llamada, Lasse, no puedes evitarlo. Y entonces volveran. Creo que han ido a por una orden de registro. Han preguntado si podian echar un vistazo por la casa.

Merete contuvo el aliento. ?La policia iba a volver? ?Con una orden de registro? ?Eso creian? Miro la muneca ensangrentada y apreto con fuerza un dedo sobre la herida.

Bajo el pulgar la sangre seguia manando, se concentraba en los pliegues bajo la muneca y desde alli goteaba lentamente sobre su regazo. Solo soltaria la presa si estaba convencida de que la batalla estaba perdida. Seguramente la vencerian, pero en aquel momento estaban en apuros. Que sensacion tan maravillosa.

– ?Para que querian ver la finca? -pregunto Lasse.

La presion de los oidos de Merete aumento. Apenas podia compensar la diferencia de presion. Trato de bostezar y se puso a escuchar con atencion. Empezo a notar una presion en la cadera. En la cadera y en las muelas.

– El policia danes ha dicho que tenia un hermano que trabaja en una farmaceutica y que le gustaria visitar el lugar donde empezo una gran empresa como Interlab.

– Vaya estupidez.

– Por eso te he llamado.

– ?Cuanto hace que han estado?

– No hara ni veinte minutos.

– Entonces puede que no nos quede ni una hora. Tambien debemos recoger el cadaver y deshacernos de el, no va a darnos tiempo. Necesitamos tiempo para limpiar y baldear. No, esperaremos hasta despues. Ahora se trata de que no encuentren nada y nos dejen en paz.

Merete trato de alejar de si la palabra «recoger». ?Era realmente ella de quien hablaba Lasse? ?Como podia haber gente tan cinica y repugnante?

– ?Ojala os agarren antes de que escapeis! -grito-. ?Ojala os pudrais en la carcel como unos cerdos, que es lo que sois! Os odio, ?lo entendeis? ?Os odio a todos!

Se levanto poco a poco, mientras las sombras del otro lado se desplazaban tras la superficie de vidrio destrozado.

– ?Entonces puede que finalmente sepas lo que es el odio! ?Lo entiendes ahora? -grito Lasse con voz helada.

– Lasse, no habras pensado hacer saltar la casa por los aires, ?verdad?

Merete escuchaba, concentrada.

Hubo una pausa. Lasse debia de estar pensando. Pensando en matarla. En como matarla con el minimo riesgo. Ya no se trataba de ella, la daban por muerta. Se trataba de ellos.

– No, no podemos hacerlo en estas condiciones, hay que esperar. No tienen que sospechar nada. Si hacemos saltar todo por los aires ahora, nuestro plan se va al garete. El seguro no nos pagara, mama. Nos veremos obligados a desaparecer. Para siempre.

– No podria soportarlo, Lasse -se lamento la mujer.

Pues entonces muere conmigo, bruja, penso Merete.

– Ya lo se, mama. Ya lo se -respondio Lasse. Merete no lo habia oido hablar con tal dulzura desde que lo miro a los ojos el dia de su cita en el Bankerat. Por un momento su voz sono humana, pero despues llego la pregunta que hizo que ella apretara con mas fuerza la herida-. ?Dices que ha atascado la compuerta?

– Si. ?No lo oyes? La descompresion va demasiado despacio.

– Pues pondre en marcha el temporizador.

– ?El temporizador? Pero las toberas tardan veinte minutos en abrirse. ?No hay otra solucion? Se ha pinchado la vena, Lasse. ?No podemos parar la renovacion de aire?

?Temporizador? ?No le habian dicho que podian disminuir la presion cuando quisieran? ?Que no tendria tiempo de hacerse dano antes de que abrieran las compuertas? ?Era mentira?

La histeria iba apoderandose de ella. Cuidado, Merete, sintio una voz que la atravesaba. Reacciona. No te encierres en ti misma.

– ?De que nos va a valer parar la renovacion de aire? -sono la voz claramente irritada de Lasse-. Cambiamos el aire ayer. Tarda por lo menos ocho dias en gastarse. No, pondre el temporizador en marcha.

– ?Teneis problemas? -grito Merete-. ?No funciona vuestro cachivache, Lasse?

Este intento hacer que funcionara, como si se riera de ella, pero no la engano. Era evidente que estaba cabreadisimo por su tono burlon.

– Por eso no te preocupes -dijo Lasse con voz controlada-. Mi padre lo construyo. Era la camara para pruebas de presion mas avanzada del mundo. Aqui se fabricaban los mejores sistemas de contencion, los mas comprobados del mundo. Normalmente se bombea agua al contenedor y se hacen pruebas de presion interna, pero en la fabrica de mi padre los contenedores se exponian tambien a presion externa. Se hacia todo con el mayor cuidado. El temporizador controlaba la temperatura y la humedad de la camara, ajustaba todos los factores para que la descompresion no fuera demasiado rapida. De lo contrario aparecerian grietas en los contenedores durante el control de calidad. ?Por eso se necesita tiempo, Merete! ?Por eso!

Estaban todos locos.

– ?Teneis problemas de verdad! -chillo-. Porque estais locos. Estais completamente perdidos, igual que yo.

– ?Problemas? ?Ya te voy a dar yo problemas! -grito Lasse con voz exaltada.

Merete oyo alboroto al otro lado y ruido de pasos rapidos en el pasillo. Despues aparecio una sombra a un lado del cristal, y los altavoces reprodujeron dos estruendos ensordecedores. Despues vio que uno de los cristales volvia a cambiar de color: ahora era completamente blanco y opaco.

– A menos que pulvericeis la casa completamente, he dejado aqui dentro tantas tarjetas de visita que no podreis borrarlas. No vais a escapar, Lasse -los amenazo, riendo-. No vais a escapar. Me he ocupado de que sea imposible.

En el minuto que siguio oyo otras seis detonaciones. Eran disparos, tres disparos dobles. Pero ambos cristales aguantaron.

Al poco sintio una presion en la articulacion del hombro. No mucha, pero era desagradable. Tambien sentia presion en los senos frontales y laterales y en la articulacion de la mandibula. La piel le tiraba. Si eso era consecuencia de la descompresion minima provocada por el silbido y el resquicio al otro lado, lo que le esperaba cuando hicieran una descompresion total seria completamente insoportable.

– ?Llega la policia! -grito-. ?Lo presiento!

Hundio la cabeza y miro su brazo ensangrentado. La policia no iba a llegar a tiempo, ya lo sabia. Pronto se veria obligada a levantar el pulgar de la herida. Dentro de veinte minutos iban a abrirse las toberas.

Sintio una corriente calida recorrer el otro brazo. La primera herida habia vuelto a abrirse traicioneramente. Las profecias de Lasse iban a cumplirse. Cuando la presion interna de su cuerpo aumentara, la sangre iba a brotar a mares.

Retorcio un poco el cuerpo para poder apretar la herida abierta contra su rodilla, y por un segundo rio. Parecia un juego de ninos de tiempos pasados.

– Voy a activar el temporizador, Merete -la informo Lasse al otro lado-. Dentro de veinte minutos se abriran las toberas y vaciaran la presion de la camara. Al cabo de otra media hora la camara estara a una atmosfera. Es cierto que puedes quitarte la vida antes de eso, no lo dudo. Pero ya no podre verlo, ?comprendes, Merete? No podre verlo, porque los cristales estan totalmente opacos ahora. Y si yo no puedo ver, tampoco pueden ver otros. Vamos a sellar la camara de descompresion, Merete, tenemos montones de placas de pladur. Y tu vas a morir, de una manera u otra.

Merete oyo que la mujer reia.

– Ven, hermano, ven a ayudar -oyo decir a Lasse. Ahora sonaba diferente. Recuperado.

Se oyeron ruidos al otro lado, y la camara fue oscureciendose poco a poco. Entonces apagaron los focos y colocaron todavia mas placas de pladur contra los cristales, hasta que finalmente todo quedo a oscuras.

– Buenas noches, Merete -se despidio Lasse con voz tranquila-. Ojala te consumas en las llamas eternas del infierno.

Despues desconecto los altavoces y todo quedo en silencio.

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