– ?Como…? -balbucio Martin, buscando la expresion adecuada-. ?Cuanta ayuda necesitaba Rasmus en el dia a dia?

– ?Quiere decir que grado de retraso mental sufria? -pregunto Eva sin ambages.

Martin asintio incomodo.

– Pues, al principio, ninguno en absoluto. Rasmus obtenia las mejores calificaciones posibles en la mayoria de las asignaturas y, ademas, a mi me ayudaba muchisimo en casa. Siempre estuvimos los dos solos, desde el principio -dijo con otra sonrisa, tan llena de amor y de dolor que Patrik tuvo que apartar la vista-. Fue a partir de un accidente de trafico en el que se vio involucrado a los dieciocho anos cuando empezo a mostrarse… cambiado. Sufrio una lesion en el craneo y nunca volvio a ser el que era. Era incapaz de cuidarse solo, de seguir adelante con su vida, de mudarse de la casa de su madre, como los demas chicos de su edad. Rasmus se quedo conmigo. Y entre los dos nos construimos una vida a nuestra manera. Una buena vida, diria yo que pensaba Rasmus tambien. O, en cualquier caso, la mejor, dadas las circunstancias. Claro que tenia sus malos momentos… pero los pasabamos juntos.

– Y debido a esos… malos momentos, la policia no investigo su muerte como un caso de asesinato, ?verdad?

– Asi es. Rasmus habia intentado quitarse la vida en una ocasion. Dos anos despues del accidente. Cuando tomo conciencia de hasta que punto habia cambiado. Y de que nada volveria a ser como antes. Pero yo lo encontre a tiempo. Rasmus me prometio que jamas volveria a intentarlo y se que cumplio su promesa. -Miro alternativamente a Patrik y a Martin, deteniendose unos segundos en cada uno de ellos.

– Bien, ?y que ocurrio despues, el dia que lo encontraron muerto? -pregunto Patrik antes de coger una galleta de nueces. Su estomago protestaba advirtiendole de que ya habia pasado la hora del almuerzo, pero penso que podria mantener el hambre a raya con un poco de azucar.

– Llamaron a la puerta. Justo antes de las ocho. Lo supe en cuanto los vi. -Eva cogio la servilleta y se enjugo despacio una lagrima que rodaba por su mejilla-. Me dijeron que habian encontrado a Rasmus. Que habia saltado desde un puente. Era… ?Era tan absurdo! El jamas habria hecho tal cosa. Y dijeron que parecia que habia bebido un monton justo antes. Pero eso no podia ser. Rasmus jamas bebia. No podia, desde el accidente. No, nada encajaba, y yo lo indique. Pero nadie me creyo. -Bajo la vista y volvio a secarse las lagrimas con la servilleta-. Despues de transcurrido un tiempo, archivaron el caso clasificandolo de suicidio. Pero yo llamo al comisario Gradenius de vez en cuando, para que no lo olvide. Tengo la sensacion de que el me cree. Al menos, un poco. Y ahora aparecen ustedes…

– Si -dijo Patrik reflexivo-. Ahora aparecemos nosotros. -Sabia perfectamente lo dificil que les resultaba a los familiares aceptar la idea del suicidio de las victimas. Y que aceptaban cualquier razon, salvo que la persona que amaban hubiese optado por quitarse la vida y causarles tanto dolor. En no pocas ocasiones ellos mismos sabian que era cierto, pero, en este caso, Patrik se inclinaba por creer en las convicciones de Eva. Su relato suscitaba los mismos interrogantes que la muerte de Marit; y su sensacion de que existia una conexion se veia reforzada a cada minuto-. ?Aun conserva su habitacion? -pregunto en un impulso.

– Desde luego que si -respondio Eva al tiempo que se ponia de pie, como agradecida por la interrupcion-. La deje tal y como estaba entonces. Puede parecer un poco… sentimental, pero es lo unico que me queda de Rasmus. A veces entro y me siento en el borde de la cama y hasta hablo con el. Le cuento como ha sido la jornada, que tiempo hace y lo que pasa en el mundo. Una vieja loca, ?verdad? -pregunto y rompio en una carcajada tan sincera que toda su cara parecio iluminarse por un momento.

Patrik penso que debio de ser guapa de joven. No hermosa, quiza, pero si guapa. Una foto ante la cual pasaron al cruzar el pasillo se lo confirmo. Una joven Eva, con un bebe en brazos. El rostro encendido de felicidad, pese a que le resultaria dificil criar sola a un nino. Sobre todo en aquella epoca.

– Es aqui -afirmo Eva senalandoles la ultima habitacion del pasillo.

El dormitorio de Rasmus estaba tan limpio y ordenado como el resto de la casa, solo que aquella estancia tenia un caracter peculiar. Era evidente que la habia decorado el propio Rasmus.

– Le gustaban los animales -explico Eva orgullosa al tiempo que se sentaba en la cama.

– Si, ya lo veo -dijo Patrik riendose. Habia posters de animales por todas partes. Y tambien habia animales en las fundas de los almohadones, en la colcha y en la gran alfombra, con el dibujo de un tigre.

– Sonaba con trabajar como cuidador en un zoo. Los demas chicos querian ser bomberos o astronautas, pero Rasmus queria ser cuidador de animales. Yo creia que de mayor se le pasaria, pero siguio fiel a sus inclinaciones. Hasta que… -Se le quebro la voz, carraspeo un poco y paso la mano despacio por la colcha-. Despues del accidente, le quedo el interes por los animales. Y que se le presentara la oportunidad de trabajar en una tienda de mascotas fue… un regalo del cielo. Le encantaba su trabajo, y lo hacia muy bien. Se encargaba de dar de comer a los animales y de procurar que las jaulas y los acuarios estuviesen limpios. Y lo hacia de un modo ejemplar.

– ?Podriamos echar un vistazo un momento? -pregunto Patrik con dulzura.

Eva se puso de pie.

– Pueden mirar lo que quieran y preguntar lo que necesiten saber, con tal de que hagan lo posible por traernos la paz a mi y a Rasmus.

Cuando la mujer salio de la habitacion, Patrik y Martin intercambiaron una mirada. No era preciso que dijeran nada. Ambos sentian el peso de la responsabilidad que llevaban sobre sus hombros. No querian traicionar las esperanzas de la madre de Ras-mus, pero tampoco podian prometerle que sus investigaciones condujesen a alguna parte.

En cualquier caso, pensaban hacer cuanto estuviese en su mano.

– Yo mirare en los cajones y tu en el armario, ?de acuerdo? -dijo Patrik, que ya habia abierto el primer cajon.

– Claro -convino Martin dirigiendose a la pared, cubierta por un armario de puertas blancas y sencillas-. ?Buscamos algo en concreto?

– Si quieres que te sea sincero, no tengo ni idea -confeso Patrik-. Cualquier cosa que nos de una pista de cual es la conexion entre Rasmus y Marit.

– Vale -acepto Martin con un suspiro. Era consciente de que ya resultaba bastante dificil dar con aquello que uno sabia que queria encontrar; buscar algo asi, indeterminado, se le antojaba casi imposible.

Invirtieron una hora en revisar todo lo que habia en el cuarto de Rasmus, pero no hallaron nada que despertase su interes. Absolutamente nada. Abatidos, fueron en busca de Eva, que estaba trajinando en la cocina, y se plantaron en el umbral.

– Gracias por dejarnos mirar.

– No hay de que -respondio ella con una mirada esperanzada-. ?Han encontrado algo? -El silencio de los dos policias le dio la respuesta, y la esperanza que habia sentido dio paso al desanimo.

– Lo que buscamos es la conexion con la victima hallada en nuestro distrito. Se trata de una mujer, Marit Kaspersen. ?Le suena? ?Es posible que Rasmus la conociera en algun contexto?

Eva hizo memoria, pero termino por negar con un gesto.

– No, no lo creo. Ese nombre no me dice nada en absoluto.

– Solo hemos hallado una conexion evidente, y es que Marit tampoco probaba el alcohol, pero, cuando murio, tenia una tasa elevadisima. Rasmus no perteneceria a alguna asociacion de abstemios o algo asi, ?verdad? - pregunto Martin.

Una vez mas, la mujer nego con la cabeza.

– No, nada de eso. -Vacilo un instante, antes de reiterar sus palabras-. No, no pertenecia a ninguna asociacion de ese tipo.

– De acuerdo -dijo Patrik-. En ese caso, le damos las gracias, hasta nueva orden. Pero volveremos a llamarla. Y seguramente, tendremos mas preguntas que hacerle.

– Pueden llamar a medianoche si quieren. Aqui estare -respondio Eva.

Patrik tuvo que contener el impulso de avanzar unos pasos y darle un abrazo a aquella mujer menuda de ojos tristes y castanos como los de una ardilla.

Justo cuando se disponian a salir, Eva Olsson los detuvo.

– ?Un momento! Hay algo que quiza les interese saber. -Se dio media vuelta y entro en su dormitorio, de donde regreso despues de transcurridos unos minutos-. Esta es la mochila de Rasmus. Siempre la llevaba encima. Y tambien la llevaba cuando… -Volvio a quebrarsele la voz-. No he sido capaz de sacarla de la bolsa en la que estaba cuando la policia me la devolvio.

Вы читаете Crimen En Directo
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату