– Eva le entrego a Patrik la bolsa de plastico transparente que contenia la mochila de Rasmus-. Llevensela, quiza haya algo que les sea de ayuda.
Cuando se cerro la puerta, Patrik se quedo alli, con la bolsa en la mano. Observo la mochila, que reconocia de las fotografias tomadas en el lugar donde murio Rasmus. Lo que no se distinguia en las fotos, que habian sido tomadas de noche, era que estaba cubierta de manchas de color oscuro. Patrik comprendio que era sangre reseca. La sangre de Rasmus.
Hojeaba impaciente las paginas mientras hablaba por el movil.
– Si, pero si lo tengo aqui delante.
– …
– Pero, entonces, ?que pagais?
– …
– ?Solo eso? -Fruncio el ceno, algo decepcionada.
– Bueno, pues entonces llamo a la revista
– Vale, diez mil me va bien. Puedo entregaroslo manana. Pero para entonces el dinero tiene que estar ingresado en mi cuenta. De lo contrario, no os lo dare.
Tina cerro satisfecha la tapa del movil. Se aparto un poco de la granja y se sento a leer en una roca. No conocia bien a Barbie. Y, por otro lado, tampoco tuvo nunca el menor interes. Y le resultaba un poco desagradable tener acceso a todo lo que pasaba por su cabeza ahora, despues de su muerte. Paso la hoja del diario y leyo con avidez. Ya veia los parrafos en el periodico vespertino, con los mejores fragmentos subrayados. Lo que mas sorpresa le causo cuando empezo a leer el diario era el hecho de que Barbie no fuese tan estupida como ella pensaba. Sus razonamientos y exposiciones estaban bien formulados y, de vez en cuando, eran muy inteligentes. Pero Tina enarco una ceja, insatisfecha, cuando llego al pasaje que la inclino definitivamente a venderles aquella basura a los periodicos. Aunque no sin antes haber arrancado aquella pagina, por supuesto. La pagina en la que decia:
«Hoy estuve escuchando a Tina mientras ensayaba su tema. Lo cantara esta noche, en la fiesta de la granja. Pobre Tina. No sabe lo mal que suena. Me pregunto como funcionan esas cosas, como es que algo que suena tan mal para los de fuera puede sonar tan bien para el que lo canta. Aunque, claro, en eso se basa todo el concepto del programa
Presa de la mayor indignacion, Tina rasgo la hoja y la partio en pedacitos. ?Gilipollas! Si habia sentido el menor atisbo de pena por que Barbie hubiese muerto, ya se le habia pasado, desde luego. La muy cerda se habia llevado su merecido. Era una imbecil que no sabia de que hablaba. Tina hundio los trozos de papel en la grava. Luego, continuo hojeando, hasta llegar a aquello que la lleno de desconcierto. En una de las paginas que habia escrito poco despues de que llegaran a Tanum, Barbie habia escrito:
«Hay en
»He pensado tanto en mi padre ultimamente… Me pregunto por que. Creia que habia pasado pagina hacia mucho tiempo a esa parte de mis recuerdos. Me duele demasiado recordar. Ver su sonrisa, oir su voz ronca y sentir sus dedos en la frente cuando me retiraba un mechon de pelo para darme un beso de buenas noches. Todas las noches. Siempre me daba un beso en la frente y otro en la punta de la nariz. Ahora lo recuerdo. Por primera vez en muchos anos. Y me veo a mi misma como desde fuera. Veo lo que he hecho conmigo misma. Lo que he permitido que hagan otros. Veo los ojos de mi padre fijos en mi. Veo su desconcierto, su decepcion. Su Lillemor se encuentra ahora muy lejos. Oculta en algun lugar, detras de toda la ansiedad y el agua oxigenada y la silicona. Me puse un disfraz detras del cual esconderme, para que los ojos de mi padre no me encontraran, para que no me vieran. Me dolia recordar como me miraba. Como estuvimos los dos juntos tantos anos. La tranquilidad y la calidez de vivir con el. La unica forma de sobrevivir al frio que me sobrevino despues era olvidar aquella calidez. Pero ahora, vuelvo a sentirla. La recuerdo. Y la siento. Y hay una voz que me grita. Mi padre intenta decirme algo. ?Si supiera que! Pero se que tiene algo que ver con
Tina leyo el pasaje varias veces. ?A que se referia Barbie? ?Acaso habia reconocido a alguien alli, en Tanum? Aquellas lineas habian despertado la curiosidad de Tina, sin lugar a dudas. Enrollo su larga melena castana y la dejo descansar sobre el hombro. Con el diario en el regazo, encendio un cigarrillo, dio un par de caladas con autentica fruicion y volvio a hojearlo. Salvo el fragmento que acababa de leer, no habia en el mucho mas que le resultara de interes. Algunos pasajes en los que explicaba como veia a los demas participantes, ideas sobre el futuro, el mismo aburrimiento que todos empezaban a sentir por el dia a dia en aquel lugar… Por un instante, Tina penso que tal vez la policia tuviese interes en aquel diario, pero luego vio los fragmentos de la hoja que acababa de arrancar y desecho la idea. Disfrutaria viendo las ideas intimas de Barbie aireadas en la prensa de la tarde. Se lo habia ganado, por falsa y por mojigata.
Vio con el rabillo del ojo que Uffe se le acercaba. Para sacarle un cigarro, seguro. Tina se apresuro a guardar el diario dentro de la cazadora y adopto la expresion mas neutra de que fue capaz. Aquella historia era suya, y no pensaba compartirla.
Gosta observaba a Hanna a hurtadillas mientras se dirigian a la casa de Kerstin. Constato que Hanna se habia ganado su admiracion sin paliativos en un tiempo record. No a la manera patologica de un viejo verde, sino mas bien en un sentido paternal. Al mismo tiempo, la colega le recordaba muchisimo a su difunta esposa de joven. Tambien ella tenia el pelo rubio y los ojos azules y, al igual que Hanna, era menuda pero fuerte. Pero era obvio que las conversaciones con los familiares de las victimas no eran su plato favorito. Vio con el rabillo del ojo lo tensa que estaba y tuvo que contenerse para no ponerle una mano en el hombro y tranquilizarla. Algo le decia que Hanna no apreciaria su gesto. Mas bien, se arriesgaria a llevarse un derechazo.
Habian llamado de antemano para avisar de su visita, y cuando Kerstin abrio la puerta, Gosta vio que habia aprovechado para darse una ducha justo antes de que llegaran. Su rostro sin maquillar reflejaba la misma resignacion que habia visto en tantas ocasiones anteriores. Era la expresion que caracterizaba a los familiares de las victimas una vez pasada la primera conmocion y el dolor quedaba mas desnudo y acerado. En ese estadio del duelo, tomaban plena conciencia del caracter definitivo de lo sucedido.
– Entren -les dijo. A Gosta no le paso inadvertida la palidez verdosa de su cara, propia de quien lleva demasiado tiempo sin salir al aire libre.