donde puede estar Bengt?
– No, conoce a tanta gente. Lo que puedo hacer es llamar a sus amigos a ver si ellos lo saben.
– ?Cuando fue la ultima vez que vio usted a Bengt, quiero decir que lo vio realmente? -apostillo Karin.
– Vamos a ver… Aparte de ayer por la tarde, entonces. Debio de ser ayer por la manana. Durmio hasta tarde, como de costumbre. Se levanto a eso de las once y se tomo el desayuno cuando yo almorzaba. Luego se fue. No me dijo adonde iba a ir.
– ?Que aspecto tenia?
– Normal. No actuaba de forma extrana ni nada por el estilo.
– ?Sabe si ha ocurrido algo raro ultimamente?
Doris Johnsson se agarraba la tela del vestido.
– Noo -dijo indecisa.
De repente alargo los brazos.
– Ah, si, precisamente. Henry gano en las carreras. Acerto una quiniela V5 y fue el unico ganador, asi que gano un monton de dinero. Ochenta mil coronas, creo. Me lo conto Bengt el otro dia.
Karin y Wittberg la miraron asombrados.
– ?Cuando fue eso?
– No fue este domingo, asi que tuvo que ser el anterior. Si, eso es, porque entonces fueron a las carreras.
– Y Henry gano entonces ochenta mil. ?Sabe que hizo con el dinero?
– Comprar bebida, supongo. Una parte se la habra gastado directamente en alcohol. En cuanto tienen dinero, se dedican a invitar a todos.
– ?Que mas personas forman parte de su circulo de amistades?
– Hay uno que se llama Kjelle, con el que alternaba mucho, y un par de mujeres, Monica y Gunsan. Bueno, en realidad se llama Gun.
– ?Los apellidos?
La senora meneo la cabeza.
– ?Donde viven?
– Eso tampoco lo se, pero creo que aqui en la ciudad. Ah, y un tal Orjan tambien, por lo visto ha llegado aqui hace poco. Bengt me ha hablado de el ultimamente. Creo que vive en la calle Styrmansgatan.
Se despidieron de Doris, que prometio ponerse en contacto con ellos tan pronto como supiera donde se encontraba su hijo.
La informacion del premio ganado en la V 5 hacia
Knutas se habia llevado sandwiches de pan danes de centeno, Smorrebrod, para el almuerzo. Recientemente habia estado de visita su suegro y habia hecho las delicias de toda la familia con los productos de Dinamarca que tanto les gustaban. Las tres rebanadas oscuras llevaban encima diferentes acompanamientos: pate de higado de cerdo con una especie de calabaza en conserva que recordaba bastante al pepino, albondigas en rodajas con remolacha en vinagre, y su favorito, el rullepolse, un embutido de carne de cerdo cocida, enrollada y ahumada. Todo ello regado con una cerveza bien fria.
Lo interrumpio una llamada en la puerta. Norrby asomo la cabeza.
– ?Dispones de un momento?
– Claro.
Norrby doblo su cuerpo de casi dos metros de estatura en una de las sillas que Knutas tenia dispuestas para las visitas.
– He hablado con un vecino que tenia algo interesante que contar.
– ?De que se trata?
– Anna Larsson es una senora mayor que vive en el piso que esta encima del de Dahlstrom. El lunes por la noche a las diez y media lo oyo salir. Llevaba puestas sus viejas zapatillas, que suenan en el suelo de una forma especial.
Knutas fruncio el ceno.
– ?Como pudo oirlo desde el interior de su apartamento?
– Buena pregunta, pero el caso es que su gato tenia diarrea.
– ?Y?
– Anna Larsson vive sola y no tiene ningun balcon. Justo cuando estaba a punto de irse a la cama, el gato se cago en el suelo. Olia tan mal que no podia dejar dentro la bolsa con la mierda. Ya se habia puesto el camison y no queria bajar hasta el contenedor de basuras por temor a encontrarse con algun vecino. Por eso dejo la bolsa provisionalmente en el rellano delante de su puerta. Penso que si la tiraba por la manana temprano nadie notaria nada.
– Ve al grano -corto Knutas impaciente. La tendencia de Norrby a perderse en los detalles era a veces mas irritante de lo normal.
– Pues bien, justo en el momento que ella abre la puerta, oye salir a Dahlstrom con las zapatillas puestas, que cierra la puerta y baja las escaleras del sotano.
– Esta bien -concluyo Knutas dando unos golpecitos con la pipa en la mesa.
– La senora Larsson no piensa mas en ello. Se acuesta y se duerme. A medianoche se despierta porque el gato maulla. Esta vez se ha cagado en su habitacion. Es evidente que el gato padece una fuerte gastroenteritis.
– Mmm.
– Se levanta, lo limpia y tiene otra bolsa con mierda de gato para dejar en el rellano. Cuando abre, alguien entra en el portal y se detiene frente a la puerta de Dahlstrom. Pero esta vez no oye el ruido de las zapatillas de Dahlstrom, sino a alguien que lleva zapatos de verdad. Le pica la curiosidad y se queda a escuchar. El desconocido no llama, pero la puerta se abre y quien sea entra, sin que ella oiga hablar a nadie.
Aquello si que desperto el interes de Knutas. Se quedo con la pipa en el aire.
– ?Que paso despues?
– Despues no oye nada mas. Ni un sonido.
– ?Tuvo la impresion de que alguien abrio la puerta de Dahlstrom desde dentro o la abrio la persona que estaba fuera?
– Cree que la abrio la persona que estaba fuera.
– ?Por que no ha contado esto antes?
– La interrogaron la misma tarde que encontraron muerto a Dahlstrom. Dice que se sentia estresada y muy disgustada, por eso entonces solo menciono que habia oido a Dahlstrom bajar al sotano. Pero despues empece a preguntarme como podia estar tan segura. Por eso queria hablar con ella otra vez.
– Bien hecho -aprobo Knutas-. Es probable que oyera al asesino, pero tambien pudo ser Dahlstrom que hubiese vuelto a salir. Eso fue varias horas mas tarde, ?no?
– Es cierto, pero parece poco probable que volviera a salir otra vez, ?no te parece?
– Tal vez. ?Hizo esa senora alguna observacion mas despues de que el hombre entrara en la casa?
– No, se acosto y volvio a quedarse dormida.
– Esta bien. La cuestion es saber si el hombre tenia llave, en el caso de que no fuera el propio Dahlstrom.
– No hay nada que indique que la cerradura haya sido forzada.
– Algun conocido, quiza.
– Eso parece verosimil.
Cuando la Brigada de Homicidios volvio a reunirse por la tarde, Karin y Wittberg empezaron refiriendo su encuentro con Doris Johnsson y lo que les habia contado acerca del premio en las carreras de caballos.
– Ahora, al menos, tenemos un movil -concluyo Karin.
– Eso explica por que registraron el apartamento -constato Knutas-. Parece evidente que el asesino sabia que Dahlstrom habia ganado en las carreras.
– El dinero aun no ha aparecido -anadio Sohlman-, por lo que es probable que el autor del crimen lo