llevado a cabo su plan en otras ocasiones y de manera mucho mas sencilla… O quiza no. ?Y si el pirata no se fiaba de el? ?Y si Nopal le hizo venir a su casa usandola a ella como cebo? ?Y si el ataque posterior que habia sufrido ella no era mas que una cortina de humo para emborronar el asesinato? Y, a fin de cuentas, ?no era Nopal un especialista en escribir guiones complicados? Ademas de ser tambien un experto asesino, segun Lizard.

Pero tampoco Paul estaba fuera de sospecha, ese Paul inquietante que aparecia y desaparecia siempre en los momentos mas oportunos. Ese gigante impenetrable que ya le habia salvado dos veces de unos enigmaticos atacantes. Dos veces en menos de una semana. Demasiada coincidencia, diria el memorista. Por no mencionar su rara amabilidad, las propuestas de colaboracion, la amistad no pedida que parecia ofrecerle. ?Y por que la drogo la noche anterior? ?Que hizo durante las horas que ella estuvo durmiendo? Sin duda, revisar sus pertenencias: asi debia de haber encontrado el movil de Mirari. ?Habria ido a registrar tambien su casa? ?Y quiza incluso los cuartos del hotel? ?Sabria el huron Lizard de la existencia de Annie Heart, de su trabajo de astilla, de las habitaciones que habia alquilado en el Majestic? La policia tambien estaba infiltrada, habia dicho Myriam Chi. Y tenia que estarlo, desde luego. Esta era una operacion de gigantesco calado.

Cuatro anos, tres meses y trece dias. Pensar en la posible o incluso probable traicion del inspector la ponia enferma. La volvia a dejar sola consigo misma, tan a solas con su tiempo limitado y su condena a muerte, tan a solas como los osos salvajes antes de que se extinguieran, como le habia explicado Virginio Nissen en la ultima sesion. Se habia acordado Bruna ahora del psicoguia porque estaba pasando cerca del Mercado de Salud en donde Nissen tenia la consulta. Movida por un impulso repentino, la rep cambio de direccion y se encamino al mercado. Pocos metros antes de la puerta se cruzo con una humana joven que iba llorando y que la rozo al pasar con el viento caliente de su pena. Cada cual arrastrando su pequeno equipaje, como decia Yiannis.

En las galerias del mercado no habia mucha gente y por lo menos un tercio de las tiendas estaban cerradas: probablemente los encargados no habian podido llegar a causa de la nieve. Sin embargo, la rep advirtio al menos dos novedades desde su ultima visita. La primera era que habian abierto un local de Memofree, la popular franquicia de borradores de memoria. Aunque la manipulacion de la memoria era una tecnologia con casi cien anos de antiguedad, Memofree utilizaba la moderna y revolucionaria maquina que habia inventado el turco Gay Ximen. El gran hallazgo de Ximen habia consistido en abaratar los costes de tal modo que habia puesto el procedimiento al alcance del gran publico. «Borrado de memoria selectivo desde 300 gaias», pregonaban las letras luminosas del escaparate, aunque Bruna sabia que deshacerse de los recuerdos largos y complejos que afectaban a diversas zonas del cerebro podia llegar a costar 6.000 o 7.000 ges. «Rapido, permanente, seguro e indoloro: olvidate de los sufrimientos sin sufrir. Compatibilidad total con los tecnohumanos.» La Ximen33 llevaba ya una decena de anos barriendo las cabezas de la gente y habia personas adictas a la maquina que, patologicamente incapaces de soportar el menor malestar, acudian una vez al mes a extirparse pequenas espinas de la memoria: una discusion desagradable, un amante pasajero que preferirian no haber tenido, una fiesta en la que no brillaron como esperaban. Pero tambien habia individuos que, aunque arrastraran una piedra en el corazon, se negaban a utilizar la maquina. Como Yiannis. O como ella misma. Ella queria seguir recordando a Merlin, aunque doliera. La humana que salia llorando del mercado quiza fuera alguien que se habia echado para atras en el ultimo instante y que habia preferido continuar abrazada a su sufrimiento. Nuestra pena tambien es lo que somos, se dijo Bruna. «?Funciona! 100% garantizado.»

La otra novedad era una exposicion de arte que habian montado en la planta baja del mercado. Era arte alienigena, concretamente gnes, quiza auspiciado por el medico de esa especie que tenia su consultorio en el primer piso. Los cuadros, magnificas holografias suprarrealistas, flotaban a media altura del vestibulo central. Se trataba de unas obras enormes, de cuatro por cuatro metros o mas grandes, perfecta y absolutamente negras. Rectangulos de pesada y continua oscuridad que de primeras parecian todos iguales, pero que luego, cuando te detenias a observarlos de cerca, se revelaban como sutilmente distintos, vertiginosos y arremolinados en su negrura. Eran unas tinieblas llenas de movimiento y luz, unos lienzos inquietantemente extranos. El pintor se llamaba Sulagnes y, si te fijabas bien, los negros destellos que parecian moverse dentro de los cuadros formaban y repetian incesantemente la misma frase:

Agg’ie nagne 'eggins anyg g nein’yie.

Bruna dirigio el ojo del movil hacia las letras y la curva pantalla que se abrazaba a su muneca tradujo instantaneamente la sentencia:

Lo que hago es lo que me ensena lo que estoy buscando.

Hermoso, penso la rep, impresionada por la reflexion del alienigena. Era asi, era justamente asi. Asi era su trabajo como detective y asi era la vida. Resultaba vertiginoso descubrir que la cabeza de un bicho pudiera resultar tan proxima. Vastos abismos interestelares pulverizados por el magico poder de un pequeno pensamiento compartido.

Se arranco de la contemplacion de los cuadros con cierta pena y fue hasta la tienda de tatuajes esenciales: en realidad habia decidido acercarse al mercado porque deseaba hablar con Natvel. Por fortuna, el local estaba abierto; al entrar reconocio el aroma a naranjas, la penumbra dorada, el ambiente calmo y silencioso. Todo estaba tan exactamente igual a su primera visita que parecia haber dado un salto en el tiempo. De nuevo la cortina de cuentas sono con rumor cristalino al dejar pasar el diminuto pero recio cuerpo de la tatuadora. O del tatuador.

– Sabia que volverias -trono Natvel con vozarron de baritono.

Y en su bello rostro de idolo oriental se dibujo una sonrisa muy femenina.

– ?Ah, si?

A Bruna le caia bien el esencialista, pero sus infulas chamanicas la ponian nerviosa. Ahora mismo habia detectado en el tono de Natvel cierta solemnidad triunfal que no auguraba nada bueno.

– Sabia que al final querrias conocer tu dibujo interior.

– Ah. Estupendo, pero…

– Se quien eres, se lo que eres.

– Me alegro, pero yo no quiero saberlo. No he venido por eso.

Natvel suspiro y cruzo las manos por encima de su panza. Era la imagen misma de la paciencia. Un pequeno Buda imperturbable.

– Solo queria preguntarte algo: los tatuajes de poder labaricos, ?estan hechos con laser?

La cuestion aguijoneo a la esencialista lo suficiente como para sacarla de su impavidez.

– ?Por el aliento universal, por supuesto que no! Ningun tatuaje de energia puede usar ese instrumento chapucero.

– ?Tatuaje de energia?

– Es aquel capaz de transformar o perturbar a quien lo lleva… Signos vivos que te alteran la vida. Hay energias positivas, como el tatuaje esencial, y negativas, como la escritura de poder labarica; pero en cualquier caso esta demostrado que el laser interrumpe el flujo de energia.

– Ya veo. Entonces, si alguien hace un tatuaje con laser utilizando la grafia de poder labarica…

– … seria una clara y burda imitacion. Un fraude. Y el tatuaje no tendria ningun efecto.

– ?Y quien podria hacer algo asi?

Natvel fruncio el ceno mientras se escarbaba distraida y briosamente el oido con el indice. Luego escudrino la punta del dedo bizqueando un poco y se limpio el cerumen en la tunica.

– Pues no mucha gente. En primer lugar, la escritura de poder labarica no se conoce. Es un secreto bien guardado. En toda mi vida yo solo he visto dos palabras escritas con esa grafia. Una hace ya anos, y no pude copiarla. Y la otra fue el nombre de Jonathan que el otro dia te ensene. De manera que, aunque todo el mundo ha

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