que se sintiera a menudo desanimado y apatico tampoco era propio de el. De repente se le puso tan mal genio que, en comparacion, los gritos de Line parecian chillidos de rata. Se encolerizaba por cualquier cosa insignificante y cuando el resto de los miembros de la familia reaccionaban ante lo absurdo de su enfado, se sentia humillado y ofendido. Como un pobre martir. Al final, Line lo acompano a un psicologo. Por primera vez en su vida, Knutas solicito la ayuda de un profesional para resolver sus problemas personales. Nunca habia pensado que lo haria. Tenia muy pocas expectativas, pero se quedo sorprendido. La psicologa estaba alli para atenderlo y se dedicaba solo a el, lo escuchaba sin darle consejos ni juzgarlo. Escuchaba lo que el decia y de vez en cuando le hacia preguntas que le sugerian nuevas formas de pensar. A traves de aquella terapia llego a conocerse mejor a si mismo y a conocer mejor su forma de relacionarse con los demas, los remordimientos fueron desapareciendo poco a poco. En realidad, era ahora cuando habia empezado a sentirse mejor.

El telefono volvio a sonar e interrumpio sus pensamientos. Desde la centralita le preguntaron si podia recibir a un equipo de la Television Sueca. Knutas acepto con un suspiro. Mantenia una relacion ambivalente con Johan Berg. La terquedad del periodista podia sacar de quicio al comisario, aunque tenia que reconocer que Berg era un buen profesional. A menudo, conseguia averiguar cosas por su cuenta y, ademas, tenia una endiablada capacidad para conseguir que la gente, incluido el propio comisario, le revelara mas cosas de lo que en principio habia pensado contarle.

Johan parecia agobiado cuando asomo por el pasillo, tendria prisa para sus emisiones. Llevaba el flequillo negro pegado a la frente y la camisa de algodon arrugada y con manchas. A Knutas se le ocurrio que probablemente ya habria estado en Petesviken y seguro que venia directamente de alli. Ojala que no hubiera conseguido entrevistar a nadie. Knutas no queria decirle nada al respecto, pues no tenia ningun derecho a inmiscuirse en el trabajo de los periodistas. Su labor consistia en recabar informacion, pero la responsabilidad de Knutas era que esta no se filtrara. Se preparo para responder a preguntas molestas y noto como se le tensaban las mandibulas antes incluso de comenzar la entrevista.

Acompanaba a Johan esa fotografa nueva de aspecto punki con el pelo negro disparado en todas las direcciones. Tambien llevaba un aro en la nariz.

Pia no se conformo con hacer la entrevista en el pasillo, sino que los convencio para que salieran a un balcon construido cuando renovaron la comisaria. Queria conseguir que Knutas hablara del espantoso crimen con el paradisiaco verdor estival, la muralla y el mar de fondo. Tipico de la gente de la tele, solo pensaban en sus fotos.

Johan formulo primero las preguntas habituales acerca de lo que habia sucedido y luego, como cabia esperar, llego una pregunta inesperada, o tal vez no del todo.

– ?Habeis encontrado la cabeza?

Knutas apreto los dientes sin contestar. La policia habia tomado la decision de mantener en secreto que la cabeza habia desaparecido. Las personas que lo sabian habian recibido ordenes estrictas de no hablar de ello.

– ?Te preguntaba que si habiais encontrado la cabeza? -repitio Johan imperterrito.

– No voy a hablar de eso -respondio Knutas irritado.

– Se, de una fuente segura, que no ha aparecido -aseguro Johan-. ?No me lo puedes confirmar?

De la indignacion que sintio, a Knutas se le puso la cara roja como la grana. Comprendio que la policia ya no tenia nada que ganar negandolo.

– No, no hemos encontrado la cabeza -reconocio dejando escapar un suspiro de resignacion.

– ?Teneis alguna hipotesis de adonde puede haber ido a parar?

– No.

– Es decir, ?que el autor del crimen se la ha llevado?

– Probablemente.

– ?Que puede significar eso?

– Imposible saberlo en estos momentos.

– ?Para que crees que quiere la cabeza la persona o las personas que lo hayan hecho?

– Esa es una cuestion sobre la que solo cabe especular y en la policia no nos dedicamos a eso. Lo que tenemos que hacer ahora es detener al culpable.

– ?Cual ha sido tu reaccion personal ante lo sucedido?

– Me parece que es terrible que alguien pueda hacerle una cosa asi a un animal. La policia, logicamente, considera los hechos muy graves y vamos a dedicar todos los recursos disponibles para hallar al o a los culpables. Queremos rogar a los ciudadanos que, si han visto u oido algo que pueda estar relacionado con el crimen, se pongan en contacto con la policia.

Knutas dio la entrevista por finalizada.

Tenia calor y estaba indignado. Aunque sabia que no iba a conseguir nada, trato de convencer a Johan para que no incluyera en su reportaje el detalle de que la cabeza habia desaparecido. Como era de suponer, el periodista se mostro inflexible y objeto que aquella informacion era tan importante para los ciudadanos que tenian que emitirla.

Cuando Pia y Johan regresaron a la redaccion disponian de muy poco tiempo para editar el reportaje si querian llegar al informativo de la tarde. Se sentaron juntos en la unica sala de montaje que habia. Johan llamo a Grenfors, a quien le parecio bien que hubieran entrevistado a las ninas. Eran lo suficientemente mayores y el era de la opinion de Pia, estaban hablando de un caballo. Por otro lado, Grenfors no destacaba en la redaccion por pertenecer al grupo de los mas prudentes.

– Solo espero que nadie mas haya conseguido enterarse de que ha desaparecido la cabeza -murmuro Pia mientras tecleaba concentrada. Disponian de treinta minutos antes de que comenzara el primer avance de Noticias Regionales, y le habian prometido al redactor jefe preparar una entradilla de al menos minuto y medio. Terminaron de editarla a las seis menos diez y enviaron el archivo digital a la redaccion central de Estocolmo por correo electronico.

Despues de la emision llamo Grenfors.

– Buen trabajo -elogio-. Estupendo que consiguieras entrevistar a las ninas, han estado la mar de bien y creo que no las ha entrevistado nadie mas.

– No, por lo que se, solo han accedido a hablar con nosotros.

– Oye, ?como conseguiste que lo hicieran?

– Eso ha sido merito de Pia -respondio Johan-. Logro convencerlas.

– ?No me digas? -Grenfors parecia sorprendido-. Dile que lo ha hecho asombrosamente bien. ?Como vais a continuar manana?

Johan se imagino a su jefe columpiandose en su silla frente a la mesa de la redaccion de Noticias Regionales en el edificio de la television, en el barrio de Gardet en Estocolmo. Un cincuenton alto, asiduo al gimnasio, con el cabello tenido y obsesionado con dar la talla.

Algo que, en opinion de Johan, ultimamente se le habia exacerbado. Grenfors se habia vuelto cada vez mas quisquilloso. Su preocupacion por que las cronicas no llegaran a tiempo se manifestaba de varias formas: continuas llamadas para preguntar como iba el trabajo, largas discusiones sobre como habia que hacer el reportaje y, cada dos por tres, el redactor jefe llamaba directamente a las personas con las que ya habian quedado para hacerles una entrevista con el fin de asegurarse de que no se iban a echar atras.

La verdad es que Grenfors siempre habia sido algo entrometido, pero nunca como ahora. Johan se preguntaba si obedeceria a la creciente presion y los margenes cada vez mas estrechos de la redaccion. Los recortes afectaban a los informativos a intervalos regulares, reducian cada vez mas la plantilla, menos empleados tenian que hacer cada vez mas reportajes a costa de presionar a sus colaboradores y empeorar la calidad.

Esa era una de las ventajas de trabajar en Gotland: no tener que soportar el continuo desasosiego del redactor jefe. Ahora, al menos, lo mantenia a distancia.

Jueves 1 de Julio

Como Knutas se habia temido, la noticia de que el caballo habia aparecido degollado desato una fuerte

Вы читаете Nadie Lo Conoce
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату