Daba pena ver a Johnny Beskow.
Un cuerpo flaco y azulado, con largos mechones de pelo mojados en la frente y en la cara. Manos pequenas con las unas mordidas. Ropa de mala calidad. Sejer iba por la orilla de la presa en busca de senales que indicaran si habia habido gente en el lugar, si habia ocurrido algo dramatico.
– Tal vez haya hecho equilibrismos sobre el muro de contencion -dijo Skarre-. Y cayera al agua. Puede que no supiera nadar.
Sejer miro fijamente la compuerta en medio de la presa, donde el agua pasaba a gran presion por la tuberia negra.
– ?Por que iba a hacer equilibrismos sobre el muro de contencion? -pregunto.
– Por lo visto es una especie de deporte aqui arriba -explico Skarre-. Entre los estudiantes que celebran la graduacion al final del bachillerato. A mediados de mayo.
– Johnny no era bachiller. Y estamos a mediados de octubre -objeto Sejer.
Skarre contemplo el sombrio aspecto del inspector jefe.
– ?En que estas pensando? -pregunto.
– Aqui termina el cuento sobre Johnny Beskow -contesto Sejer.
– Y nadie en el mundo va a echarlo de menos -comento Skarre.
– No digas eso -dijo Sejer.
– Tal vez el arrepentimiento acabo con el -dijo Skarre.
En ese instante sono el telefono movil de Sejer, con una alegre melodia. Lo dejo sonar.
– No creo en esa teoria -dijo-. Porque no se arrepintio. Pero queda otra posibilidad.
– ?Que alguien le haya ayudado a caerse por el borde? -sugirio Skarre-. ?No vas a coger el telefono?
– Si. No seas pesado. ?Cuando se celebra el juicio de Schillinger?
– En enero -contesto Skarre-. Espera contar con una duda razonable a su favor. Si lo consigue, podra hacerse con nuevos perros. Coge ya ese telefono. Tal vez sea algo importante.
Sejer fue hasta un abeto y se apoyo en el tronco. Permanecio alli un rato, con la mirada fija en el cuerpo muerto sobre la camilla, mientras el telefono continuaba sonando con su alegre melodia.
– Se llevara algun que otro secreto a la tumba -dijo-. ?O que opinas tu?
Skarre asintio.
– Y alli estaran bien.
– No es imposible que alguien lo haya ayudado a caer -indico Sejer-, mientras sacaba el movil. Se lo acerco al oido y miro fijamente a Skarre.
– Me puedo imaginar a mas de uno con un poderoso motivo. Pero ?sabes que?, eso es algo que jamas podremos probar.
Karin Fossum

