el mejor?
– Lo es y punto -respondio Jonna tirandose de las mangas del jersey-. Es un tio legal. Y bueno, eso.
– ?Es que tu no eres buena? -quiso saber Lars. Su pregunta parecia tener muchos sentidos ocultos.
– No -dijo Jonna en voz baja. Una vez mas, recreo mentalmente la escena desarrollada delante de la finca, el odio que sintio hacia Barbie, lo herida que se sintio al saber lo que Barbie habia ido diciendo de ella y su deseo de hacerle dano. Experimento una satisfaccion autentica cuando le sesgo la piel con el cuchillo. Si hubiese sido buena, no lo habria hecho. Pero no dijo nada al respecto, sino que se puso a observar los coches que pasaban al otro lado de la ventana. Los camaras ya habian recogido su equipo y se habian marchado. Y eso haria ella ahora, marcharse a casa. A un piso enorme y desierto. A las notas de la cocina con la recomendacion de que no esperase levantada. A los folletos informativos sobre diversas carreras universitarias que le dejaban en la mesa de la sala de estar. Al silencio.
– Y tu, ?que vas a hacer ahora? -le pregunto Uffe a Lars en un tono ligeramente venenoso-. ?Ahora que no podras entretenerte con nosotros?
– No te preocupes, sabre mantenerme ocupado -respondio Lars tomando otro sorbo de su taza de te azucarado-. Terminare el libro y quiza abra una consulta. ?Y tu, Uffe? Tu no nos has dicho lo que vas a hacer.
Uffe se encogio de hombros con fingida indiferencia.
– Bah, nada especial. Supongo que una gira en el programa
Cuando se despidieron para dirigirse al autobus que los aguardaba para llevarselos de Tanum, Jonna se detuvo un minuto. Por un instante, creyo ver a Barbie alli sentada entre ellos, con su largo cabello rubio y sus unas postizas tan largas que apenas si podia usar las manos. La vio riendose con ese destello dulce y tierno en los ojos, tan caracteristico, un destello que todos interpretaron como un indicio de debilidad. Jonna comprendia ahora que se habia equivocado. Mehmet no era el unico bueno. Barbie tambien lo era. Por primera vez, empezo a pensar en la tarde de aquel viernes en que todo salio tan mal. En quien habia dicho que, en realidad. En quien habia difundido todo aquello que Jonna sospechaba ahora eran mentiras. En quien los habia dirigido como a marionetas. En su mente empezo a formarse una idea, pero, antes de que hubiese cobrado forma, el autobus partio alejandolos de Tanumshede. Jonna miro por la ventanilla. El asiento contiguo iba vacio.
Hacia las diez de la manana, Patrik empezo a lamentar no haber tomado algo mas en el desayuno. En efecto, ahora le rugia el estomago y se encamino a la cocina de la comisaria en busca de algo comestible. Tuvo suerte, un bollo de canela yacia olvidado y solitario en una bolsa sobre la mesa, y Patrik lo devoro en un segundo. No era el tentempie ideal, pero tendria que valer. Cuando volvio al despacho aun con la boca llena de migas, sono el telefono. Vio que era Annika e intento tragarse la bola a toda velocidad, pero solo consiguio que se le atascara en el gaznate.
– ?Hola? -pregunto en medio de un ataque de tos.
– ?Patrik? Trago un par de veces y logro arrastrar el resto de bollo.
– Si, soy yo.
– Tienes visita -le dijo la recepcionista. Patrik comprendio que se trataba de algo importante.
– ?Quien es?
– Sofie Kaspersen.
Aquello era muy interesante. ?La hija de Marit? ?Para que querria verlo?
– Dile que pase -respondio antes de salir al pasillo para recibir a Sofie. La muchacha estaba palida y muy desmejorada, y Patrik recordo que Gosta le habia comentado algo de que, cuando estuvieron en casa de Ola, sufria gastroenteritis. Y, desde luego, tenia toda la pinta.
– Tengo entendido que has estado enferma. ?Estas un poco mejor? -le pregunto mientras la conducia a su despacho.
Sofie asintio.
– Si, he tenido gastroenteritis, pero ya estoy bien. Solo que he perdido un par de kilos -explico con media sonrisa.
– Vaya, pues podrias contagiarme un poco -dijo Patrik riendose como para romper el hielo. La muchacha parecia estar aterrada. Permanecieron unos segundos en silencio. Patrik aguardo pacientemente.
– ?Saben algo mas… de lo de mi madre? -pregunto Sofie finalmente.
– No -contesto Patrik con sinceridad-. Estamos muy atascados, la verdad.
– O sea, que siguen sin saber cual es la conexion entre ella y los demas, ?no?
– Si -volvio a responder Patrik, que ya empezaba a preguntarse adonde queria ir a parar la joven. Con suma cautela, sugirio-: Yo creo que la conexion se encuentra en algun dato que aun no hemos descubierto. Algo que desconocemos, tanto de tu madre como de los demas.
– Ya… -respondio Sofie, aun sin saber que hacer.
– Es importante que lo sepamos todo si queremos encontrar a la persona que te arrebato a tu madre. -Su voz sono suplicante, pero era evidente que Sofie tenia algo que decirle, y que ese algo guardaba relacion con su madre.
Tras otra larga pausa silenciosa, la joven se llevo la mano al bolsillo de la cazadora muy despacio. Con la vista clavada en el suelo, saco un folio de papel y se lo entrego a Patrik. Cuando este empezo a leer, Sofie se quedo mirandolo.
– ?Donde has encontrado esto? -pregunto Patrik una vez hubo terminado de leerlo y con un cosquilleo de expectacion en el estomago.
– En una caja. En casa de mi padre. Pero son cosas de mama, cosas que ella guardo. Estaba entre un monton de fotos y cosas asi.
– ?Sabe tu padre que lo has encontrado? -quiso saber Patrik.
Sofie nego con un gesto vehemente. Su oscuro cabello liso floto aleteando alrededor de su cara.
– No. Y no creo que le siente muy bien. Pero los policias que estuvieron en casa la semana pasada nos dijeron que debiamos avisar si sabiamos algo y, bueno, tenia la sensacion de que esto habia que contarlo. Por mi madre -anadio escrutandose las unas.
– Has hecho lo correcto -aseguro Patrik subrayando la ultima palabra-. Es una informacion que debiamos conocer y creo que acabas de facilitarnos la clave del caso. -Patrik no podia ocultar su excitacion. Era tanto lo que aportaba aquella informacion… Empezo a darle vueltas a otras piezas del rompecabezas: la lista de delitos de Borje, las lesiones de Rasmus, la culpa de Elsa…, todo encajaba.
– ?Puedo quedarmelo? -pregunto agitando el documento.
– ?No podria sacar una copia? -sugirio Sofie.
Patrik asintio.
– Por supuesto. Y, si tu padre se enfada contigo, dile que hable conmigo. No has hecho mas que lo correcto.
Saco una copia en la fotocopiadora del pasillo, le devolvio a Sofie el original y la acompano a la salida. Patrik se quedo observandola un buen rato mientras se alejaba por la calle, cabizbaja y con las manos hundidas en los bolsillos. Parecia que se encaminaba a casa de Kerstin. Esperaba que asi fuera. Se necesitaban mas de lo que ellas mismas creian.
Con el triunfo en la mirada, entro en la comisaria para ponerlos a todos a trabajar. ?Por fin! ?Por fin tenian la clave!
Bertil Mellberg acababa de vivir la mejor semana de toda su vida. Apenas podia creerlo. Rose-Marie habia dormido en su casa otras dos veces y, aunque la actividad nocturna empezaba a dejar su huella en forma de un par de profundas ojeras, valia la pena. Se sorprendia a si mismo tarareando a veces e incluso dando saltitos de alegria. Claro que solo cuando no lo veia nadie.
Rose-Marie era fantastica. No podia creer la suerte que habia tenido. Que aquel milagro de mujer lo hubiese convertido en su elegido. No, sencillamente, no lo entendia. Y ya habian empezado a hablar del futuro. En efecto,