le acariciase la cabeza…, todos aquellos gestos sin importancia que todo su cuerpo pedia a gritos. Sin embargo, no habia nadie que se los ofreciera, nadie que pudiese satisfacer aquella necesidad. Ni en su casa ni alli. De modo que tanto le daba irse como quedarse.

La caja que tenia detras se le antojaba vacia. Ahora la ocupaba otra chica, una de las habituales de la tienda. Y aun asi, ella tenia la sensacion de que estaba desierta. A Jonna le sorprendio descubrir el vacio que habia dejado Barbie. Se habia burlado de ella, la habia rechazado, apenas la habia considerado un ser humano. Pero despues de lo ocurrido, ahora que ya no estaba, Jonna reparaba en la alegria que irradiaba, pese a la inseguridad que sentia, pese a haber optado por el tipo de chica rubia que ansiaba despertar la atencion del entorno. Barbie siempre conservo el buen humor. Era la que reia, la que se sentia feliz con lo que estaban haciendo y la que intentaba animar a los demas. Y, en lugar de agradecerselo, se burlaron de ella y la condenaron juzgandola como si fuera una tia buena imbecil que no merecia ningun respeto. Y ahora que ya no estaba, resultaba evidente cual habia sido su aportacion.

Jonna se tiro un poco mas de los punos de las mangas. Hoy no tenia el menor interes en atraer miradas raras de compasion y admiracion mezcladas con desprecio. Las heridas eran mas profundas de lo habitual. Desde que Barbie murio, se habia cortado a diario. De forma mas dura y brutal que nunca. Mas hondo en su propia carne, hasta que veia como se abria la piel antes de escupir la sangre que circulaba por debajo. Pero la vision de aquel flujo rojo y palpitante ya no lograba mitigar su ansiedad.

Era como si la angustia se hubiese instalado tan hondo en su ser que ya nada podia afectarle.

En ocasiones oia en su cabeza voces airadas, como si de una grabacion se tratase. Podia oir lo que decian como desde fuera, o desde arriba. Era espantoso. Todo habia salido tan mal. Era tan atroz. La oscuridad se habia aduenado de su interior sin que ella pudiese hacer nada por evitarlo. Toda aquella materia oscura de la que intentaba liberarse a traves de la sangre, por medio de las heridas, se habia inflamado como una rabia incontrolable.

Ahora sentia que el vacio de la caja que tenia detras se mezclaba con la verguenza. Y con el miedo. Sentia el palpitar de las heridas. Era la sangre, mas sangre, que queria salir.

– ?Maldita sea! ?Yo opino que ha llegado el momento de cerrar este circo! -grito Uno Brorsson estampando el puno en la gran mesa de reuniones de las oficinas municipales, al tiempo que fijaba en Erling una mirada exigente. Ni siquiera miro a Fredrik Rehn, al que habian invitado para hablar de lo sucedido y para que les comunicase la postura de la productora.

– Pues yo opino que deberias calmarte un poco -respondio Erling con un punto de censura en la voz. En realidad, tenia ganas de agarrar a Uno por la oreja y arrastrarlo fuera de la sala de reuniones, como si se tratara de un nino desobediente, pero la democracia era la democracia y tuvo que reprimirse-. Lo que ha sucedido es una gran tragedia, pero nada que implique que debamos tomar decisiones precipitadas, mas emocionales que racionales. Estamos aqui para discutir con calma la continuidad del proyecto. He invitado a Fredrik para que nos cuente como ven ellos el ser o no ser del programa, y os recomiendo que le presteis atencion. No en vano, el es el experto en este tipo de producciones y, por mas que lo ocurrido constituye una novedad absoluta y, bueno, como he dicho, una tragedia, seguro que sus puntos de vista sobre como enfrentarnos a ello son sensatos.

– Menudo tontaina, un engreido de la capital -mascullo Uno en voz baja, pero lo bastante alto como para que lo oyera Fredrik. El productor opto por ignorar el comentario y se sento a horcajadas en la silla, con los brazos apoyados en el respaldo.

– Bueno, comprendo que esto haya despertado muchos sentimientos encontrados. Naturalmente lamentamos profundamente la muerte de Barbie, Lillemor, y tanto yo como todo el equipo de produccion en Estocolmo sentimos mucho lo ocurrido. -En este punto, emitio un ligero carraspeo y bajo la vista apesadumbrado. Tras un instante de incomodo silencio, alzo la mirada de nuevo-. Pero, como dicen en Estados Unidos: The show must go on. Del mismo modo que vosotros no interrumpiriais vuestro trabajo si alguno de vosotros, Dios no lo quiera, sufriese una desgracia, tampoco nosotros podemos hacerlo. Ademas, estoy convencido de que Barbie, Lillemor, habria querido que continuasemos. -Otro silencio, y de nuevo una mirada tristona.

Se oyo un sollozo en uno de los extremos de la enorme mesa reluciente.

– Pobre muchacha -se lamento Gunilla Kjellin enjugandose una lagrima con la servilleta.

Por un instante, Fredrik parecio un tanto molesto, pero luego continuo:

– Tampoco podemos ignorar la realidad. Y una realidad es que hemos invertido una suma muy cuantiosa de dinero en Fucking Tanum, una inversion que, confiamos, nos proporcione un buen rendimiento tanto a vosotros como a nosotros. A nosotros, con indices de audiencia y con los ingresos procedentes de los anuncios publicitarios; y a vosotros, con turistas y los ingresos que ellos generen. Una ecuacion muy sencilla.

Erik Bohlin, el jefe municipal de economia, comenzo a alzar la mano para indicar que deseaba hacer una pregunta, pero como Erling temia que encauzase la discusion en una direccion no deseada, lanzo al joven economista una agria mirada que lo indujo a bajar la mano de inmediato.

– Pero ?como vamos a tener turistas ahora? Los asesinatos tienen cierto… efecto disuasorio sobre el turismo…

El anterior consejero municipal, Jorn Schuster, observaba a Fredrik Rehn con el ceno fruncido, y era evidente que esperaba obtener una respuesta. Erling noto que le subia la presion sanguinea y conto mentalmente hasta diez. Que la gente tuviera que ser tan jodidamente negativa siempre… Era un suplicio tener que fingir que tomaba en consideracion a unas… personas, que no habrian sobrevivido ni un solo dia en el volcan de la realidad a la que el estaba acostumbrado de sus anos como jefe. Se dirigio a Jorn con serena frialdad.

– Debo decir que tu postura me decepciona enormemente, Jorn. Si habia alguien a quien yo creyese capaz de ver la imagen a gran escala, ese eras tu. Un hombre con tu experiencia no deberia distraerse con los detalles. Lo que aqui debemos promover es el bien del municipio, no dedicarnos a detener todo aquello que supone un avance, como una pandilla de simples burocratas.

Constato que el reproche, debidamente envuelto en adulacion, provoco un debil destello en los ojos del antiguo consejero municipal. Lo que mas deseaba Jorn, por encima de todo, era que lo siguieran considerando el hombre importante, como si hubiese dejado el puesto voluntariamente para actuar como una especie de mentor del recien llegado. Tanto Jorn como Erling sabian que no era el caso, pero Erling estaba dispuesto a seguirle el juego, con tal de lograr lo que queria. La cuestion era si Jorn tambien lo estaba. Erling aguardo, paciente. Reinaba un denso silencio en la sala y todos miraban a Jorn expectantes, deseosos de ver cual seria su reaccion. Su poblada barba blanca se agito ligeramente cuando, tras un buen rato de reflexion, se dirigio a Erling con una sonrisa paternal.

– Por supuesto, Erling, tienes razon. Yo tambien, en mis muchos anos al frente de este municipio, he apoyado el desarrollo de grandes ideas sin dejarme entorpecer por las opiniones negativas ni por los pequenos detalles. - Asintio satisfecho y miro a su alrededor. Todos estaban perplejos e intentaban en vano recordar a que grandes ideas aludia Jorn.

Erling asintio complacido. El viejo zorro habia adoptado la decision adecuada. Sabia por que caballo debia apostar a la larga. Y con ese respaldo, Erling respondio al fin a la pregunta.

– En lo que concierne al turismo, nos hallamos en la situacion unica de haber visto el nombre de nuestro municipio escrito en letras grandes en todas las primeras planas del pais. Claro que en relacion con una tragedia, pero el hecho es, pese a todo, que el nombre del pueblo empieza a grabarse en la conciencia de casi todos los suecos. Y es una circunstancia que podemos utilizar ventajosamente. Sin duda. De hecho, pienso implicar a una agencia de publicidad, para que nos ayuden a decidir la mejor manera de sacarle partido al espacio mediatico.

Erik Bohlin murmuro un comentario sobre el «presupuesto», pero Erling lo desecho de un manotazo, como si de una mosca irritante se tratara.

– Esa no es la cuestion ahora, Erik. A eso, precisamente, me referia antes, eso solo son detalles. Ahora estamos pensando a lo grande, lo otro ya lo arreglaremos. -Se volvio hacia Fredrik Rehn, que habia seguido el intercambio de opiniones con evidente regocijo-. Y Fucking Tanum sigue contando con todo nuestro apoyo. ?Verdad? -Erling dirigio entonces la vista hacia los demas y fue clavando en cada uno de ellos una intensa mirada.

– ?Por supuesto! -se oyo la vocecilla de Gunilla Kjellin, que lo miro llena de admiracion.

– ?Si, que cono, que siga funcionando esa porqueria! -exclamo iracundo Uno Brorsson-. De todos modos, ya no puede ser peor.

– Si -aprobo tambien Erik Bohlin escuetamente, aunque con un millon de preguntas en el aire.

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