tranquilo; por fin renuncio a los restos de papel, los solto en la papelera que tenia al lado y la miro por primera vez aquel dia antes de continuar-. Hacia meses que no hacia ningun trabajo. Estaba esperando que se pusieran en contacto conmigo en cualquier momento. Me he instalado un telefono en mi habitacion, para no depender de la cabina de telefonos que hay en el pasillo. Nunca cojo el telefono antes de que suene cuatro veces. Si suena dos veces y luego se corta, y despues suena otras dos veces y se vuelve a cortar, se que me tengo que presentar alli a las dos del dia siguiente. Es un sistema bastante inteligente. En mi telefono no se ha registrado una sola conversacion entre los dos, al mismo tiempo que si puede contactar conmigo. En fin, que el martes pasado fui hasta alla, pero esta vez no se trataba de drogas. Habia un tipo en el sistema que se habia puesto un poco chulo. Habia empezado a chantajear a uno de los peces gordos. Algo asi. No me explico gran cosa, solo que constituia una amenaza para todos nosotros. Me lleve un susto de muerte. -Han van der Kerch esbozo una sonrisa torcida, con ironia hacia si mismo-. En los dos anos que llevo con esto, nunca habia pensado en serio en la posibilidad de que me cogieran. Hasta cierto punto me he sentido invulnerable. Joder, me cague de miedo cuando entendi que algo podia salir mal. No se me habia pasado por la cabeza que alguien de dentro del sistema pudiera suponer una amenaza. En realidad fue el panico a que me cogieran lo que me llevo a aceptar el encargo. Me iban a dar doscientos de los grandes. Menuda tentacion, cono. No se pretendia solo matar al tipo, sino que, al mismo tiempo, todas las piezas del sistema escucharian un tiro al aire. Por eso le destroce la cara. -El chico comenzo a llorar de nuevo, pero esta vez no con tanta intensidad, aun era capaz de hablar, pero las lagrimas corrian por su cara y de vez en cuando se tomaba una pausa, suspiraba profundamente, fumaba y pensaba-. Pero una vez hecho, me acojone. Me arrepenti de inmediato. Me pase veinticuatro horas dando vueltas, sin rumbo. No recuerdo gran cosa.

Karen no habia interrumpido al chico una sola vez. Tampoco habia tomado notas, pero se imponian dos preguntas.

– ?Por que me querias a mi de abogada? -pregunto en voz baja-. ?Y por que no quieres ir a la carcel provincial?

Han van der Kerch la miro durante una eternidad.

– Tu encontraste el cadaver, aunque estaba bien escondido.

– Si, iba con un perro. ?Y que?

– Ya te he dicho que no sabia gran cosa del resto de la organizacion, pero alguna que otra cosa se va pillando. Alguien que se va de la lengua, alguna insinuacion… Creo, aunque no lo se, que hay algun abogado metido en el tinglado. No se quien es y no puedo confiar en nadie. Pero la cosa es que nos convenia que se tardara en encontrar el cadaver. Cuanto mas tiempo pasara, mas frias estarian las huellas. Tu tienes que haberlo encontrado a las pocas horas de que yo lo matara. Es imposible que estes implicada.

– ?Y lo de la carcel?

– Se que el grupo tiene contactos dentro. Internos, creo, pero podrian ser empleados, que se yo. Lo mas seguro es quedarse con el «tio policia». ?Por mucho calor que haga, cono!

Parecia aliviado. Karen, en cambio, estaba abrumada, como si aquello que llevaba una semana martirizando al chico se hubiera cargado ahora sobre sus hombros.

El holandes le pregunto que pensaba hacer y ella respondio, con franqueza, que no estaba segura, que se lo tenia que pensar.

– Pero me has prometido que esta conversacion va a quedar entre nosotros -le recordo el detenido.

Karen no respondio, pero se llevo el dedo a los labios en senal de silencio. Llamo a un agente. Se llevaron de nuevo al recluso, de vuelta a su repugnante celda amarillo palido.

Aunque ya eran mas de las seis de la tarde del viernes, Sand seguia en su despacho. Karen constato que el aire de cansancio que habia adquirido su cara, que el viernes habia atribuido a un fin de semana agotador, era en realidad permanente. Le asombraba que trabajara hasta tan tarde, sabia que en la Policia no se pagaban las horas extra.

– Esto de trabajar tanto es un desastre -admitio Sand-, pero peor es despertarse en medio de la noche agobiado por todo lo que no has hecho. Intento estar mas o menos al dia cada viernes. Asi el fin de semana me resulta mas agradable.

La gran casa gris estaba silenciosa. Los dos permanecieron sentados en un extrano estado de fraternidad. De pronto una sirena rompio el silencio, estaban probando un coche patrulla en el patio trasero. Se interrumpio con la misma brusquedad que habia comenzado.

– ?Ha dicho algo?

Habia estado esperando la pregunta, sabia que tendria que llegar, pero tras unos minutos de relajacion la pillo de improviso.

– Poca cosa.

Se daba cuenta de lo dificil que le resultaba mentirle. El rubor empezo a ascender por su espalda, esperaba que no se extendiera hasta la cara, pero aun asi el se dio cuenta de todo.

– La obligacion de guardar silencio de los abogados. -Hakon sonrio, alargo los brazos por encima de la cabeza, entrelazo los dedos y se los coloco en la nuca; Karen se percato de que tenia aros de sudor bajo los sobacos, pero no resultaba repelente, sino mas bien natural despues de una jornada laboral de diez horas de duracion-. Lo respeto -continuo el-. ?Tampoco es que yo pueda decir gran cosa!

– Yo creia que el abogado defensor tenia derecho a que le dieran informacion y documentos -le recrimino ella.

– No en caso de que pensemos que pueda afectar a la investigacion.

Hakon sonrio aun mas ampliamente, como si le divirtiera que se encontraran en una situacion de enfrentamiento profesional. Se levanto y fue a buscar dos tazas de cafe. Sabia aun peor que el del lunes, como si la misma cafetera llevara hirviendo desde entonces. Karen se conformo con un trago y dejo la taza sobre la mesa con una mueca.

– Esa sustancia te va a matar -le advirtio, pero el ignoro la advertencia y afirmo que tenia un estomago a prueba de bombas.

Por alguna razon que no podia explicar, Karen se sentia bien. Habia surgido entre ellos un conflicto extrano y sorprendentemente agradable, que nunca antes habia estado alli. Nunca antes Hakon Sand habia estado en posesion de informacion de la que ella carecia. Lo miro con atencion y se dio cuenta de que le brillaban los ojos. El gris incipiente de sus sienes no solo le hacia parecer mayor, sino tambien mas interesante, mas fuerte. La verdad es que se habia puesto bastante guapo.

– Te has puesto muy guapo, Hakon -se le escapo.

El ni siquiera se ruborizo, la miro a los ojos. Ella se arrepintio enseguida, aquello suponia abrir una escotilla en el tanque, el que hacia mucho tiempo habia asumido que no se podia permitir abrir, ante nadie. Cambio inmediatamente de tema.

– En fin, si tu no me puedes contar nada y yo no te puedo contar nada a ti, sera mejor que nos despidamos - concluyo. A continuacion se levanto y se puso el chubasquero.

El le pidio que se volviera a sentar. Ella obedecio, pero se dejo puesta la chaqueta.

– Francamente, este caso es aun mas serio de lo que habiamos pensado. Estamos trabajando con diversas teorias, pero son bastante volatiles, y por ahora no hay ni rastro de algo concreto. Lo que si te puedo decir es que parece que se trata de trafico de estupefacientes a gran escala. Es demasiado pronto para decir hasta que punto esta implicado tu cliente, pero aun asi lo tenemos atrapado con un asesinato. Creemos que fue premeditado. Si no te puedo decir mas, no es por mala idea. No sabemos mas, asi de sencillo, y yo, incluso ante una vieja amiga como tu, tengo que tener cuidado de no airear ideas sueltas y especulaciones.

– ?Tiene esto algo que ver con Hans A. Olsen?

Karen habia pillado desprevenido a Hakon. Se quedo mirandola fijamente durante treinta segundos con la boca abierta.

– ?Que cono sabes tu de eso?

– No se nada -respondio ella-. Pero hoy me ha llamado un periodista. Un tal Fredrik Myhre o Myhreng o algo asi. Del Dagbladet. Me pregunto si conocia al abogado asesinado, en medio de una ristra de preguntas sobre mi cliente, asi, sin venir a cuento. La verdad es que da la impresion de que los periodistas estan perfectamente informados sobre el trabajo de la Policia, asi que he decidido preguntartelo. Pero yo no se nada. ?Deberia saber algo?

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