la escuela, el gran almacen con las puertas abiertas, el todoterreno estacionado delante de la fachada. En el primer plano aparecian Manuel, la senora Casales, asi como su asno, todos delante de su antigua casa al borde del precipicio. «Es nuestro pueblo en la montana. Mama esta dentro de casa», habia dicho.

Mary se esforzo en contemplar la «obra» y, bajo la mirada irritada de Philip, le devolvio la pelota a Lisa: «Esta muy bien. Con un poco de suerte, dentro de veinte anos yo tambien estare en el cuadro. Entonces sera mas dificil, pues tendre arrugas. En cambio, tu habras adquirido mas experiencia con los pinceles. Estoy segura de que cuando tengas ganas, lo haras… Tenemos tiempo».

El 16 de enero de 1991, a las siete y catorce minutos de la tarde, el corazon de Estados Unidos se puso a latir al ritmo de las bombas que caian sobre Bagdad. Al termino de un ultimatum que habia expirado la vispera a medianoche, Estados Unidos, junto con las principales fuerzas occidentales, entraba en guerra con Iraq a fin de liberar Kuwait. Dos dias mas tarde la Eastern Airlines cerraba sus puertas, ya no transportaria pasajeros a Miami ni a ningun otro aeropuerto. Cien horas despues del comienzo de las hostilidades terrestres, los ejercitos aliados detenian los combates. Ciento cuarenta y un soldados estadounidenses, dieciocho britanicos, diez egipcios, ocho procedentes de los emiratos y dos franceses habian caido a consecuencia del fuego enemigo. La guerra tecnologica habia acabado con la vida de cien mil militares y civiles iraquies. A finales de abril Lisa recorto un articulo del New York Times, que se aprendio casi de memoria y pego en un gran album. En el se leia que un ciclon habia asolado las costas de Bangladesh, matando a veinticinco mil personas. A finales de la primavera Lisa volvio a casa en un coche de la policia municipal, despues de ser interpelada cuando estaba a punto de pintar una bandera sobre el tronco de un arbol, detras de la estacion. Philip evito que se remitiera un informe al juez al demostrar a los policias, con la ayuda de una enciclopedia, que se trataba de la bandera de Honduras y no de la iraqui.

Lisa fue castigada a permanecer el fin de semana encerrada en su habitacion y Mary le confisco el estuche de dibujo durante un mes.

El ano 1991 se enorgullecia de las esperanzas democraticas que veia nacer: el 17 de junio, en Africa del Sur las leyes del apartheid eran abolidas; el 15, la eleccion de Boris Yeltsin a la presidencia de la Federacion Rusa anunciaba el fin de la URSS. En el mes de noviembre, los primeros combates, iniciados por los setecientos carros blindados yugoslavos que rodeaban Vukovar, Osijek y Vinkovci, anunciaron el inicio de otra guerra que pronto asolaria el corazon de la vieja Europa.

El ano 1992 nacio en medio de un invierno glacial. Dentro de unas cuantas semanas Lisa cumpliria trece anos. Desde lo alto de las colinas de Montclair se veia la ciudad de Nueva York cubierta con un manto gris y blanco. Philip habia apagado la luz de su despacho y se dirigia a su dormitorio, junto a su mujer, que dormia. Se acosto cerca de ella y paso timidamente la mano por su espalda antes de darse la vuelta.

– Echo de menos tu mirada -dijo ella en la oscuridad-. Me doy cuenta de como tus ojos se iluminan cuando miras a Lisa. ?Si yo recibiera de ti aunque solo fuese la cuarta parte de esa mirada! Desde el fallecimiento de Susan tus ojos ya no me miran. En tu interior hay algo que ha muerto y que soy incapaz de resucitar.

– No. Te equivocas. Hago lo que puedo, no siempre es facil y no soy perfecto.

– No puedo ayudarte, Philip, porque la puerta esta cerrada. ?El pasado cuenta para ti mucho mas que el presente y el futuro? Es tan facil renunciar por nostalgia… ?Que formidable dolor pasivo, que admirable muerte lenta! Pero al fin y al cabo tambien es una muerte. Al comienzo de nuestra relacion me contabas tus suenos, tus anhelos. Crei que me reclamabas, acudi a tu lado y, sin embargo, permaneciste prisionero de tu mundo imaginario. Y yo tuve la impresion de ser expulsada de mi propia vida. Yo no te he quitado a nadie, Philip. Estabas solo cuando te encontre. ?Te acuerdas?

– ?Por que dices eso?

– Porque me abandonas y yo no soy la culpable.

– ?Por que te niegas a acercarte a Lisa?

– Ella tampoco desea que me acerque. El acercamiento tiene que ser cosa de dos. Para ti es facil, porque el lugar del padre estaba libre.

– Pero en su corazon hay todo el espacio del mundo.

– ?Eres tu quien lo dice? Tu, que a pesar del amor que te profeso, no eres capaz de hacerme un lugar en el tuyo.

– ?Te doy pena hasta ese punto?

– Mucho mas, Philip. No hay peor soledad que la que se siente en compania de otro. Te amo, pero he pensado en dejarte. ?Que increible incoherencia, que ultraje a la vida! Pero todavia estoy aqui porque te amo. Y tu no me ves. Solo te ves a ti mismo, tu dolor, tus dudas, tus incertidumbres. Sin embargo, a pesar de todo te sigo amando.

– ?Has pensado en dejarme?

– Lo pienso cada manana al levantarme, en las primeras horas de nuestro dia, al verte tomar el cafe en silencio, al observar como te vistes en soledad; cuando te lavas el perfume de mi piel y permaneces bajo el agua demasiado rato; cuando se que en la ducha estas muy lejos de aqui. Cuando te precipitas hacia el telefono en cuanto suena, como si se acabara de abrir una ventana que te permitira escapar un poco mas aun. Y yo me quedo ahi, con un oceano de felicidad ante mis manos, en el que sonaba que nos banariamos juntos.

– Simplemente estoy un poco aturdido -se disculpo el.

– No has aprendido nada, Philip. Observo como te vas haciendo mayor cuando te pasas los dedos por las arrugas que aparecen en tu cara. Desde el primer dia te ame ya viejo. Es asi como supe que deseaba compartir mi vida contigo. La idea de una edad sin limites a tu lado me hacia feliz porque por primera vez en mi vida no tenia miedo a la eternidad, como tampoco a las afrentas del tiempo. Porque cuando me penetrabas sentia tus fuerzas y tus debilidades y me gustaba esa dulce combinacion. Pero sola no puedo inventar nuestra vida, nadie puede. No es posible inventar la vida, solo hay que tener valor para vivirla. Me voy por unos dias. Si continuo a tu lado, acabare por hundirme.

Philip cogio las manos de Mary entre las suyas y las apreto.

– Mi infancia murio con ella y no logro superar el duelo.

– Susan es un pretexto, tu adolescencia tambien. Puedes prolongar eternamente esa parte de tu vida. Todo el mundo puede hacerlo. Se suena con un ideal que uno persigue y acecha, y luego, cuando aparece, se descubre el miedo a vivirlo. El miedo a no estar a la altura de los propios suenos; el miedo de unirlos a una realidad de la que uno es responsable. Es tan facil renunciar a ser adulto, tan facil olvidar las propias faltas y atribuir el error a una fatalidad que oculta nuestra pereza… Si supieses lo cansada que estoy de repente. Tuve el valor, Philip, de amarte tal como eras, de amar tu vida, que era tan complicada como decias al principio. ?Complicada a causa de que? ?De tus tormentos, de tus imperfecciones? ?Creias acaso que detentabas el monopolio?

– ?Estas cansada de mi?

– He pasado todo este tiempo escuchandote, mientras que tu solo te oias a ti mismo. Pero la idea de hacerte feliz me llenaba de alegria, y me reia de los problemas de la vida cotidiana. No tengo miedo de que tu cepillo de dientes este en mi vaso, ni de los ruidos que haces por la noches, ni de tu cara cenuda por la manana. Mi sueno era vivir sin prestar atencion a todo eso. Yo tambien he tenido que aprender a luchar contra mis momentos de soledad, contra mis instantes de vertigo. ?Acaso los veias? Te di todas las razones del mundo para intentar que admitieses que tu Tierra a veces giraba al reves. Pero lo quieras o no gira en un solo sentido. Y, lo quieras o no, ella te lleva encima y tu has de girar con ella.

– Pero ?que ha pasado para que me digas todo esto?

– Nada, precisamente. Me ha bastado ver tu cuerpo que se alejaba un poco mas de mi cada noche; abrir mis ojos y ver tu espalda antes que descubrir tu rostro dormido; sentir como tus manos se deslizaban sin ganas sobre mi cuerpo. Dios mio, como he odiado tus «gracias» cuando te besaba en el cuello. ?Por que no has trabajado un rato mas esta noche? Me hubiese gustado resistir un poco mas y no

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