creo que no estaba completamente sobria. Vaya pinta que tenia…

– ?Sabes quien es? -pregunto Sejer.

– Es la hija de Henry Beskow.

Sejer tomo nota de toda esa informacion e hizo una profunda inclinacion ante Else Meiner. Luego volvio a entrar en la casa. Paso por la cocina y fue derecho al salon, donde estaba el anciano. Se quedo contemplandolo, como extranado de que un cuerpo tan delgado pudiera contener tanta sangre. Por razones para el incomprensibles, la sangre le habia salido a chorros, cayendo al suelo. De la boca y de la nariz, impregnandole la ropa.

– Parece que murio mientras comia -dijo Skarre, senalando un recipiente azul sobre la mesa. Quedaban restos de comida en el fondo, y la tapadera estaba al lado, junto con una cuchara.

– ?Que cono ha pasado aqui? -pregunto.

– No lo se -contesto Sejer-. Habra que esperar a lo que nos diga Snorrason. Viene de camino. El lo averiguara.

Cogio una silla, se sento en ella y se puso a observar la habitacion.

– Tiene que tratarse de algun fenomeno medico -dijo-. Claro que he oido hablar de hemorragias internas. Pero es como si esto fuera algo mas. Sangro tambien por las encias, ha dicho la asistenta. ?Que demonios puede significar esto?

Permanecieron un buen rato inmersos en sus pensamientos, escuchando a los tecnicos que andaban fuera por debajo de las ventanas buscando huellas en la hierba. La muerte alguna vez puede ser hermosa, penso Sejer, contemplando al anciano sentado en el sillon, boquiabierto, manchado de sangre, y con la mirada fija. Sucede, pero no es frecuente, ya lo creo que no.

Transcurrio media hora. Entonces oyeron una moto entrar por la calle Roland. Sejer se acerco a la ventana a mirar. Vio a un chico atravesar el patio. Este miro insistentemente a los coches de la policia alli aparcados, vacilo unos segundos y se quito el casco rojo. Lo colgo del manillar y permanecio algo confuso, mirando a su alrededor.

– Aqui llega Johnny Beskow -dijo Sejer-. Casco rojo. Con una pequena ala a cada lado.

Salieron a recibirlo.

Sejer se fijo en varias cosas. La moto era de la marca Suzuki Estilete. El chico que tenia delante era bajo y delgado, con pelo oscuro y media melena. Tenia la piel palida, un poco como papel, y ojos grandes y oscuros, que parecian muy tristes.

– Asi que tu eres Johnny Beskow -dijo Sejer-. Y Henry es tu abuelo, ?verdad?

El chico no contesto. Se dirigio directamente a la puerta, queriendo entrar.

– No entres si te mareas con facilidad -dijo Sejer-. ?Oyes lo que te estoy diciendo? Lo encontro la asistenta - anadio-. ?Sabes si estaba enfermo?

Johnny Beskow entro en la casa. Paso rapidamente por la cocina y fue derecho al sillon del anciano, donde se quedo quieto, tapandose la boca con una mano.

– Murio mientras comia -dijo Sejer-. ?Hay mas personas, aparte de la asistenta y tu, que vengan a verlo? - anadio.

Johnny Beskow lo miro con una mirada extrana e iluminada.

– Alguien le ha traido comida -contesto-. Conozco ese cacharro azul.

– ?De que lo conoces?

– Es de mi madre -susurro-. Es la olla de carne que hizo mi madre. Y el se la ha comido casi toda.

– ?No deberia haberlo hecho? -pregunto Sejer.

Johnny Beskow se acerco a la ventana, y se apoyo en el marco.

– Ella iba detras de su dinero -contesto-. Mi madre siempre iba detras del dinero del abuelo. Y ahora ha venido a traerle comida.

– Johnny -dijo Sejer-. Tu y yo tenemos que hablar. Tenemos que hablar de muchas cosas. ?Entiendes lo que quiero decir?

Johnny se aparto de la ventana. Cruzo la habitacion y se dejo caer sobre un pequeno puf de plastico junto al anciano.

– Con quien teneis que hablar es con mi madre -susurro-. Ella es la que ha traido la comida.

Se quito los guantes y los dejo sobre las rodillas.

– Bonitos guantes -comento Sejer-. Con calaveras y todo. Te nos escapaste de entre los dedos, Johnny.

– Puedes preguntar lo que quieras -contesto el chico-. Puedes esposarme y podemos hablar hasta manana. Podemos hablar todos los dias durante un ano entero y yo lo admitire todo. Pero no he subido a casa de Schillinger. No solte a esos perros.

* * *

Snorrason llamo desde el Instituto Medico Forense.

La comida del recipiente azul contenia grandes cantidades de una sustancia llamada bromadiolona.

– Eso no me dice nada -senalo Sejer-. Traduce.

– Es la misma sustancia activa que la que se encuentra en los raticidas. Impide que la sangre se coagule - explico Snorrason- y hace sangrar por todas partes. Facil de encontrar, la venden en las tiendas de comestibles. Y no cuesta casi nada.

Si uno quiere deshacerse de alguien.

Fueron a buscar a Trude Beskow a su casa de Askeland. Luego fue enviada a prision preventiva, sospechosa de haber envenenado a su propio padre, Henry Beskow.

Nunca habia estado sobria tantos dias seguidos, y con la sobriedad llego tambien una agitada rabia que era incapaz de controlar. Su cuerpo se derrumbo por completo, como un motor que se queda sin aceite. Era incapaz de hacer transcurrir los dias, y se quedaba desesperadamente capturada dentro de cada chirriante segundo. Entre los vigilantes del pasillo le habian puesto el apodo del Ciclon. Le gustaba hacer ruido con los muebles de la celda, mientras chillaba a la vez. Sostenia tercamente que era inocente. Decia que tenia que haber sido la asistenta, Mai Sinok, la que habia echado veneno en la comida de Henry.

Seguro que el le habra prometido dinero, decia. O le habra prometido la casa, es lo que hacen los viejos cuando alguien se compromete a echarles una mano.

– No tenemos ninguna razon para pensar eso -dijo Sejer-. Ella no figura en su testamento, pero usted si.

Nombraron un defensor para Johnny Beskow. A Sejer le gusto que la letrada fuera una mujer, pues sabia que ella tenia un hijo de la edad de Johnny. Al ser tan joven, Johnny se libro de la prision preventiva. Pero tenia que presentarse tres veces por semana en la comisaria, y siempre era puntual. Despues de presentarse ante el guardia, iba directamente al despacho de Sejer y alli estaban un rato charlando, mientras bebian agua mineral. Johnny Beskow puso todas las cartas sobre la mesa, y admitio que le habia divertido espantar a la gente. Pero no era mas que un juego, dijo.

– Lo que yo queria era un poco de juerga y diversion. Nunca he hecho dano a nadie.

– Si que has hecho -senalo Sejer muy serio-. Has hecho dano a varias personas. Los has lastimado seriamente, tal vez para toda la vida. Y aunque no lo entiendas ahora, tal vez lo entiendas mas tarde, cuando seas mayor.

Miro fijamente a los ojos del chico.

– ?Como ha sido tu vida? -pregunto-. ?La vida con tu madre en Askeland?

La mirada de Johnny se ensombrecio, y un gesto amargo se dibujo en su boca.

– Nunca esta sobria -explico-. Y todo ha repercutido en mi. Es jodidamente injusto.

– Si -dijo Sejer- es injusto. Pero ?y tu? ?Tu has sido justo? Quiero decir, ?has sido justo con Gunilla? ?O con Astrid y Helge Landmark? ?Con Francis y Evelyn? ?Fuiste justo con Karsten y Lily Sundelin?

Johnny se levanto de un salto de la silla y se puso a dar vueltas por la habitacion, mientras lanzaba iracundas miradas a Sejer, profundamente ofendido.

– ?Por que tengo yo que ser justo si nadie mas lo es? -pregunto.

– ?Conoces a todo el mundo? -pregunto Sejer a su vez.

Johnny no contesto. Siguio dando vueltas por la habitacion en enojados circulos.

– Yo siempre he sido justo -dijo Sejer- durante toda mi vida. Y nunca me ha resultado dificil.

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