– Yo quiero a Rune Bergman -dijo Wallander-. Rydberg puede hablar con el que come manzanas.
– A las tres tomaremos una decision acerca del arresto -dijo Anette Brolin-. Estare en casa hasta entonces.
Kurt Wallander la acompano hasta la recepcion.
– Habia pensado en sugerirte una cena anoche -dijo-. Pero me salio un imprevisto.
– Habra mas noches -replico ella-. Pienso que esto lo has llevado bien. ?Como supiste que era el?
– No lo supe. Fue solo una intuicion.
La vio dirigirse hacia el centro de la ciudad. Se dio cuenta de que no habia pensado en Mona desde la noche en la que cenaron juntos.
Despues todo ocurrio muy deprisa.
Sacaron a Hanson de la paz dominical y le ordenaron que fuera a buscar a la mujer rumana y a un interprete.
– Los companeros no parecen contentos -dijo Bjork con voz preocupada-. Nunca gusta ir a buscar a alguien del propio cuerpo. Sera un invierno lugubre despues de esto.
– ?Que quieres decir con lugubre? -pregunto Wallander.
– Nuevos ataques al cuerpo de policia.
– Pero tiene la jubilacion anticipada, ?no?
– Es igual. Los periodicos gritaran que el asesino es un policia. Habra nuevas persecuciones contra el cuerpo.
A las diez, Wallander volvio a la casa que estaba tapada con tela de saco y andamios. Cuatro policias de Lund vestidos de paisano habian ido para ayudarle.
– Tiene armas -aviso Wallander mientras todavia estaban en el coche-. Y ha matado a sangre fria. De todas maneras creo que podemos hacerlo con calma. No se imagina que estamos tras el. Dos armas desenfundadas bastaran.
Wallander se habia llevado su arma reglamentaria al salir de Ystad.
Camino de Lund intento recordar cuando la habia llevado por ultima vez. Llego a la conclusion de que habian pasado mas de tres anos desde entonces, cuando la uso para detener a un fugitivo de la carcel de Kumla que se habia hecho un fuerte en una casa de verano en las playas de Mossby.
Estaban en el coche delante de la casa de Lund. Wallander vio que habia trepado considerablemente mas alto de lo que se imaginaba. Si hubiera caido hasta el suelo, se habria roto la espalda.
Por la manana, la policia de Lund habia enviado a un policia disfrazado de repartidor de periodicos para registrar el edificio.
– Vamos a ensayar -dijo Wallander-. ?No hay escalera posterior?
El policia que estaba sentado junto a el en el asiento delantero nego con la cabeza.
– ?Nada de andamios en la parte trasera?
– Nada.
Segun la policia el piso estaba habitado por un hombre llamado Valfrid Strom.
No se encontraba en ningun registro de la policia. Tampoco sabia nadie de que vivia.
A las diez en punto salieron del coche y cruzaron la calle. Un policia se quedo en el portal. Habia un portero automatico, pero no funcionaba. Wallander abrio la puerta con un destornillador.
– Un hombre se quedara en la escalera -dijo-. Tu y yo subiremos. ?Como te llamabas?
– Enberg.
– Tendras nombre propio, ?no?
– Kalle.
– Pues, vamos, Kalle.
Escucharon en la oscuridad delante de la puerta.
Kurt Wallander desenfundo su pistola y le indico a Kalle Enberg que hiciera lo mismo.
Luego llamo al timbre.
Abrio la puerta una mujer vestida con una bata. Wallander la reconocio de la noche anterior. Era la que dormia en la cama de matrimonio.
Escondio la pistola detras de la espalda.
– Somos de la policia -dijo-. Estamos buscando a su marido, Valfrid Strom.
La mujer, que tendria unos cuarenta anos y cara ajada, parecia asustada.
Luego se aparto y los dejo pasar.
De repente, Valfrid Strom estaba delante de ellos. Iba vestido con un conjunto deportivo verde.
– Policia -dijo Wallander-. Te invitamos a que nos acompanes.
El hombre con la calva en forma de media luna le miro fijamente.
– ?Por que?
– Interrogatorio.
– ?Sobre que?
– Lo sabras cuando lleguemos a la comisaria.
Luego Wallander se volvio hacia la mujer.
– Es mejor que tu tambien vengas -ordeno-. Ponte algo de ropa.
El hombre que tenia delante parecia completamente tranquilo.
– No ire si no me explicais por que -dijo-. Quiza podriais empezar identificandoos.
Cuando Wallander metio la mano derecha en el bolsillo interior, no pudo esconder la pistola. La sujeto con la mano izquierda y busco la cartera donde llevaba la placa de policia.
En ese mismo momento Valfrid Strom se le echo encima. Le dio un cabezazo en la frente, en medio del ya hinchado y reventado chichon. Se desplomo hacia atras y la pistola salio despedida de su mano. Kalle Enberg no tuvo tiempo de reaccionar antes de que el hombre desapareciera por la puerta. La mujer gritaba y Wallander buscaba su pistola a tientas. Luego corrio tras el hombre escaleras abajo, mientras gritaba una advertencia a los dos policias que estaban de guardia mas abajo.
Valfrid Strom era rapido. Le dio un codazo en el menton al policia que aguardaba en la porteria. Al hombre que estaba en la calle se le cayo la mitad de la puerta encima cuando Strom se abalanzo hacia fuera. Wallander, que apenas veia por la sangre que le caia por los ojos, tropezo con el policia desmayado en la escalera. Estiro y tiro del seguro de la pistola que se habia encallado.
Luego aparecio en la calle.
– ?Hacia donde se ha ido? -grito al confuso policia que se habia enredado en la tela de saco.
– Izquierda -le contesto.
Corrio. Pudo ver el traje deportivo de Valfrid Strom justo cuando desaparecia por debajo de un viaducto. Se quito el gorro de un tiron y se seco la cara. Unas senoras mayores, que parecian ir de camino a misa, se apartaron asustadas. Corria como un poseso bajo el viaducto a la vez que un tren pasaba por encima traqueteando.
Al subir a la calle, vio que Valfrid Strom paraba un coche, sacaba al conductor de un tiron y se marchaba.
El unico vehiculo que habia cerca era una gran furgoneta que transportaba animales. El conductor estaba sacando un paquete de preservativos de una maquina. Cuando Wallander llego corriendo, pistola en mano y la sangre corriendole por la cara, dejo caer los preservativos y se largo apresuradamente.
Wallander se sento en el asiento del conductor. Detras de el, oyo relinchar a un caballo. El motor ya estaba en marcha y puso la primera.
Penso que habia perdido el coche en que iba Valfrid Strom, cuando volvio a verlo. El coche se paso el semaforo en rojo y continuo por una calle estrecha que llevaba directamente a la catedral. Wallander estiraba las marchas para no perder el coche de vista. Los caballos relinchaban a sus espaldas y noto el olor a estiercol caliente.
En una curva cerrada estuvo a punto de perder el control del vehiculo. Iba derrapando hacia dos coches aparcados en la acera, pero al final logro enderezar el vehiculo de nuevo.
La persecucion le llevo hasta el hospital y luego tuvo que atravesar un poligono industrial. De repente Wallander vio que la furgoneta llevaba telefono movil. Con una mano intento marcar el numero de alarma, mientras que con la otra mantenia el pesado vehiculo en la calzada.