– Pero ?crees que es tan sencillo que ella se haya vendido al mejor postor?

– No, por desgracia pueden existir otros motivos mas dudosos.

– ?Cuales crees?

El comentador carraspeo.

– El caso es que -respondio- hay mas de diez mil lobbyists en Estocolmo, que solo buscan una cosa: intentar con dinero que los medios y los que toman decisiones hagan lo que les piden sus clientes. Influir en los medios se conoce como «plantar» noticias. Se engana o se compra a un periodista para que haga nuestros encargos.

– ?Crees que este es el caso en este asunto?

– Si, estoy completamente seguro -respondio el comentarista con voz firme-. Parece bastante claro, para cualquiera que tenga algo de conocimiento de este negocio, que los articulos de Annika Bengtzon sobre Christer Lundgren se tratan de una manifiesta «plantacion».

– ?Como puedes saberlo? -pregunto el presentador impresionado.

– Me gustaria presentar una prueba, una secuencia que grabe esta manana en Rosenbad -dijo el comentarista triunfante.

La voz del primer ministro lleno el eter.

– Claro que lo siento por Christer en estos momentos. Esta clase de escritos periodisticos sin base son siempre una gran prueba. Pero os aseguro que esta clase de datos exagerados no tiene la mas minima importancia para el gobierno o el partido. Todos habreis leido el Kvallspressen de hoy, ahi tienen muy claro por que han interrogado a Christer. Resulta que tiene un apartamento junto a Kronobergsparken. Hasta los ministros tienen…

Regreso el estudio.

– Bueno, ahi podemos oirlo nosotros mismos -dijo el comentarista-. El primer ministro nos remite directamente a los datos del periodico y desea que otros medios sigan el ejemplo.

– ?Que responsabilidad tiene el poder, en este caso el gobierno?

– Bueno, debe ser criticado, por supuesto, por aprovecharse de una periodista joven y sin experiencia. Los jovenes becarios de verano sin una rutina fija son, por desgracia, faciles de manipular.

El presentador volvio a tomar la palabra.

– Hemos intentado hablar con el director del Kvallspressen para que pudiera responder a estas criticas, pero nos han informado de que estaba ocupado…

Annika se levanto y se dirigio hacia el cuarto de bano, el suelo se balanceaba. La sensacion fue mas patente cuando entro en el pasillo por detras de la redaccion, donde se vio obligada a apoyarse en la pared. Me estoy rompiendo, penso. No voy a conseguirlo. No voy a llegar. Vomitare en el suelo.

Vomito en el lavabo del cuarto de bano para discapacitados, el desague se atasco cuando intento enjuagar los restos. Se miro en el espejo y se sorprendio al ver que aun seguia completa, estaba como siempre, respiraba y el corazon le latia.

Nunca mas podre salir a la calle, penso. Estoy acabada para siempre. Nunca mas conseguire trabajo. Seguramente no me querran en el Katrineholms-Kuriren, me echaran.

Rompio a llorar.

?Oh Dios mio! ?Donde voy a vivir? Si no puedo pagar el alquiler, ?adonde podre ir?

Se dejo caer sobre el suelo y lloro contra el dobladillo de su falda.

Lyckebo, penso de pronto y dejo de llorar. Me mudare a casa de la abuela. Alli no me encontrara nadie. La abuela se muda al piso en Halleforsnas en octubre, entonces yo me podre ir a vivir alli.

Se sono con un trozo de papel higienico y se seco las lagrimas.

?Si, eso es lo que haria, por supuesto! La abuela le habia prometido que la ayudaria, ella no la defraudaria. Y pertenecia al sindicato, por lo menos recibiria el desempleo durante un ano, luego ya veria. Podria marcharse al extranjero, eso hacia mucha gente. A recoger naranjas a Israel o uvas a Francia, o ?por que no Nueva Zelanda?

Se levanto. Habia muchas salidas.

– Una no debe ser tan jodidamente limitada -se dijo en voz alta.

Se habia decidido. Nunca mas pondria un pie en un periodico, especialmente en este. Recogeria su bolso y la caja con sus apuntes y abandonaria el periodismo para siempre. Llena de resolucion, abrio la puerta.

Aquel balanceo marino no parecia acabar del todo. Se mantuvo cerca de la pared para no caerse.

Al llegar a la mesa de Berit metio rapidamente sus cosas en el bolso.

– Vaya, estas ahi, ?podrias venir a mi despacho un momento?

Era Anders Schyman el nuevo director, ella se volvio, sorprendida.

– ?Quien, yo? -pregunto.

– Si, claro, estoy en la pecera de las cortinas horribles. Ven cuando tengas un momento.

Sintio las miradas furtivas de la redaccion mientras se dirigia al despacho del director.

Una cosa era segura, penso, por lo menos no podia ser peor.

No era una habitacion agradable. Las cortinas gastadas eran verdaderamente horrorosas, el aire estaba cargado y viciado.

– ?Que es lo que huele tan mal? ?No ha vaciado el cenicero?

– No fumo. Es el sofa. No te sientes en el, se pega a la ropa.

Ella permanecio en pie, el se sento en la mesa.

– He llamado a Studio sex -dijo el-. Nunca he visto un ataque personal parecido, y ademas no nos han permitido defendernos. Ya he enviado por fax una denuncia a la Comision de Control de Radio y Television. Es cierto que el jefe de redaccion esta de viaje, pero yo he estado aqui todo el dia. ?Han intentado hablar contigo?

Ella no contesto, cabeceo negativamente.

– Yo conozco al comentarista experto. Trabajo durante un corto periodo de tiempo en mi programa, pero tuve que despedirlo. Era imposible estar con el encerrado en una habitacion. Intrigaba y hablaba mierda de la gente hasta que la redaccion estuvo a punto de venirse abajo. Gracias a Dios no era fijo sino autonomo. Cuando me decidi, se tuvo que marchar aquel mismo dia.

Annika miraba fijamente el suelo.

– Hablando de «plantar» -dijo Anders Schyman y saco un fax de entre el desorden que habia conseguido acumular sobre su mesa-. Hemos recibido una pista anonima sobre un jefe de un partido de derechas que ha sido interrogado en relacion con el asesinato de Josefin.

El le extendio el texto a Annika, ella lo cogio embotada.

– ?Quien lo envia? -pregunto ella.

– Eso mismo me pregunto yo -respondio el director-. ?Ves el numero del remitente, arriba en la esquina? Es de la oficina de publicidad de los socialistas.

– Joder, que epico -dijo ella.

– ?Verdad?

Se quedaron en silencio. Annika tomo impulso.

– Yo no he sido sometida a ninguna «plantacion» -indico ella.

Anders Schyman la miro detenidamente, espero a que continuara.

– Yo no he hablado con nadie de esto, solo un poco con Berit y Anne Snapphane.

– ?Ni siquiera con los jefes de redaccion?

Annika lo nego.

– No mucho -respondio en voz baja.

– ?Asi que lo has cubierto tu sola?

El sonaba algo esceptico, ella se revolvio.

– Bueno, casi -dijo y los ojos se le llenaron de lagrimas-. Yo soy la unica responsable.

– No, no -se apresuro a decir Anders Schyman-, no era eso lo que queria decir. Me parece que la cobertura ha sido buena, por no decir muy buena. El unico fallo es que no tuvieramos nada del puticlub. Tu lo sabias, ?no?

Ella asintio.

– Deberiamos haber escrito sobre esto mucho antes. Pero hacer como el Konkurrenten y Studio sex,

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