conseguido que hablase. Ahora nos acusa de la muerte de Morgan y, en cierto modo, tiene razon. Manana tenian que venir unos colegas de Gotemburgo para interrogar a Kaj, pero ahora habra que aplazarlo indefinidamente. El abogado de Kaj ha cancelado todos los interrogatorios hasta nueva orden, dadas las circunstancias.
– Es decir, seguis sin saber si esta involucrado en el asesinato de Sara ni en… lo que sucedio ayer.
– Exacto -respondio Patrik extenuado-. Lo unico seguro es que Kaj no pudo sacar a Maja del carrito, pues lo teniamos arrestado. Por cierto, ?se ha pasado Dan por aqui? -le pregunto acariciando a su hija, a la que habia cogido en brazos con cuidado de no despertarla.
– Si, desde luego. Ha sido un buen perro guardian -lo tranquilizo Erica con una sonrisa superficial que no llego a reflejarse en sus ojos-. Al final casi tuve que echarlo. No hace ni media hora que se marcho. No me sorprenderia que se hubiese acostado en el jardin, en un saco de dormir.
Patrik se echo a reir.
– Si, a mi tampoco me sorprenderia. En cualquier caso, le debo un favor. Es un alivio saber que no habeis estado solas hoy.
– Mira, estaba a punto de subir a acostarme con Maja, pero si quieres, podemos quedarnos un rato.
– No te lo tomes a mal, pero preferiria estar un rato a solas -respondio Patrik-. Me he traido algo de trabajo y luego quiza me quede viendo la tele para desconectar.
– Haz lo que te apetezca -le dijo Erica antes de levantarse, darle un beso en los labios y coger a Maja.
– Por cierto, ?que tal os ha ido hoy a vosotras dos? -le pregunto a Erica, que ya subia la escalera.
– Bien -aseguro ella. Pero Patrik aprecio un timbre muy singular en su voz-. Hoy no ha dormido en mi regazo en absoluto, solo en el cochecito. Y sin llorar mas de veinte minutos. De hecho, la ultima vez, solo cinco.
– Estupendo -respondio Patrik-. Parece que empiezas a controlar la situacion.
– Si, joder, es un milagro que funcione -convino Erica entre risas. Pero volvio a adoptar un gesto grave y anadio-: Aunque ahora solo duerme dentro. Nunca mas tendre valor para dejarla durmiendo fuera.
– Perdona mi comportamiento tan… idiota de la otra noche -se disculpo Patrik.
No queria correr el riesgo de decir otra inconveniencia, asi que procuraba elegir bien las palabras, incluso para disculparse.
– No importa. Es que estoy hipersensible, pero creo que ahora eso ha cambiado. El panico de creerla desaparecida ha tenido un efecto positivo: me siento agradecida por cada minuto que puedo pasar con ella.
– Si, entiendo lo que quieres decir -convino Patrik despidiendose con un gesto mientras ella seguia escaleras arriba.
Bajo por completo el volumen del televisor, saco el reproductor de casetes, rebobino y pulso el boton para escuchar la grabacion. Ya habia oido varias veces en la comisaria los escasos minutos del supuesto interrogatorio de Ernst a Morgan. No decian mucho, pero habia algo a lo que Patrik no dejaba de darle vueltas, algo que no era capaz de identificar.
Despues de escucharlo tres veces, se dio por vencido. Dejo el reproductor sobre la mesa y fue a la cocina. Tras unos minutos de maniobra, volvio a la sala de estar con un chocolate caliente y tres rebanadas de pan Skogaholm con queso y huevas. Subio el volumen del televisor y puso el canal Discovery, donde daban el programa Crime Night. Ponerse a ver reconstrucciones de crimenes reales tal vez fuese una manera de desconectar un tanto extrana para un policia, pero a el lo serenaba: siempre terminaban resolviendo los casos.
Mientras veia el programa, empezo a forjarse en su mente una idea cuya naturaleza pertenecia por completo al ambito de su vida privada. Una idea extremadamente agradable y vivificante que, de forma terminante y eficaz, aparto de su pensamiento toda reflexion sobre crimenes y muerte. Patrik sonrio en la semipenumbra. Deberia ir de tiendas.
La luz en la celda era chillona e implacable. Sentia como si le traspasara todos los miembros, todos los intersticios de su cuerpo. Intentaba esconderse tapandose la cabeza con los brazos, pero seguia sintiendo su agudeza en la nuca.
En tan solo unos dias, su mundo se habia derrumbado. Bien mirado, tal vez fuese una ingenuidad, pero el se sentia tan seguro, tan inalcanzable. Formaba parte de una comunidad que parecia estar por encima del mundo normal y corriente. Ellos no eran como los demas. Eran mejores. Mas cultos que los demas. Lo que el entorno no atinaba a comprender era que todo consistia en amor, solo amor. El sexo representaba una minima parte del asunto. La mejor manera de describirlo era, segun el, sensualidad. La piel joven era tan limpia, tan nueva. Los sentidos de los ninos eran inocentes, no estaban manchados de sucios pensamientos como tarde o temprano lo estaban los de los adultos. Y lo que ellos hacian era ayudar a esos jovenes a desarrollarse de modo que lograran alcanzar todo su potencial. Les ayudaban a comprender lo que era el amor. El sexo era la herramienta, no el objetivo en si. El objetivo era conseguir la univocidad, la union de las almas. Una union entre joven y viejo, hermosa por su pureza.
Pero nadie lo comprenderia. Ya habian hablado de ello en numerosas ocasiones en el foro de Internet. De como la necedad y la estrechez de miras de los demas los incapacitaba para intentar comprender siquiera algo que para ellos era tan evidente. Antes al contrario, siempre andaban ansiosos de colgarle un sucio cartel a cuanto hacian, pese a que asi tambien ensuciaban a los ninos.
En tales condiciones, comprendia que Sebastian hubiese optado por lo que hizo. Sebastian sabia que nadie iba a comprender nada, que en lo sucesivo lo mirarian con odio y con desprecio. Lo que Kaj no podia comprender, no obstante, era que lo hubiese acusado como lo hizo en su ultimo mensaje al mundo. Se sentia herido. El llego a creer que habian alcanzado una autentica compenetracion en sus encuentros y que el alma de Sebastian, tras la primera oposicion que siempre debia ser vencida, abrazo por fin la suya voluntariamente. Lo fisico era algo subsidiario. La verdadera compensacion consistia en la sensacion de haber bebido directamente del manantial de la juventud. ?Acaso Sebastian no lo comprendio realmente? ?Acaso estuvo fingiendo todo el tiempo? ?O serian las normas sociales las que lo abocaron a negar su afinidad en la ultima carta? Le dolia saber que nunca lo averiguaria.
Sobre lo otro, procuraba no pensar. Desde que le habian anunciado la muerte de Morgan, se esforzo por apartar de su mente todo recuerdo de su hijo. Era como si su cerebro no quisiera admitir la cruel verdad, pero la inmisericorde luz de la celda lo obligaba a evocar imagenes cuya manifestacion el se empenaba en anular. Pese a todo, una idea se forjo malintencionada en su mente, la idea de que aquel era el castigo. Pero pronto lo desecho. El no habia hecho nada malo. A lo largo de los anos, llego a amar verdaderamente a algunos de los ninos. Y ellos lo amaban a el. Asi era y asi debia ser. La otra opcion resultaba demasiado tremenda para que pudiera imaginarla siquiera. Aquello tenia que ser amor.
Sabia que no habia sido muy buen padre para Morgan. Todo era tan complicado… Ya desde el principio su hijo resultaba dificil de amar y, en muchas ocasiones, sintio admiracion por Monica porque ella era capaz de aceptarlo, de amar a aquel nino arisco y raro que era el hijo de ambos. Otro pensamiento cruzo su mente. ?Y si ahora se empenaban en demostrar que el habia tocado a Morgan? La sola idea lo indigno. Morgan era su hijo, su propia carne y su propia sangre. Sabia que lo dirian, aunque no seria mas que otra prueba de su cerrazon y su mezquindad. No era lo mismo, en absoluto. El amor entre padre e hijo y el amor entre el y los demas ninos eran niveles totalmente distintos.
Sin embargo, el amaba a Morgan. Sabia que Monica no lo creia, pero era la verdad. Solo que no sabia como llegar a el. Todos sus intentos se estrellaron contra el rechazo y alguna vez se pregunto si Monica habria arruinado sus esfuerzos de un modo sutil, como si quisiera a Morgan solo para ella, como si quisiera ser la unica depositaria de su confianza. Kaj quedo fuera pues, pese a que ella lo recriminaba y lo acusaba de no implicarse con su hijo, el sabia que, secretamente, las cosas iban tal y como ella deseaba. Y ahora ya era demasiado tarde para cambiarlas.
Bajo la luz estentorea de los tubos fluorescentes, se tumbo en el suelo y se encogio en posicion fetal.
Los forenses de la television habian resuelto tres casos en cuarenta y cinco minutos. Hacian que pareciera demasiado facil, pero Patrik sabia que no era cierto. En cualquier caso, esperaba que Pedersen lo llamase al dia siguiente con la informacion sobre la ceniza en la ropa de Liam y de Maja.
Presentaron un nuevo caso en el programa. Patrik miraba abstraido y, como ya sentia que el sueno se apoderaba de el, se enderezo en el sofa dispuesto a prestar atencion. Era un caso ocurrido en Estados Unidos, ya antiguo, pero las circunstancias resultaban tan familiares como inquietantes. Se apresuro a grabarlo en el video