estar en Francia, que es adonde ibamos a veces de vacaciones cuando Madre estaba viva, de camping. A mi no me gustaba nada porque cuando ibas a una tienda o a un restaurante o a una playa no entendias lo que decia la gente y eso daba miedo.
Me lleva mucho tiempo acostumbrarme a la gente que no conozco. Por ejemplo, cuando en el colegio hay un miembro nuevo del equipo de educadores no le hablo durante semanas y semanas. Lo observo hasta saber que no representa un peligro. Entonces le hago preguntas sobre si mismo, si tiene mascotas, cual es su color favorito, que sabe de las misiones espaciales Apolo, y le hago dibujarme un plano de su casa y le pregunto que coche tiene, para asi conocerlo mejor. Entonces ya no me importa si estoy en la misma habitacion que esa persona, y ya no tengo que vigilarla constantemente.
Asi pues, para hablar con otros vecinos de nuestra calle, tenia que ser valiente. Pero si uno quiere hacer de detective, tiene que ser valiente. No tenia eleccion.
Primero hice un plano de nuestra parte de la calle, que se llama calle Randolph, y que era asi
Luego, me asegure de que llevaba la navaja del Ejercito Suizo en el bolsillo y sali. Llame a la puerta del numero 40, que es la de enfrente de la casa de la senora Shears, y eso significa que era mas probable que hubiesen visto algo. La gente que vive en el numero 40 se llama Thompson.
El senor Thompson me abrio la puerta. Llevaba una camiseta que decia
Cerveza.
Mas de 2.000 anos
ayudando a los feos
a tener relaciones sexuales.
El senor Thompson me dijo:
– ?En que puedo ayudarte?
– ?Sabe usted quien mato a
No lo mire a la cara. No me gusta mirar a la gente a la cara, en especial si son desconocidos. Durante unos segundos no dijo nada. Luego pregunto:
– ?Y tu quien eres?
– Soy Christopher Boone, del numero 36, y se quien es usted. Usted es el senor Thompson -dije.
Y el dijo:
– Soy el hermano del senor Thompson.
– ?Sabe quien mato a
– ?Quien cono es Wellington? -dijo el.
– El perro de la senora Shears. La senora Shears es la del numero 41 -dije.
– ?Alguien le mato al perro? -dijo.
– Con una horca -dije yo.
– Dios santo -dijo el.
– Con una horca de jardin -dije yo, no fuera a pensar que me referia a un cadalso. Entonces dije-: ?Sabe usted quien lo mato?
– No tengo ni la mas minima idea -dijo el.
– ?Vio usted algo sospechoso la noche del jueves? -dije yo.
– Oye, hijo -me dijo-, ?de verdad te parece que tienes que andar por ahi haciendo preguntas como esa?
Y yo le dije:
– Si, porque quiero descubrir quien mato a
Y el dijo:
– Bueno, pues el jueves yo estaba en Colchester, asi que le estas preguntando al tipo que no toca.
– Gracias -dije, y me aleje.
No hubo respuesta en la casa del numero 42.
Habia visto a la gente que vivia en el numero 44, pero no sabia como se llamaban. Eran negros, un hombre y una mujer con dos hijos, un nino y una nina. Me abrio la puerta la senora. Llevaba unas botas que parecian botas del ejercito y 5 pulseras de un metal plateado que hacian un ruido tintineante. Me dijo:
– Eres Christopher, ?no?
Dije que si y le pregunte si sabia quien habia matado a
Le pregunte si la noche del jueves habia visto algo sospechoso que pudiera ser una pista.
– ?Como que? -pregunto.
Y yo dije:
– Como algun desconocido. O ruido de gente peleandose.
Pero ella dijo que no.
Y entonces decidi hacer lo que se llama «Probar una Tactica Distinta», y le pregunte si sabia de alguien que quisiera ver triste a la senora Shears.
Y ella me dijo:
– Quiza deberias hablar de esto con tu padre.
Y yo le explique que no podia preguntarselo a mi padre porque la investigacion era un secreto porque el me habia dicho que no me metiera en los asuntos de los demas.
– Bueno, pues a lo mejor tiene razon, Christopher -dijo.
Y yo dije:
– Entonces usted no sabe nada que pueda ser una pista.
– No -dijo ella, y luego dijo-: Ten cuidado, jovencito.
Le dije que tendria cuidado y luego le di las gracias por ayudarme con mis pesquisas y fui al numero 43, que es la casa de al lado de la casa de la senora Shears.
Las personas que viven en el numero 43 son el senor Wise y la madre del senor Wise, que esta en una silla de ruedas, que es por lo que el vive con ella, para asi poder llevarla a las tiendas y a otros sitios.
Me abrio la puerta el senor Wise. Olia a sudor y a galletas rancias y a palomitas, que es como huele una persona cuando no se ha lavado durante una temporada, como Jason, del colegio, que huele porque su familia es pobre.
Le pregunte al senor Wise si sabia quien habia matado a
– Vaya -dijo-, los policias sois cada vez mas jovenes, ?eh? Entonces se rio. A mi no me gusta que la gente se ria de mi, asi que me di la vuelta y me fui.
No llame a la puerta del numero 38, la casa de al lado de la nuestra, porque es gente que toma drogas y Padre dice que no hable nunca con ellos, asi que no lo hago. Ponen la musica muy alta por la noche y a veces, cuando los veo en la calle, me dan un poco de miedo. Ademas, en realidad no es su casa.
Entonces, me di cuenta de que la anciana que vive en el numero 39, al otro lado de la casa de la senora Shears, estaba en su jardin delantero cortando el seto con una podadora electrica. Se llama senora Alexander. Tiene un perro. Es un teckel, asi que probablemente era buena persona porque le gustaban los perros. Pero el perro no estaba en el jardin con ella. Estaba dentro de la casa.
La senora Alexander llevaba vaqueros y zapatillas de deporte, que no es lo que visten los ancianos normalmente. Los vaqueros tenian manchas de barro. Las zapatillas eran unas New Balance. Con los cordones rojos.
Me acerque a la senora Alexander y dije:
– ?Sabe usted que mataron a
Entonces apago la podadora electrica y dijo:
– Me temo que vas a tener que repetirmelo. Soy un poco sorda.
Asi que le dije: