hornearon ellos mismos en casa.

Johan se sintio extranamente solemne, alli sentado a la gran mesa de libro de la cocina. Emma llevaba un polo y se habia recogido el pelo en una cola de caballo. Se sorprendio a si mismo pensando que aspecto tendria cuando se hiciera mayor y al momento experimento un intenso sentimiento de felicidad. ?Envejecerian juntos realmente, estarian uno al lado del otro toda la vida? A veces, aquel presentimiento era tan nitido como una puerta que se abria de par en par, y el estaba alli fuera contemplandose a si mismo a distancia.

Ahora Emma era su familia, ella y Elin. Sintio una enorme emocion.

Se abrigaron bien y dejaron no sin cierta pereza el calor de la casa para dar un paseo por la playa. Johan, con Emma de la mano y con alguna dificultad, fue avanzando en la nieve.

– Despacio -se rio ella-. Que me caigo.

– La cuestion es como vamos a poder intercambiarnos los anillos sin que se nos congelen los dedos. Hace un frio de mil demonios -exclamo el contento.

Ya en la orilla del mar, el frio era cortante y el viento les hacia llorar los ojos. El agua era de un gris acerado y golpeaba la orilla en ritmicas olas. Johan nunca habia visto una linea del horizonte tan prolongada como aquella. El cielo y el mar se encontraban y se hacia dificil distinguir donde empezaba uno y terminaba el otro. No habia viviendas, salvo la casa de los padres de Emma. A su alrededor todo era cielo, mar y playa, ahora nevada. La playa era realmente ancha antes de elevarse para dejar paso a los prados, por encima de los cuales se extendia el tipico bosque de Faro, formado por pinos silvestres retorcidos y de escasa altura y ramas dobladas a lo largo de los anos por el efecto de las tormentas. Era impresionante.

Johan grito de felicidad directamente contra el viento:

– Amo a Emma, amo a Emma.

Sus palabras se prolongaban sobre la superficie del mar y se confundian con los chillidos de las gaviotas. Los ojos de Emma le sonreian y sentia con mas fuerza que nunca que era cierto. Muy cierto. No queria esperar ni un segundo mas, asi que saco la caja de los anillos y atrajo a Emma hacia si. Con el cabello humedo de ella en los labios, le coloco el anillo en el dedo. Ella hizo lo mismo. Y, de pronto, Emma grito.

– Mira, Johan, ?que es eso?

Algo grande y gris habia aparecido en la orilla del agua a poca distancia de donde ellos se encontraban. Desde lejos parecia una piedra enorme, pero ?como habia llegado hasta alli? A su alrededor, la playa era lisa y blanca hasta donde alcanzaba la vista.

Se acercaron con precaucion. Cuando estaban a unos veinte metros, aquello empezo a moverse. Emma saco inmediatamente la camara. Capto una imagen en el preciso momento en que la foca gris se volvia a zambullir en el mar.

Permanecieron un rato en silencio viendo como desaparecia entre el oleaje.

Capitulo 63

El lunes por la manana, Knutas llego temprano a la comisaria.

A las seis y media ya estaba alli. El fin de semana habia significado un mas que merecido reposo y una pausa en la investigacion del caso. Sin embargo, no pudo dejar a un lado el problema con Karin, y discutio el asunto con Line, quien opinaba que el debia hacer algo radical si queria conservarla. El sabado por la noche, tomando unas copas de vino, mientras los ninos veian un festival musical en la tele, encontraron una solucion. No iba a ser popular, pero era inevitable. Knutas estaba seguro de su decision y dispuesto a aguantar el chaparron, en el caso de que se produjese. El domingo le expuso su propuesta a la directora de la Policia Provincial y ella acepto su razonamiento.

Otro aspecto tenian en comun Karin y el comisario: ambos eran madrugadores. No llevaba mas de media hora en su puesto de trabajo y apenas habia tenido tiempo de trazar las lineas generales de su propuesta, cuando oyo los ligeros pasos de Karin en el pasillo. Le pidio que entrara en su despacho.

– Con mucho gusto -le contesto muy contenta-. Durante el fin de semana he descubierto un monton de cosas interesantes que he de contarte.

– Esta bien, pero me lo cuentas luego -la atajo cuando ella se sento en la silla de las visitas-. Primero tenemos que hablar de esto.

– De acuerdo.

Karin lo miro con curiosidad.

– No quiero que te vayas, ya lo sabes. Por eso te voy a hacer una propuesta. No tienes que contestarme ahora, piensatelo antes, pero comunicame a lo largo de esta semana si aceptas mi proposicion o no. ?De acuerdo, Karin?

– Si, claro.

Parecia inquieta a la par que expectante.

– Quiero que seas subcomisaria de la Brigada de Homicidios, es decir, mi lugarteniente. Cuando me llegue el momento de dejarlo, quiero que ocupes mi puesto. Esta comisaria de policia nunca ha tenido una jefa de nuestra Brigada y, la verdad, ya va siendo hora.

– Pero…

– No, no, no tengo pensado abandonar. Pero considerando mi edad, en ningun caso aguantare mas de diez anos. Ademas, Line me ha informado de que le gustaria trabajar unos anos en la Peninsula, algo a lo que yo estoy totalmente abierto. Si se decide a hacerlo, me trasladare con ella. Los ninos ya han crecido, y eso nos permite otra libertad. Quiero tener un lugarteniente en quien pueda confiar plenamente. Y solo puedes ser tu, Karin.

Lo miro como incredula. La expresion de su rostro habia cambiado de la inquietud a la estupefaccion pasando por el asombro. En el cuello le habian aparecido las acostumbradas manchas rojas. Abrio la boca como si estuviera a punto de decir algo.

– No, por favor, no digas nada. Solo te pido que lo pienses. Permitame que te comente tambien algo acerca del sueldo. Logicamente, tendras un aumento significativo; eso ya lo discutiriamos detalladamente si decides aceptar. Pero para que te hagas una idea, estamos hablando, como minimo, de siete mil coronas mas al mes, ademas de que podras asistir a la tira de cursos, entre otros, los de direccion. Y quiero que sepas que esta propuesta esta consensuada. A la directora de la Policia Provincial le gustaria verte de subcomisaria.

– Pero Lars…

– Lars Norrby es un problema mio, no tuyo, Karin. Por favor, piensatelo.

Ella asintio con la cabeza.

– Bien -dijo Knutas.

Aliviado por el hecho de que la conversacion hubiera terminado. Se levanto y se situo al lado de la ventana. No se atrevia casi ni a mirarla. Se quedaron un rato en silencio.

– ?Te cuento lo que he descubierto? -le pregunto Karin.

– Si, cuentamelo.

– Durante el fin de semana he estado investigando la relacion existente entre Nils Dardel y Muramaris. La escultura que aparecio en Waldemarsudde tras el robo es una replica, el original esta en el jardin de Muramaris, y queria averiguar si Dardel tuvo algun vinculo con ese lugar.

– Bien pensado -murmuro Knutas entre dientes.

– Escucha, las cosas son asi, ?sabes? -prosiguio Karin impaciente, al tiempo que se inclinaba hacia delante y lo miraba con intensidad-. ?Sabias que el pintor era homosexual?

– Si, algo he oido; pero ?no estaba casado?

– Si, se caso con Thora Klinckowstrom y tuvieron una hija, Ingrid. Dardel mantuvo varias relaciones formales con mujeres. Sin ir mas lejos, estuvo prometido en secreto con Nita Wallenberg antes de conocer a Thora, pero la relacion se rompio porque al padre de ella no le parecio un buen partido para su hija. Los rumores acerca de su alcoholismo, homosexualidad y decadentismo empezaron a circular ya entonces, es decir, en 1917, cuando solo tenia veintinueve anos. Pero al mismo tiempo que se enamoraba de mujeres tambien habia hombres en su vida. Mantuvo una larga relacion homosexual, relativamente abierta, con su amigo y benefactor Rolf de Mare, hijo unico

Вы читаете El Arte Del Asesino
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату