hayamos perdido, pero es un fastidio que lo vayan a leer otros. -Hakon se dio cuenta de que se estaba acalorando, y sabia por experiencia que le iban a salir unos coloretes nada favorecedores-. Mucho me temo que, a partir de ahora, el asaltante se va a interesar como nunca por Karen Borg. Escribi algo sobre que creo que sabe mas de lo que nos dice. Y tambien sobre la relacion que hemos establecido entre los dos casos. -Lo miro con una mueca y se toco la cabeza con cuidado-. La cosa no pinta muy bien, ?verdad?
El estuvo de acuerdo. No pintaba nada bien.
Myhreng se mostro bastante exigente. Por otro lado, tenia razon cuando afirmaba que el habia mantenido su parte del acuerdo. Estaba anotando todo lo que le contaba Hakon Sand, como un alumno aplicado. La idea de ser el primero en publicar la historia de que la Policia no se enfrentaba a dos asesinatos cualesquiera en la larga y creciente fila de asesinatos mas o menos motivados, sino a un asesinato doble relacionado con el trafico de drogas y tal vez hasta con el crimen organizado, le hacia sudar de tal manera que las gafas de pasta se le deslizaban constantemente por la nariz, a pesar de las practicas patillas. Salpicaba tanta tinta cuando escribia que Sand penso para sus adentros que el chico deberia llevar un mono de trabajo cuando manejara su herramienta de escritura. Le ofrecio al periodista un lapiz a cambio de su boligrafo estropeado.
– ?Como ves las posibilidades de resolver el caso? -pregunto Myhreng despues de escuchar las explicaciones convenientemente censuradas, pero aun asi muy interesantes, del fiscal adjunto.
El periodista tenia ya la nariz completamente azul de tanto recolocarse las gafas. Sand empezo a preguntarse si debia llamar la atencion del hombre sobre su extrano aspecto, pero llego a la conclusion de que le sentaria bien hacer un poco el ridiculo, asi que dijo:
– Siempre creemos en la posibilidad de resolver los casos.
Pero puede llevar tiempo. Tenemos muchas cosas que investigar. Eso puedes citarlo de mi parte.
Eso fue lo ultimo que Myhreng le saco aquel dia a Sand, pero estaba mas que satisfecho.
Martes, 13 de octubre
Los titulares fueron dramaticos. Habian sacado una de las fotografias viejas del cadaver de Ludvig Sandersen y la habian montado junto a un fotografia de archivo de Hansa Olsen, que debia de tener al menos diez anos; estaba desenfocada y, encima, era la ampliacion de una parte de otra foto en la que originalmente aparecia mas gente. El abogado aparecia con expresion de sorpresa y a punto de guinar un ojo, con lo que los ojos adquirian un aire atontado. El titular iba en rojo y cubria parte del montaje fotografico.
«La mafia responsable de dos asesinatos» era el violento mensaje que transmitian. Hakon apenas se reconocia. Leyo la primera plana y las dos paginas enteras que el periodico le habia dedicado al caso. La parte superior de ambas paginas iba encabezada por una banda negra con letras blancas: «El caso de la mafia». Le rechinaron los dientes por la irritacion que le causaba tanta exageracion, pero tras leerlo con mas detenimiento llego a la conclusion de que Myhreng en realidad no decia nada que fuera directamente mentira. Habia estirado los hechos, las especulaciones eran bastante burdas y estaban tan bien camufladas que se podian dar por ciertas, pero habia citado correctamente al fiscal adjunto; por tanto, este no tenia nada de que quejarse.
– En fin, podria haber sido peor -dijo pasandole el periodico a Karen, que ya se estaba familiarizando lo bastante con la oficina como para ir sola a por aquel liquido al que llamaban cafe-. Ya va siendo hora de que me cuentes algo de tu cliente. El tipo sigue en calzoncillos y se niega a decir nada. Puesto que ya sabemos lo que sabemos, lo decente seria que nos ayudaras a seguir adelante.
Se estudiaron el uno al otro. Karen recurrio a una vieja tactica de guerra callada de los viejos tiempos. Le agarro la mirada y se la mantuvo firmemente hasta que todo lo que quedaba mas alla de sus ojos gris verdoso se volvio difuso. Hakon vio las manchitas marrones de su iris, mas abundantes en el ojo derecho que en el izquierdo y no pudo ni pestanear; no se atrevia, no fuera a ser que al volver a abrir los ojos se le hubiera bajado la mirada. Joder, nunca habia conseguido vencer en aquel juego. Ella siempre acababa viendo como el, el perdedor, el mas debil de los dos, bajaba la mirada.
Fue ella la que tuvo que rendirse. A Karen se le llenaron los ojos de lagrimas, pestaneo y aparto la mirada hacia un lado, empujada hacia alla por un leve rubor que habia comenzado en la mejilla izquierda. El vencedor no se regodeo, de hecho le sorprendio su propia actitud porque ella habia dejado su flanco abierto de par en par. Pero lo que hizo fue cogerle las dos manos.
– Lo cierto es que estoy un poco asustado -le dijo con franqueza-. No sabemos mucho de esta banda, o de esta mafia, como la han bautizado ahora, pero sabemos que no son ninos de catequesis. Es probable que el
Le hablo de las anotaciones de Hanne, que ya no estaban en sus manos. Aquello produjo un efecto visible en Karen. Toda su actitud le resultaba desconocida, era como si buscara su proteccion, la de Hakon, a quien habia protegido y maltratado durante toda la epoca de estudiantes.
– ?No tenemos ninguna posibilidad de defenderte como no nos cuentes lo que sabes!
Se dio cuenta de que le estaba estrujando las manos con demasiada fuerza, se le habian puesto ya blancas con manchas rojas por donde se las tenia cogidas. Las solto.
– Han van der Kerch me ha contado algo. No mucho. No quiere que lo transmita, pero si que hay cosas que me ha dado permiso para contaros. No se si seran de utilidad. -Karen se habia sobrepuesto, los hombros volvian a estar en su sitio, al igual que el traje chaqueta-. Iba a recoger el dinero por una entrega. Al contar el fajo de billetes, reparo en que uno de ellos tenia algo garabateado con boligrafo. Un numero de telefono, que se le ha olvidado, y tres letras. Tuvo la impresion de que eran unas iniciales: estaban separadas por puntos. Se acuerda de las letras porque formaban una palabra. J.U.L.
– ?JUL? [2]
– Si, separadas por puntos. Por lo visto se echo a reir y le dijo al tipo que le daba el dinero que no queria billetes estropeados. El hombre le quito el billete y, al parecer, se enfado bastante.
– ?Has pensado en lo que significa eso?
– Si que lo he hecho, si.
Se quedaron callados.
– ?Que has pensado, Karen? -le rogo Hakon en voz baja.
– He pensado que hay un abogado en Oslo con esas iniciales. Solo uno. Lo he comprobado en el registro de colegiados.
– Jorgen Ulf Lavik.
En realidad no era tan impresionante que Hakon lo acertara, habian estudiado con Lavik, que ya por aquella epoca era un personaje popular, un chico con talento, siempre rodeado de gente y comprometido en politica. Durante mucho tiempo, Hakon penso que Karen estaba enamorada de el, extremo que ella siempre habia negado hasta el final. Lavik era bastante conservador y Karen era miembro del consejo del Frente Socialista de la Facultad. En aquella epoca, ese tipo de barreras eran practicamente insuperables y Karen habia caracterizado con frecuencia a su companero de estudios como un «cabron reaccionario», incluso estando el presente. Solo habian colaborado en un par de ocasiones, entre otras cuando lucharon juntos contra la implantacion de cuotas de acceso a los estudios. En relacion con aquella campana, habian llegado a pasar un fin de semana juntos en la cabana de los padres de Karen, en Ula, un viaje que estaba planeado como un seminario de politica estudiantil, pero que acabo siendo un puro fin de semana de juerga. Aquello no contribuyo a mejorar la opinion de Karen sobre Lavik.
– No es que entienda mucho del asunto, pero en el periodico se insinua que unos abogados podrian estar detras de una especie de banda. No soy del todo capaz de imaginarme a Jorgen Ulf Lavik como lider de una banda, pero tendras que tomarte la informacion en lo que valga. -A Sand la informacion le valia bastante, y el valor subio cuando Karen anadio-: Seguro que lo averiguas tu solo, pero para ahorrarte la molestia: Jorgen empezo su carrera de abogado con uno de los puntos calientes del caso. ?Adivinas con quien?
– Peter Strup -respondio Hakon de inmediato, y sonrio de oreja a oreja.
Antes de que Karen abandonara aquella tarde la jefatura de Policia, le prestaron un equipo BB, que a ella le recordo mas bien a un