semanas. ?Querrias hacerme un favor?
– Claro, Larry.
– Deja el hotel y mudate a mi apartamento.
Ella abrio los ojos, asombrada.
– ?No puedo hacer eso!
– Esto es una propuesta de trabajo. Necesito a alguien que conteste el telefono, que se ocupe de la correspondencia y que mantenga mi casa en orden. Una senora de color viene a hacer la limpieza dos veces por semana, pero si no la vigilan no hara nada. Hay un cuarto libre que puedes utilizar y por cuidarme la casa pago cien dolares a la semana… Ese es el favor que te pido, Jenny, por favor…
Ella dudo un instante y, cuando empezo a negar con la cabeza, agregue:
– Ese favor incluye venir a verme todos los dias, asi no me sentire mas triste y solitario.
Ella sonrio.
– Muy bien, pero no aceptare que me pagues. Tengo algo de dinero. Hablo en serio… de lo contrario, no aceptare.
En aquel momento aparecio mi enfermera rubia.
– Es la hora del descanso, senorita Baxter -dijo, sonriendo a Jenny.
– ?Enfermera, podria darle la llave de mi apartamento a la senorita Baxter, por favor? -dije-. La tenia el senor Harmas. Espero que ya la haya devuelto.
– Si, lo ha hecho. -La enfermera miro a Jenny, despues a mi y me sonrio-. Venga conmigo, senorita Baxter.
Jenny me palmeo la mano.
– Vendre manana por la tarde -dijo, y salio detras de la enfermera.
A la manana siguiente, despues de la visita del doctor Summers, tuve una visita inesperada. Me sentia deprimido porque Summers habia dicho que tendria que permanecer en el hospital por lo menos dos semanas mas. Ademas, cuando regresara a casa, tendria que descansar y no fatigarme demasiado. El visitante inesperado fue Tom Luce. Llego con mas aspecto de bulldog que nunca, con un traje oscuro impecable y la cabeza calva brillante de sudor.
Nunca habia tenido mucha relacion con el ya que el siempre trabajaba con Sydney, pero sabia que era fuerte, leal y un mago de las finanzas.
– Bien, Larry -dijo, sentandose a mi lado-. Lamento encontrarte asi. ?Que cosa tan terrible! ?Pobre Sydney! El funeral fue ayer. Fue espectacular… Todos los que son alguien estuvieron alli. Envie una corona en tu nombre y la hice colocar en el mejor sitio. Nunca habia visto tantas flores juntas.
En mi interior, me alegre de no haber asistido.
– Gracias, Tom. Es algo terrible. Todavia no puedo creer que haya muerto.
– No. -Luce meneo la cabeza-. He estado hablando con el doctor Summers. Por lo que me ha dicho, no podras trabajar durante tres o cuatro meses. ?Puedes sugerirme a alguien que te reemplace hasta tu vuelta?
Habia estado pensando en aquel problema.
– Necesitaras un disenador y un ayudante que trabaje con Terry. Se que Hans Kloch quiere cambiar. Es un buen disenador, no a la altura de Sydney, pero bastante bueno. ?Por que no le escribes? Esta con Wemer, de Amberes. Y tambien esta Pierre Martin. Trabaja en Cartier, de Los Angeles. Creo que saltara ante la oportunidad.
Luce anoto los nombres.
– Me pondre en contacto con ellos de inmediato. Terry y la senorita Barlow estan deshechos. -Hizo una pausa y luego agrego-: Debes saber, Larry, que ahora eres socio principal de la empresa.
– ?Socio principal? -le mire, azorado-. ?Te refieres a que me ofreces entrar en la sociedad, Tom?
– Por supuesto, Larry, pero Sydney te ha dejado todas sus acciones, y eso te convierte en mi socio principal sin que tenga que ofrecertelo. Me alegro mucho de ello. No me habria gustado trabajar con otro hombre.
Senti un escalofrio que me recorria la espalda.
– ?Tom! ?Que estas diciendo? No te entiendo.
– He leido su testamento. Hay varios legados, pero la mayor parte de sus bienes, que son considerables, pasan a ti.
– ?A mi! -exclame, alzando la voz.
– Si. He traido una copia del testamento y una relacion de sus bienes. Como bien sabras, yo manejo todos sus asuntos. Sydney te queria mucho, Larry. Como dice en el testamento, seras un valioso sucesor, y yo pienso lo mismo.
No pude evitarlo. Aun estaba debil y no tenia mucho (o ningun) control sobre mi mismo. Comence a llorar, escondiendo la cara entre las manos, mientras me sacudian violentos sollozos. ?Como me odiaba! ?Yo era el responsable directo de la muerte de Sydney! Si no hubiese planeado robarle el collar, todavia estaria con vida. Y a cambio de mi traicion, el me dejaba toda su fortuna.
Vino la enfermera y, al verme, indico a Luce que saliera y llamo al doctor Summers.
Lo siguiente que recuerdo es haber sentido un pinchazo en el brazo y luego el bendito sueno del olvido.
Estuve sedado durante el resto del dia. Cuando el doctor Summers vino a verme a la manana siguiente, dijo que no podria recibir visitas en los tres dias siguientes. Aquel bajon emocional no podia repetirse.
En cierta forma me alegre a pesar de que echaria de menos las visitas de Jenny, pero eso me daba tiempo para pensar en mi futuro.
Lei el testamento de Sydney. Habia dejado su fina coleccion de Wedgwood y Spode a Luce. Claude recibia cien mil dolares. Su secretaria y la senorita Barlow, diez mil dolares cada una. Terry, las joyas personales de Sydney. El resto de su fortuna y sus bienes eran para mi.
Luce habia hecho una relacion de los bienes de Sydney. Sus acciones valian un millon y medio. Estaba la casa y varios cuadros valiosos, incluyendo el Picasso. Estaba su Rolls Corniche y el contenido de la casa, y sabia que eso incluia el collar de la senora P.
Lei la lista consternado y me dije que no podia aceptar todo aquello. No podria vivir conmigo mismo si lo hiciera. Pense eso durante varias horas, pero luego se me ocurrio que no solo seria dificil, sino tambien peligroso rechazarlo. Al cabo de un rato, empece a convencerme de que yo no era responsable de la muerte de Sydney. ? No le habia dicho a Fel que no cargara las armas? ?Como podia saber que Rhea era tan perversa que no dudaria en matar? ?Como podia saberlo? ?Acaso yo no habia sufrido? Era pura casualidad que no me hubiesen matado a mi tambien. ?No le habia advertido a Fel que no me pegara en la cabeza?
?No estaba ella alli cuando se lo dije?
Despues de dos dias de meditar constantemente, empece a darme cuenta de lo que significarian el dinero y las posesiones de Sydney para mi. Seria un hombre rico. Seria socio principal de la mejor y mas antigua joyeria de la ciudad. Si queria, tambien podia mudarme a vivir a su apartamento. ?Por que no? Cambiaria algunas cosas, pero era una de las mejores casas de la ciudad y muchas veces habia deseado que fuera mia.
Incluso le pediria a Claude que siguiera administrando la casa. No tenia idea de cuanto le pagaba Sydney, pero si el podia pagarlo yo tambien podria con su dinero.
Despues, empece a pensar en Jenny. ?Queria casarme con ella? ?Queria ella casarse conmigo? Hacia muy poco que nos conociamos pero sentia algo por ella y era obvio que no habria venido a verme a Paradise City si no sintiera ella tambien algo por mi.
El doctor me habia aconsejado hacer un crucero en cuanto saliera del hospital. Aquella parecia ser la solucion. Le pediria a Jenny que me acompanara para poder conocemos durante los dos meses de la travesia. Esa idea me excitaba. Cuando el doctor vino a verme por la tarde, dijo que estaba mejorando mucho.
– ?Podre ver a la senorita Baxter manana? -le pregunte.
– Por supuesto. Hare que la enfermera la llame.
Cuando la enfermera vino a traerme la cena, le pedi que me trajera algunos periodicos. Era hora de saber lo que se decia de Sydney, del asesinato y de mi mismo.
Despues de una breve demora (supongo que le pediria permiso al doctor Summers), regreso con algunos ejemplares de
– No quisimos molestarlo con la correspondencia, senor -me dijo-, pero hay dos sacos enteros con saludos y deseos de su pronta recuperacion. La senorita Baxter esta revisandolas en su apartamento.
Dije que estaba bien y me puse a leer los periodicos.