espalda y se preparo.

– ?Sabe si Ruben visito a su hermano el dia despues de la operacion? -pregunto Lindell.

– Si, los dos estuvimos alli.

– ?En el coche de Ruben?

La mujer asintio con la cabeza.

– ?Tiene una furgoneta roja y blanca?

Un nuevo cabeceo afirmativo.

– ?Que ha pasado? -le pregunto, pero Lindell supuso que Gunnel Sagander lo sabia.

– ?Conocia Ruben a John? -indago Berglund.

– Claro.

Entraron en la casa. Haver telefoneo. Berglund hablo con Agne Sagander, que seguia sentado en la misma posicion que cuando lo dejaron. Tambien Ryde saco su telefono. Lindell se quedo en el recibidor con Gunnel Sagander.

– ?Puede conseguir el numero de telefono de Erki? -pregunto Lindell.

Debia irse a casa. Sintio en cierta manera que el asesinato de Johny ya no le interesaba tanto. Quiza se debia a que ella no habia participado en la investigacion. ?Era Justus lo que la mantenia ahi?

Haver finalizo su conversacion y, justo cuando iba a decir algo, Berglund entro en el salon y cerro escrupulosamente la puerta tras de si.

– Tendremos que llamar a una ambulancia y a una patrulla -informo-. Sagander no quiere ir a ninguna parte. Dice que no se puede mover.

Berglund no tenia el celo de Haver. El policia a punto de jubilarse deseaba irse a casa con su mujer, sus hijos, sus nietos y el abeto, pero Lindell sabia que si era necesario se quedaria a trabajar la Nochebuena sin rezongar. El se quedo con la mano sobre el picaporte y miro a Gunnel Sagander, como para lamentarlo o quiza recibir un comentario sobre la supuesta inmovilidad del marido.

– Es muy testarudo -dijo simplemente.

– ?Como es su hermano? -pregunto Haver.

Notaron que dudaba y elegia con cuidado sus palabras.

– Es muy parecido a su hermano en muchas cosas, son gemelos, pero tendria que anadir que el es mas irascible.

– ?Es violento?

– Tiene una mujer maravillosa -prosiguio Gunnel Sagander, como si fuera una respuesta a la pregunta de Haver.

Sono el telefono de Haver y este respondio tras la primera senal. Lindell vio su sudor. Penso en Edvard. Sintio una punzada en el estomago al recordar que hicieron el amor en el palacio de madera de Graso de tal manera que acallaron el viento del norte. Una noche se levanto en silencio justo antes del amanecer, se acerco a la ventana abierta y corto la mosquitera para asomarse. Los pajaros cantaban con toda su intensidad. El mar yacia resplandeciente como un espejo y la temperatura se acercaba a los veinte grados. Cuando se volvio para contemplar a Edvard en la cama se sintio la persona mas feliz del mundo. Durante la noche el se habia destapado y unas gotas de sudor relucian en su vientre.

– Vamos a subir a casa de Ruben -aviso Haver, e interrumpio sus pensamientos-. Ahora llegaran dos coches. Les he pedido que hagan un esfuerzo.

– ?Me dejas tu coche, Eskil?

El tecnico se volvio hacia Lindell y la miro como si no hubiera comprendido la pregunta.

– Tengo que ir al centro -aclaro tan ruborizada como si le hubiera pedido a Ryde que le prestara sus pantalones.

– Puedes coger el mio -intervino Haver para ahorrarle el trance, y le lanzo el llavero.

– Gracias, Ola -dijo ella, y sonrio-. Creo que os apanareis -anadio, utilizando una de las expresiones de Edvard.

Salio al porche, doblo el papel con el numero de telefono y marco las cifras. Sonaron cinco, seis senales antes de que el finlandes respondiera. De fondo se oian villancicos y el tintineo de la porcelana.

Ella se presento, pero antes de alcanzar a explicar su encargo Erki Karjalainen la interrumpio.

– Esta aqui -dijo laconico, con una voz que a Lindell le parecio salida de Mumintrollen. [9]

Rio aliviada.

– ?Han llamado a Berit?

– No -respondio el finlandes-, el chico no quiere.

– ?Puedo pasar por ahi?

– Espere -contesto Erki, y Lindell oyo que se alejaba del telefono.

Intento imaginarse como vivia, como era y como hablaba con el chico. Mientras se demoraba echo un vistazo a la pradera frente a la casa de Sagander y la de su hermano, unos cientos de metros mas alla. ?Llamaria Agne a su hermano para prevenirlo? No lo creia. Si le resultaba dificil ir hasta el telefono seguro que tenia un movil a mano, pero lo dejaria estar. Era una sensacion basada en la reaccion de Gunnel Sagander. Ella sabia que pasaba, incluso que su marido podria ser acusado de complicidad en el asesinato, pero Lindell vio que en lo mas profundo de su ser ella daba la bienvenida a los policias. Quiza Agne tambien lo penso, tras todo su mal humor. «Los hermanos gemelos son ladinos», penso Lindell, y recordo el caso de un gemelo que habia violado a una joven en el parque del Engelska y el otro gemelo, lleno de aversion por el crimen del hermano, dudaba si contribuir para que lo declararan culpable.

Erki Karjalainen regreso al telefono. Podia ir, pero no podia llamar a Berit.

– Lo prometo -dijo ella, y finalizo la conversacion.

Karjalainen vivia a veinte minutos de alli; habia un atajo por el bosque. Ella habia conducido por el lugar un par de veces con Edvard. En esos bosques el tenia uno de sus mejores terrenos de setas.

Mientras se encaminaba al coche oficial de Haver marco el numero de Berit. Imaginaba a la mujer paseando preocupada por el apartamento.

– Lo hemos encontrado -empezo Lindell directamente.

Berit Jonsson rompio a llorar y paso un rato antes de que Lindell pudiera tener su atencion.

– Tardara un rato en volver a casa -aviso Lindell- pero esta en buenas manos, te lo prometo.

39

Ruben Sagander le dio una patada a un trozo de chapa, que salio volando. «Es una suerte que el viejo este muerto», penso. Intentaba permanecer en calma inspirando el aire por la nariz, llenando los pulmones y alzando los hombros. Hubiera preferido gritar su rabia ante el edificio.

Construido en 1951, incendiado cincuenta anos despues. El letrero TALLER MECANICO SAGANDER se habia soltado de su fijacion y reposaba en el patio. Un camion grua de los bomberos habia colocado una de sus patas de apoyo sobre el letrero de manera que las letras SAGA era lo unico que se veia.

La ira, negra como el hollin de la unica pared que quedaba en pie, atraveso su cuerpo. Habia intercambiado unas palabras con uno de los bomberos, le conto quien era y que el y su hermano empezaron a trabajar en el taller en los anos cincuenta, con su padre. El bombero habia tomado su rabia como pena e intento consolarlo. El fuego habia sido provocado, no cabia la menor duda. Bien es cierto que tendrian que hacer una investigacion tecnica, pero habian encontrado indicios en los restos del incendio que apuntaban a un incendio provocado. Alguien habia vertido sistematicamente liquido inflamable por todo el local y luego prendio fuego.

– ?Quien? -pregunto Ruben.

– Eso tendra que aclararlo la policia -respondio el bombero.

Ahora restaba el trabajo de extincion. Vislumbro la caja fuerte debajo de unas vigas caidas. Hoy en dia estaba vacia. Medio ano atras habia contenido casi medio millon de coronas. Su dinero. Agne sabia que era dinero negro de la empresa de Ruben y dudo cuando este le pidio que se lo guardara en la caja fuerte.

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