– ?Un poco mas de cafe? -ofrecio Gunnel Sagander, y alzo el termo.

– No, gracias -rechazo Berglund, y se puso en pie.

*****

Haver alzo la vista al cielo. Las nubes se apartaban como una cortina y revelaban un firmamento estrellado. Movio los labios como para decir algo, pero se arrepintio y descendio hasta el jardin.

– Gracias por el cafe -dijo, y se dio la vuelta hacia Gunnel Sagander.

Ella no dijo nada, sino que simplemente asintio. Berglund le tendio la mano. Lindell se entretuvo un rato.

– Usted tambien conocia a John, ?verdad? -pregunto.

– Claro. Trabajo en el taller durante muchos anos. Me caia bien.

– Su hijo, Justus, ha desaparecido. ?Tiene alguna idea de adonde ha podido ir?

Gunnel nego con la cabeza.

– ?Se ha escapado? Pobre chico.

Un coche arranco. Era el coche patrulla, que empezaba a moverse. Lindell tomo la mano de ella y le dio las gracias. Haver y Berglund estaban a punto de sentarse en el coche cuando Haver se quedo petrificado, como si le hubiera dado un ataque de ciatica. Lindell vio como se apartaba del coche y se dirigia unos metros hacia un lado, se ponia en cuclillas y llamaba a Berglund. Este se inclino en el coche y cogio algo.

– ?Que pasa? -pregunto Gunnel Sagander preocupada.

– No se -respondio Lindell.

– Se me ha ocurrido adonde ha podido ir Justus. John y Erki, el del taller, eran buenos amigos.

A Lindell le costaba concentrarse en lo que decia la mujer. Las luces del jardin apenas alcanzaban a iluminar con un pequeno reflejo el lugar en el que Haver y Berglund estaban agachados. Berglund encendio una linterna. Vio la excitacion de Haver por la manera en que se dio la vuelta hacia Berglund. Este movio la cabeza, alzo la vista hacia la casa, se puso en pie y cogio el telefono movil.

– Erki era casi como un padre para John, sobre todo al principio -prosiguio Gunnel Sagander-. Entonces estaba un poco desorientado. Tambien era bastante impetuoso, aunque eso a Erki no le importo.

Lindell alzo el cuello.

– ?Que hacen ahi abajo? ?Se les ha perdido algo?

– Quiza hayan encontrado algo -indico Lindell-. ?Que decia del companero de trabajo de John?

– Quiza Justus haya ido a casa de Erki. Se que el finlandes le cae bien.

– ?Sabe donde vive?

– Antes vivia en Arsta, pero creo que luego se mudo a Balinge.

Haver enderezo el cuerpo, se paso las manos por el sacro y le dijo algo a Berglund.

– Le puedo preguntar a Agne. Podriamos llamar a Erki.

– Preguntele a Agne y asi podre llamarlo -pidio Lindell.

Gunnel entro y Lindell se apresuro hacia sus colegas. La temperatura habia descendido considerablemente y hacia un frio helador. Se ajusto la bufanda al cuello. El aliento de sus colegas formaba una nube a su alrededor.

– ?Que pasa? -pregunto ella.

Haver la miro y fue como si todo el cansancio hubiese desaparecido de sus ojos.

– Huellas -contesto laconico, y senalo el suelo frente a sus pies. A Lindell le parecio ver una sonrisa en sus labios.

– Explicate -dijo.

Haver le hablo del vertedero de Libro donde encontraron a John.

– ?Crees que es el mismo coche?

Haver cabeceo afirmativamente.

– Eskil esta en camino -informo, y Lindell vio lo nervioso que estaba.

– ?Le preguntamos a la mujer de Sagander quien ha estado de visita? -pregunto ella, y en ese mismo instante sono su telefono movil.

Era su madre preguntandose donde estaba. Erik se habia despertado, habia tomado su papilla y se habia vuelto a despertar.

– ?Esta llorando? -pregunto Ann, y se aparto un poco de sus colegas.

– No, no del todo -respondio su madre, y Ann se pregunto en silencio que queria decir.

– Volvere a casa pronto -notifico-. Dale un poco de platano, le gusta mucho.

– No necesita ningun platano, lo que realmente necesita es una madre.

– Tiene una abuela -replico Ann, y se arrepintio al instante de sus palabras.

La linea quedo en un silencio.

– Ven a casa -dijo su madre al fin, y colgo.

Ann Lindell se quedo de pie con el telefono en la mano, miro a Haver y a Berglund, simulo finalizar la conversacion de una manera civilizada y regreso junto a sus colegas.

– ?La canguro? -inquirio Berglund.

Lindell cabeceo afirmativamente y vio la rapida mirada que Berglund le lanzo a Haver. En ese mismo instante el viejo coche de Ryde asomo por el camino. Freno y parecio dudar antes de conducir hacia la casa de Sagander.

Lindell se acerco a Gunnel Sagander, que se habia quedado en el porche. Estaba helada.

– ?Quiere que entremos? -pregunto Lindell.

La mujer nego con la cabeza.

– ?Que pasa? -quiso saber ella, y miro intensamente a Lindell.

– Son las huellas de un coche -explico Lindell-. Tengo que preguntarle quien les ha visitado hoy.

La mujer aparto la mirada.

– El hermano de Agne -respondio con sequedad-. Ruben. Ha estado aqui hace unas horas. Iba a cazar conejos y ha tomado prestada una caja para la escopeta.

– ?De municion?

La mujer cabeceo afirmativamente.

– ?Traia el arma?

– La suele llevar casi siempre -informo Gunnel Sagander-. Es…

Guardo silencio. Las dos mujeres vieron como el tecnico se bajaba del coche, se acercaba a sus colegas e inmediatamente se agachaba. Berglund volvio a encender la linterna.

– ?Donde vive Ruben?

– Arriba en la colina -dijo Gunnel Sagander, y senalo hacia un par de casas a unos cientos de metros de alli.

– ?En la que esta iluminada?, ?la casa con dos chimeneas?

Gunnel cabeceo afirmativamente.

Lindell regreso a la huella del coche. Ryde le lanzo una rapida mirada, pero no dijo nada. Saco un metro y la midio en la nieve.

– El mismo ancho -corroboro.

Saco una camara y tomo rapidamente media docena de fotos. El flash alumbro el dibujo de la rueda. Haver temblo. Lindell relato que probablemente era el coche del hermano de Sagander, que estaba armado y vivia justo al lado.

Ola Haver la miro, pero Lindell lo sintio muy lejano.

– El cuchillo que Mattias robo estaba en el coche. El mismo coche que dejo las huellas en Libro y ahora aqui. Ruben visito a su hermano en el hospital el dia despues del asesinato.

– Que jodido principiante -opino Ryde.

– Ruben Sagander -pronuncio Lindell, y los cuatro se dieron la vuelta hacia el norte y vieron la casa con las dos chimeneas.

– Esta armado -aviso Haver.

Comenzaron a caminar hacia la casa de Agne Sagander como si hubieran recibido una senal. Los cuatro policias vieron que Gunnel Sagander presintio lo que estaba sucediendo. Se ajusto la bufanda, enderezo la

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