– Y que mas… si, tenia ordenes especificas de no dejar que la hija, Lena, se acercara al coche. Que locura, ?eh?
Annika suspiro ligeramente.
– Nuestra Christina parece que desarrollo una solida paranoia. Aunque sera un articulo sensacional… Christina tenia miedo a que la hicieran volar. Evidentemente, lo de la hija tendremos que censurarlo.
– Si, claro. Ahora estoy detras de la policia para que lo comenten.
– ?Que hace Patrik?
– Todavia no ha llegado, trabajo casi toda la noche. ?Tu donde estas?
– Estoy con Anne Snapphane, he estado hablando con Evert Danielsson. Le van a dejar de lado.
– ?Despedido?
– No, en realidad no, el mismo no lo sabia. No es nada sobre lo que debamos escribir, ?a quien le importa? No quiere ni llorar ni ir al ataque.
– ?Que te conto, entonces?
– No mucho. Sobre todo hablamos de que el fue quien tuvo la relacion amorosa en el comite de los Juegos Olimpicos. Y me dio a entender que Christina tenia muchos enemigos.
– Vaya, vaya, lo que ahora se sabe -dijo Berit-. ?Que mas hacemos?
– Christina estuvo casada y tuvo un hijo. Habia pensado escudrinar un poco por ahi.
– ?Un hijo? Yo escribi ayer su biografia y no tenia ninguno.
– Lo habra ocultado. Me pregunto si tendra mas secretos en el armario…
Colgaron y Annika saco el bloc. En la parte de atras habia escrito el numero del telefono de Helena Starke. Marco las cifras, que empezaban por 702, como es habitual con las de Ringvagen, y espero tener suerte.
Helena Starke habia dormido muy mal y se habia despertado varias veces a causa de horribles pesadillas. Cuando por fin se levanto y miro a traves de la ventana fue a acostarse de nuevo. Llovia, una lluvia asquerosa que aniquilaba todos los colores del trafico. El hedor del armario ya era insoportable; se puso unos vaqueros y bajo a la lavanderia para reservar hora. Estaba todo lleno hasta despues de ano nuevo, logico. Asi que vacio una de las lavadoras que estaban en marcha, metio toda la colada mojada en una cesta y fue a buscar la alfombra. La introdujo en la maquina, puso mucho detergente y salio apresuradamente. Luego se dio una larga ducha para eliminar el olor a vomito del pelo, por ultimo frego el armario y el suelo del recibidor. Penso ir a buscar la alfombra pero desistio, era mejor esperar hasta la noche y dejar que las chismosas se calmaran.
Se fue a la cocina a fumar un cigarrillo. A Christina no le gustaba que fumase, pero ahora ya no importaba. Ya nada importaba. Estaba sentada en la penumbra de la cocina y acababa de dar una segunda calada al cigarrillo cuando sono el telefono que tenia sobre el alfeizar de la ventana.
Era la persona de anoche, aquella mujer del Kvallspressen.
– No se si tengo ganas de hablar con usted -contesto Helena Starke.
– No necesita hacerlo… ?Fuma?
– Si, fumo, ?y que? ?A usted que diablos le importa?
– Nada. ?Por que la llaman «la matona» de Christina?
La mujer se quedo estupefacta.
– ?Que quiere de mi?
– Vuelvo a repetirle que nada. Es Christina quien me interesa. ?Por que no mencionaba a su hijo? ?Le daba verguenza?
La cabeza, de Helena Starke comenzo a dar vueltas. Se sento y apago el cigarrillo. ?Como podia esta persona saber algo acerca del hijo de Christina?
– Murio -dijo-. El nino murio.
– ?Murio? ?Cuando?
– Cuando tenia… cinco anos.
– Vaya, es horrible. Cinco anos, los mismos que Kalle.
– ?Quien?
– Mi hijo; tiene cinco anos. Lo siento. ?De que murio?
– Un melanoma maligno, un tipo virulento de cancer de piel.
– Disculpe por… perdone. No sabia que…
– ?Algo mas? -pregunto Helena Starke y trato de parecer lo mas fria posible.
– Si, varias cosas. ?Tiene tiempo para hablar conmigo un rato?
– No, tengo que lavar la ropa.
– ?Lavar?
– ?De que se asombra?
– No, no, solo que… quiero decir, usted conocia bien a Christina, era intima suya, no creia que usted hiciera estas cosas tan…
– ?Si, la conocia bien! -grito Helena Starke, los ojos arrasados en lagrimas-. ?Yo la conocia mejor que nadie!
– Aparte de la familia, quiza.
– ?Si, eso mismo, la jodida familia! Ese viejo senil y la pirada de su hija. ?Sabia que es una piromana? Si, si, esta completamente loca, se ha pasado la juventud en un psiquiatrico para jovenes. Prendia fuego a todo lo que encontraba. La casa de la juventud de Botkyrka que ardio hace seis anos, ?se acuerda? Fue ella, fue Lena, un caso psiquiatrico, no se la podia dejar en habitaciones amuebladas.
Lloro sobre el auricular, en voz alta y descontrolada; ella misma oyo lo horrible que sonaba, como un extrano animal atrapado en algun sitio. Colgo y dejo que los brazos cayeran sobre la mesa, la frente aterrizo tambien encima de las migas sobre el tablero, y lloro y lloro hasta que se hizo completamente de noche y se sintio exhausta.
Annika apenas podia creer lo que habia oido. Se quedo sentada un rato con el auricular a diez centimetros de la oreja, escuchando en silencio el insoportable grito de Helena Starke.
– ?Que pasa? ?Por que estas asi? -pregunto Anne Snapphane y puso una taza de cafe llena de glogg y un monton de galletas de especias sobre la mesa.
– No es nada -dijo Annika y colgo lentamente el telefono.
Anne Snapphane dejo de mordisquear su galleta.
– Pareces destrozada. ?Que ha pasado?
– Acabo de hablar con una persona que conocia a Christina Furhage. Fue un poco fuerte.
– ?Si?, ?por que?
– Comenzo a llorar, a llorar de verdad. Y eso siempre es desagradable, cuando una aprieta demasiado.
Anne Snapphane asintio y senalo la taza y el monton de galletas.
– Vamos a montaje y asi puedes ver el comienzo de nuestro programa de Nochevieja. Cosas que nosotros recordamos y ellos preferirian olvidar, se llama. Es sobre famosos y escandalos.
Annika dejo el abrigo pero se colgo el bolso del hombro y se bamboleo detras de Anne con todas las galletas de especias. Habia muy poca gente en la emisora; la temporada de producciones habia terminado y la siguiente no comenzaria hasta despues de las fiestas.
– ?Ya sabes que vas a hacer la proxima temporada? -pregunto Annika, mientras bajaban la escalera de caracol hacia el departamento tecnico.
Anne Snapphane hizo una mueca.
– ?Tu que crees? Nada. Al menos espero salir de Sofa de mujer; he presentado todos los enfoques posibles cientos de veces. El me traiciono con mi amiga, mi amiga me traiciono con mi hijo, mi hijo me traiciono con el perro… ?vaya mierda!
– ?Que quieres hacer?
– Cualquier cosa. Quiza me vaya a Malaisia en primavera como reportera en un nuevo proyecto. Dos grupos viviran en una isla desierta y tendran que apanarselas solos antes de regresar. ?Divertido, verdad?
– Me parece aburridisimo -contesto Annika.
Anne Snapphane la observo compasivamente y torcio por otro pasillo.
– Es una suerte que no seas la jefa de programacion. Creo que habra criticas endiabladas y record de