sus nalgas y aumento dos tallas sus pequenos pechos de amazona. Luego vino el maquillaje: un poco exagerado, algo retro, con los labios muy rojos y los ojos resaltados con sombras doradas. Escogio un traje de falda pantalon, un aburrido atuendo convencional que solo utilizaba en estos casos, y peino con cuidado el sedoso cabello, que caia hasta los hombros. Se miro en el espejo: lo bueno de tener naturalmente un aspecto tan marcado como el suyo era lo rapido que podia cambiarlo. Solo habia tardado veinticinco minutos en transformarse y ni su madre hubiera podido reconocerla. Si su madre hubiera existido, por supuesto. Estaba tan rubia, tan aparatosamente femenina… ?Le gustaria mas a Nopal si fuera asi? El recuerdo del escritor se deslizo por su memoria dejando un rastro de fuego… Pensar en el le resultaba demasiado turbador. Le asqueaban los memoristas y encontraba a Nopal intimidante y ambiguo. Pero la noche anterior, en la disco, en la tibieza de sus brazos, en la excitacion de la musica y la oxitocina, Bruna se hubiera entregado a el. Sin embargo, el la habia rechazado. La rep volvio a sentir el sabor de la sangre de Nopal en sus labios. Sacudio la cabeza, desasosegada y confundida. En realidad preferiria no volver a verle nunca mas.

Escogio unos zapatos discretos y comodos, porque nunca se sabia cuando habia que salir corriendo, y se quito su chapa civil de la cadena que llevaba al cuello y la sustituyo por la que le habia proporcionado Mirari. Luego lleno un bolso de mano con cuanto necesitaba y se dispuso a salir. En ese momento entro una llamada. Miro el indicativo de identidad: era Lizard.

– Maldita sea…

Paso a modo invisible y contesto. En la pantalla aparecio el carnoso rostro del policia.

– ?Husky? ?Estas ahi?

– Aqui estoy.

– ?Por que no te dejas ver?

– ?Llamas para darme los resultados de la autopsia de Nabokov?

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