Y el anuncio decia
Malasia, la autentica Asia.
Estimulado por las vistas y los aromas, comprendera que ha llegado a una tierra de contrastes. Usted busca lo tradicional, lo natural y lo cosmopolita. Sus recuerdos iran desde los dias en la ciudad a las reservas naturales y a las horas sin hacer nada en la playa. Desde 575 ? por persona.
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Otro mundo en cuestion de viajes.
Y habia tres imagenes mas, y eran muy pequenas, y eran un palacio y una playa y otro palacio.
Y este es el aspecto que tenian los orangutanes
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Segui con los ojos cerrados y no mire en ningun momento el reloj. Los trenes que entraban y salian de la estacion lo hacian con ritmo, como la musica o un tambor. Era como contar y decir «Izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha…», algo que Siobhan me enseno a hacer para tranquilizarme. Lo decia en mi cabeza. «Tren que llega. Tren que se para. Tren que se va. Silencio. Tren que llega. Tren que se para. Tren que se va…» como si los trenes estuvieran solo en mi cabeza. Normalmente no me imagino cosas que no estan pasando, porque es una mentira y me hace tener miedo, pero era mejor que ver los trenes entrar y salir de la estacion porque eso me hacia tener mas miedo aun.
Y no abri los ojos y no mire mi reloj. Era como estar en una habitacion oscura con las cortinas corridas, de manera que no podia ver nada, como cuando te despiertas por la noche y los unicos sonidos que oyes son los de dentro de tu cabeza. Eso lo mejoraba, porque era como si la estacion no estuviera alli, fuera de mi cabeza, y yo estuviera en la cama, a salvo.
Y entonces los silencios entre los trenes que venian y se iban se hicieron mas y mas largos. Oia menos personas en la estacion cuando el tren no estaba alli, asi que abri los ojos y mire mi reloj y decia 20.07 y habia estado sentado en el banco aproximadamente 5 horas, pero no me habian parecido 5 horas, excepto porque el trasero me dolia y tenia hambre y sed.
Y entonces me di cuenta de que
Y entonces levante la mirada hacia el techo y vi que habia una caja larga y negra que era un letrero y que decia
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y entonces la linea de abajo avanzo y desaparecio y una linea distinta aparecio en su lugar y el letrero decia
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Y entonces cambio otra vez y decia
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Y entonces oi el sonido como de gente luchando con espadas y el rugido de un tren que entraba en la estacion y deduje que habia un gran ordenador en alguna parte y que sabia donde estaban todos los trenes y enviaba mensajes a las cajas negras en las estaciones para decir cuando llegaban los trenes, y eso me hizo sentir mejor, porque todo tenia un orden y un plan.
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El tren entro en la estacion y se paro y 5 personas subieron al tren y otra persona llego corriendo a la estacion y se subio, y 7 personas bajaron del tren y entonces las puertas se cerraron automaticamente y el tren se fue. Y cuando el siguiente tren llego, ya no tuve tanto miedo, porque el letrero decia asi que yo sabia que iba a pasar.
Y entonces decidi que buscaria a
Y entonces vi dos ratones y eran negros porque estaban cubiertos de porqueria. Y eso me gusto, porque a mi me gustan los ratones y las ratas. Pero no eran
Y entonces vi a
– Dios santo. ?Que haces?
Y me agache para coger a
Y tendi la mano para que pudiese olerme la mano y oler que era yo. Y alguien dijo:
– Sal de ahi, por el amor de Dios.
Y levante la vista y era un hombre que llevaba una gabardina verde y llevaba zapatos negros y se le veian los calcetines y eran grises con pequenos dibujos de diamantes.
Y yo dije:
Y el hombre con los dibujos de diamantes en los calcetines trato de agarrarme del hombro, asi que grite. Y entonces oi el ruido como de gente luchando con espadas y
Y el hombre con los dibujos de diamantes en los calcetines dijo:
– Dios mio, Dios mio.
Y entonces oi el rugido y levante a
Y entonces el rugido se volvio mas fuerte y me volvi en redondo y vi el tren saliendo del tunel y me iba a atropellar y a matar asi que trate de subir de un salto al anden pero estaba muy alto y sostenia a
Entonces el hombre con los dibujos de diamantes en los calcetines me agarro y tiro de mi y yo grite, pero siguio tirando de mi y me levanto hasta el suelo y los dos nos caimos y yo segui gritando porque me habia hecho dano en el hombro. Y entonces el tren entro en la estacion y yo me levante y corri hasta el banco otra vez y me meti a
Y el hombre con los dibujos de diamantes en los calcetines estaba de pie cerca de mi y dijo:
– ?A que cono te crees que estas jugando?
Pero yo no dije nada.