esa informacion. Tengo la sensacion de que nada de eso guarda mayor relacion con la realidad… Mas bien parecen acusaciones cruzadas y, desde luego, un despilfarro muy eficaz del tiempo y los recursos de la policia.

– Yo me inclino a pensar lo mismo, pero, a la vez, no podemos cerrar los ojos al hecho de que en la casa de al lado vive un posible miron. Ya sabes, los delitos sexuales suelen empezar justo con ese tipo de acciones - observo Martin.

– Si, lo se, pero me parece demasiado rebuscado. Supon que es cierto lo que dice Lilian Florin, cosa que yo dudo mucho. En ese caso, estariamos diciendo que Morgan queria fisgar para ver a una mujer adulta desnuda; no hay nada en ello que indique un supuesto interes sexual por menores. Ademas, ni siquiera sabemos si el asesinato de Sara comenzo con una agresion sexual. En la autopsia no habia nada que abogase por ello. Pero quiza valga la pena investigar algo mas a Morgan. Al menos, tener una charla con el.

– ?Crees que habra alguna posibilidad de que vaya contigo? -pregunto Martin ansioso-. ?O has empezado a tomarle carino a Ernst?

Patrik hizo un mohin de disgusto.

– No, eso no pasara nunca. Y por mi, encantado. La cuestion es que dira Mellberg.

– Ya, pero por lo menos podemos preguntarle. Me da la impresion de que ultimamente funciona con un perfil mas bajo. Quien sabe, quiza este ablandandose con la edad…

– Lo dudo -dijo Patrik riendo-, pero le preguntare. Podriamos salir esta tarde, porque tengo algun papeleo que resolver antes.

– Me viene de perlas. Asi a mi tambien me da tiempo de terminar esto -dijo Martin senalando el monton de denuncias-. Con suerte, para entonces tendre un informe completo. Aunque, ya te digo, no te hagas ilusiones, no parece que haya nada que nos cuadre.

Patrik asintio.

– Haz lo que puedas.

Gosta se dormia ante el ordenador. Tan solo el golpe de la barbilla contra el pecho lo despertaba hasta el punto de impedirle caer de lleno en la nebulosa del sueno. Quien pudiera tumbarse un rato, se decia. Si pudiera echar un suenecito, estaria listo para acometer el trabajo.

El estridente timbre del telefono le hizo dar un respingo en la silla.

– ?Mierda! -exclamo sin que el numero que aparecio en la pantalla mejorase en absoluto su humor.

?Que querria ahora la vieja? De pronto penso que tal vez deberia abrigar sentimientos algo mas humanos, teniendo en cuenta lo sucedido, y se calmo antes de contestar.

– Gosta Flygare, comisaria de policia de Tanumshede.

La voz que contesto al otro lado del hilo telefonico sonaba excitadisima y tuvo que pedirle a la mujer que se calmase un poco, pues no entendia lo que decia. Ella no parecio tomar nota, de modo que le repitio:

– Lilian, hableme un poco mas despacio, apenas oigo lo que dice. Respire hondo y cuentemelo otra vez.

Lilian parecio recibir el mensaje y retomo el relato desde el principio. Gosta quedo atonito. Aquello si que no se lo esperaba. Tras un par de intentos de calmarla, consiguio que Lilian colgase. Cogio la cazadora y se dirigio al despacho de Patrik.

– Oye, Hedstrom -le interpelo Gosta sin molestarse en llamar.

Patrik estaba trabajando con la puerta abierta, asi que considero que le estaba bien empleado que la gente entrase sin mas.

– ?Si? -pregunto Patrik.

– Acabo de atender una llamada de Lilian Florin.

– ?Si? -repitio con renovado interes.

– Parece que ha ocurrido algo en su casa. Asegura que Kaj la ha agredido.

– ?Que demonios estas diciendo? -se alarmo Patrik haciendo girar la silla para poder ver a Gosta de frente.

– Pues si, dice que llego a su casa hace un rato y que empezo a protestar y a gritarle, y que, cuando intento echarlo de alli, la emprendio a punetazos con ella.

– ?Que barbaridad! -exclamo Patrik incredulo.

Gosta se encogio de hombros.

– Bueno, eso es lo que dijo. Le prometi que iriamos enseguida -anadio mostrandole la cazadora.

– Si, por supuesto -respondio Patrik levantandose al tiempo que tomaba la suya de la percha.

Veinte minutos mas tarde, ya estaban en casa de los Florin. Llamaron a la puerta, Lilian les abrio casi de inmediato y los invito a pasar. Tan pronto como estuvieron dentro, la mujer empezo a gesticular airadamente con los brazos.

– ?Ven lo que me ha hecho? -gritaba senalando una leve rojez en la mejilla antes de subirse la manga para mostrarles el cardenal del brazo-. Si no va a la carcel por esto…

Lilian iba alterandose cada vez mas y la excitacion parecia impedirle hablar con claridad.

Patrik le puso la mano en el brazo sano para calmarla, y le dijo:

– Vamos a investigarlo, se lo prometo. Por cierto, ?ha ido a que la vea un medico?

Ella nego insegura:

– No, ?deberia hacerlo? Me atizo en la cara y me agarro del brazo y me zarandeo, pero creo que no tengo mayores lesiones -admitio a disgusto-. Aunque quiza necesiten pruebas fotograficas y demas, ?no?

El rostro de Lilian se ilumino por un segundo hasta que Patrik se vio obligado a destruir sus esperanzas.

– No, creo que es suficiente con que lo hayamos visto nosotros. Vamos a hablar con Kaj, a ver como continuamos con este asunto. ?Hay alguien a quien pueda llamar?

Lilian asintio.

– Si, puedo pedirle a mi amiga Eva que venga a hacerme compania un rato.

– Bien, pues llamela, prepare un cafe e intente tranquilizarse. Esto se arreglara, ya vera.

Patrik intento darle animos, pero, para ser sincero, habia algo en el dramatismo interpretativo de aquella mujer que le inspiraba cierta repulsion. Tenia la sensacion de que habia alguna cosa mas.

– ?No tengo que presentar una denuncia formal? ?Rellenar algun impreso y esas cosas? -pregunto Lilian esperanzada.

– Ya lo veremos despues. Antes, Patrik y yo iremos a mantener una charla con Kaj -respondio Gosta en un tono de inusitada autoridad.

Lilian no se conformo con tan vagas promesas.

– Si tienen pensado hacer la vista gorda con este asunto solo por pereza de intervenir cuando una pobre mujer indefensa resulta victima de una agresion terrible, sepan que no pienso quedarme de brazos cruzados, de eso pueden estar seguros. Para empezar, llamare a su jefe y luego ire a los periodicos si hace falta, y…

Gosta interrumpio su perorata con voz de acero:

– Nadie tiene intencion de hacer la vista gorda con nada, Lilian, pero vamos a hacer lo que hemos dicho: iremos a hablar con Kaj y luego atenderemos los aspectos formales del incidente. Si tiene objeciones al procedimiento, cuenta con nuestro beneplacito para llamar a la comisaria y presentar todas sus quejas ante nuestro jefe, Bertil Mellberg. De lo contrario, volveremos en cuanto hayamos hablado con el inculpado.

Tras unos segundos de lucha interna, Lilian parecio comprender que habia llegado el momento de capitular.

– Bueno, si es asi, llamare a Eva. Pero cuento con que vuelvan dentro de un rato -murmuro con acritud.

Sin embargo, no fue capaz de abstenerse de una ultima demostracion dando un portazo que resono en todo el barrio.

– ?Que piensas tu de esto? -pregunto Patrik, al que aun le costaba digerir que Gosta, precisamente, se hubiese ganado el respeto de aquella mujer.

– Pues…, no se, la verdad… Yo… -comenzo Gosta indeciso-. Hay algo que no acaba de… cuadrarme.

– Si, a mi me pasa lo mismo. ?Sabes si Kaj ha recurrido a la violencia fisica durante tantos anos de desavenencias?

– No y, si lo hubiese hecho, habriamos tenido una conversacion al respecto ipso facto, creeme. Por otro lado, tampoco lo habian acusado antes de un asesinato, aunque sea con poca base.

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