consideraba por encima de todo una persona, despues madre, esposa y por ultimo empleada del Kvallspressen. No creia en absoluto en el periodista como enviado de Dios o de cualquier otra fuerza superior. Su propia experiencia tambien le decia que los periodistas que vivian de acuerdo con los mas altos y nobles principios eran generalmente los mas cabrones. Por lo tanto, los demas podian especular con sus fuentes y reirse de su forma de trabajar; no le importaba, confiaba en que su trabajo fuera realmente importante.
Despues de guardar con llave el disquete, escribio un corto articulo sobre la visita a Bertil Milander. Se cino lo mas posible a la realidad, recalco con dignidad que el hombre habia invitado al periodico por iniciativa propia y dejo que expusiera su opinion positiva sobre su esposa. A la hija ni la nombro. Dejo el texto en el deposito de articulos de la redaccion, llamado
Despues se levanto, inquieta, y estiro las piernas dentro de su jaula de cristal. Su despacho estaba entre dos mares, la redaccion de noticias y la de deportes, con paredes de cristal entre ambos. No entraba la luz del dia, solo de forma indirecta desde ambos mares. Para contrarrestar la sensacion de acuario alguno de sus antecesores habia encargado visillos azules de un material opaco que impedia la vision del exterior. Hacia por lo menos cinco anos que nadie se habia preocupado por esas telas y por supuesto nadie las habia lavado jamas. Quiza fueran nuevas y modernas en su tiempo, pero ahora solo eran tristes y deprimentes. Annika deseo que alguien se ocupara de ellas, hiciera algo con ellas, aunque tenia una cosa muy clara: esa persona no seria ella.
Fue a buscar a Eva-Britt Qvist, que trabajaba en el despacho contiguo al suyo. La secretaria de redaccion se habia marchado a casa sin decir nada. El material de documentacion estaba apilado en montones sobre el escritorio, con notitas Post-it sobre cada uno. Annika se sento y comenzo a ojearlo por encima. ?Dios mio, cuanto se habia escrito sobre esta mujer! Cogio la pagina impresa con el titulo «Resumen» y la comenzo a leer. Era un largo articulo dominical de uno de los periodicos de la manana, un calido e inteligente articulo que mostraba el aroma de la persona llamada Christina Furhage. Las preguntas eran directas y concretas, las respuestas de Furhage eran sagaces y rapidas. Sin embargo toda la entrevista giraba alrededor de temas relativamente impersonales, la economia de los Juegos Olimpicos, teorias de organizacion, feminismo y carrera, el significado del deporte en el espiritu humano. Annika analizo el texto y, para sorpresa suya, pudo constatar que Christina Furhage conseguia no hablar de cualquier cosa que fuera personal.
Lo cierto era que todo esto habia salido en un periodico de la manana. La prensa de la manana no se preocupaba de los temas privados, sino solo de los publicos, en otras palabras: solamente trataba de cosas masculinas, politicamente correctas y limpias y evitaba todo lo que fuese delicado, interesante y femenino. Dejo la hoja y revolvio el monton buscando una entrevista en los suplementos de la prensa de la tarde. Claro, ?ahi estaba!, un pequeno recuadro con sus datos: nombre: Ingrid Christina Furhage; familia: esposo e hija; vive: casa en Tyreso; sueldo: alto; fuma: no; bebe: si, agua, vino y cafe; mejor cualidad: que opinen otros; peores defectos: que opinen otros… Annika siguio hojeando, las respuestas del pequeno recuadro eran las mismas durante los ultimos cuatro anos, es decir despues de conseguir la proteccion en el padron. No figuraban los nombres del marido o la hija, y la vivienda que se mencionaba era la casa de Tyreso. Encontro un articulo de hacia seis anos en el suplemento dominical: en el la familia estaba formada por Bertil y Lena. Bueno, ese era el nombre de la hija, seguramente Milander seria el apellido.
Dejo el monton del resumen de articulos y se concentro en el mas pequeno, denominado «Conflictos». Al parecer no habia tenido muchos. El primer articulo trataba de una pelea con un promotor que habia dimitido. No tenia nada que ver con Christina Furhage; solo la citaba al final, que era por lo que el ordenador lo habia seleccionado. El siguiente texto versaba sobre una manifestacion contra los efectos medioambientales del estadio olimpico. Annika se enfado. ?Esto no tenia nada que ver con los conflictos de Christina Furhage! Eva-Britt habia hecho un trabajo horrible. Tendria que ordenarlo. ?Para algo tenia una documentalista en la redaccion de sucesos! Eva-Britt debia seleccionar el material de fondo y asi ahorrar tiempo a los reporteros saturados de trabajo. Annika cogio todo el monton de «Conflictos» y lo hojeo: manifestaciones, protestas, un articulo de debate y… Annika se detuvo. ?Que era esto? Aparto el resto del monton y pesco un pequeno texto al final. «La jefa de los Juegos despide a una secretaria tras una pelea amorosa», decia el titular. Annika no necesito ver quien lo habia publicado. Era, evidentemente, el
– ?Has encontrado algo interesante? -pregunto Berit a su espalda.
Anmka se levanto del borde de la mesa.
– ?Menos mal que has vuelto! No, nada especial, bueno, quiza. Furhage despidio a una joven por tener una relacion con un jefe. Puede estar bien saberlo… ?Tu que has conseguido?
– Bastante. ?Quieres que lo analicemos rapidamente?
– Esperemos a Patrik -respondio Annika.
– ?Aqui estoy! -voceo a lo lejos desde la redaccion-. Solo voy…
– Vayamos a mi despacho -anuncio Annika.
Berit se fue con el abrigo y lo colgo en su despacho. Luego se sento en el viejo sofa de Annika con sus apuntes y una taza de plastico de cafe de maquina.
– He intentado reconstruir las ultimas horas de Christina Furhage. El comite organizador de los Juegos Olimpicos tuvo el viernes por la noche una fiesta en un bar de Kungsholmen. Christina estuvo hasta medianoche. He estado ahi y he hablado con el personal y tambien he hablado a solas con Evert Danielsson, el jefe del comite.
– ?Que bien! -exclamo Annika-. ?Que hizo ella?
– Llego tarde al bar, despues de las diez. Los otros ya habian cenado: bufe de Navidad. Bufe de Navidad basico, en concreto. Se fue con otra mujer, Helena Starke, justo antes de las doce. Luego ya nadie la volvio a ver.
– La explosion fue a las tres y diecisiete, una laguna de tres horas -comento Annika-. ?Que dice esa tal Helena Starke?
– No lo se, tiene un numero de telefono secreto. Esta empadronada en Soder, no he tenido tiempo de ir alli.
– Starke, esta bien, tenemos que conseguirla -dijo Annika-. ?Algo mas? ?Que hizo Furhage antes de ir al bar?
– Danielsson cree que se quedo trabajando en la oficina, pero no esta seguro. Segun parece solia hacer largas jornadas laborales, catorce, quince horas era lo normal.
– Supermujer -murmuro Annika y penso en las alabanzas del marido por su trabajo en casa.
– ?Quien hace
– Alguno de los estilistas de la central. He estado con la familia, no dio para mucho. Gente rara…
– ?En que sentido?
Annika medito.
– El marido, Bertil, era viejo y gris. Estaba bastante desconcertado. Me parecio que admiraba a su mujer mas de lo que la amaba. La hija llego, chillo, lloro y dijo que estaba contenta de que su madre estuviera muerta.
– ?Vaya! -dijo Berit.
– ?Que tal? -pregunto Patrik y entro por la puerta.
– ?Muy bien! ?Y a ti como te va? -inquirio Annika.
– Bien, esto va estar francamente bien -respondio y se sento junto a Berit-. Hasta el momento la policia ha encontrado ciento veintisiete pedazos de Christina Furhage.
Tanto Berit como Annika hicieron muecas incontroladas.
– ?Joder, que asco! ?Eso no lo puedes usar! -dijo Annika.
El joven reportero sonrio imperturbable.
– Han encontrado sangre y dientes hasta en la puerta principal, es decir, en un radio de unos cien