Strom.

– Estos dos senores parecen haber sido miembros de una especie de Ku Klux Klan sueco -dijo Bjork-. Sospecho que tendremos que desenredar un buen lio. Quizas haya mas gente implicada.

Rune Bergman seguia callado. Kurt Wallander sentia un gran alivio de que Bjork hubiera vuelto y pudiera encargarse de todos los contactos con la prensa y los medios de comunicacion. Le escocia y ardia la cara y estaba muy cansado. A las seis por fin pudo llamar a Martinson y hablar con su hermana. Luego fue a buscarla en su coche. Ella se asusto al verle la cara.

– Quiza sea mejor que papa no me vea -dijo-. Te espero en el coche.

Ella ya habia visitado al padre. Aun estaba cansado. Pero se alegro de ver a su hija.

– Creo que no se acuerda mucho de lo que paso aquella noche -dijo ella cuando se acercaban al hospital-. Tal vez sea una suerte.

Kurt Wallander se quedo esperando en el coche mientras ella iba a verlo de nuevo. Cerro los ojos y escucho una opera de Rossini. Cuando ella abrio la puerta del coche, se sobresalto. Se habia dormido.

Juntos fueron a la casa de Loderup.

Kurt Wallander podia notar que su hermana estaba disgustada por aquella dejadez. Entre los dos tiraron la basura maloliente y quitaron la ropa sucia de en medio.

– ?Como ha podido cambiar asi? -pregunto, y Kurt Wallander sentia como si le acusara a el.

A lo mejor ella tenia razon. A lo mejor el podria haber hecho mas. Al menos detectar el decaimiento de su padre a tiempo.

Volvieron a la calle Mariagatan despues de comprar un poco de comida. Durante la cena hablaron de lo que pasaria con el padre.

– En un geriatrico se muere -dijo.

– ?Que alternativas tenemos? -se cuestiono Kurt Wallander-. Aqui no puede vivir. Ni en tu casa. En Loderup tampoco puede ser. ?Que es lo que queda?

Acordaron que, a pesar de todo, seria mejor que el padre se quedara en su casa, con la ayuda regular de un asistente social.

– Nunca me ha querido -dijo Kurt Wallander cuando tomaron cafe.

– Claro que si.

– No desde que decidi ser policia.

– A lo mejor se habia imaginado otra cosa.

– Pero ?que? Nunca dice nada.

Kurt Wallander le preparo la cama a su hermana en el sofa.

Cuando ya no tenian mas que decir sobre el padre, Wallander le conto todo lo que habia sucedido. De repente noto que la vieja confianza que los unia cuando eran ninos habia desaparecido.

«Nos hemos visto poco», penso. «Ni siquiera se atreve a preguntarme por que Mona y yo nos hemos separado.»

Saco una botella de conac medio vacia. Ella nego con la cabeza y Wallander solo lleno su copa.

Las noticias de la noche se centraron en la historia de Valfrid Strom. No delataron la identidad de Rune Bergman. Kurt Wallander sabia que se debia a su pasado como policia. La jefatura nacional tendia cortinas de humo para que la identidad de Rune Bergman permaneciera secreta durante el maximo tiempo posible.

Pero tarde o temprano saldria a la luz, naturalmente.

Justo cuando las noticias terminaron sono el telefono.

Kurt Wallander pidio a su hermana que contestara.

– Averigua quien es y di que veras si puedo ponerme -le rogo.

– Es alguien que se llama Brolin -dijo ella al volver del recibidor.

Se levanto con esfuerzo y contesto.

– Espero no haberte despertado -dijo Anette Brolin.

– En absoluto. Tengo a mi hermana aqui de visita.

– Solo queria llamar para decir que me parece que habeis hecho un trabajo fantastico.

– Mas bien hemos tenido suerte, supongo.

«?Por que me llama?», penso. Se decidio rapidamente.

– ?Una copa? -sugirio.

– Con mucho gusto. ?Donde?

Oyo que estaba sorprendida.

– Mi hermana se va a la cama. ?En tu casa?

– De acuerdo.

Colgo el telefono y volvio al salon.

– No me voy a la cama en absoluto -dijo su hermana.

– Saldre un rato. No me esperes levantada. No se cuanto tiempo estare fuera.

El aire fresco de la noche le facilitaba la respiracion. Entro en la calle Regementsgatan y de pronto sintio un alivio en su interior. Habian resuelto el brutal asesinato de Hageholm en el transcurso de cuarenta y ocho horas. Ya se podian concentrar en el doble asesinato de Lenarp.

Sabia que habia hecho un buen trabajo.

Habia confiado en su intuicion, actuando sin dudar y habia dado buen resultado.

Pensar en la persecucion con la furgoneta de animales le dio escalofrios. Pero aun asi el alivio existia.

Llamo al interfono de la calle y Anette Brolin contesto. Vivia en el segundo piso de una casa de principios de siglo. El piso era grande pero apenas estaba amueblado. Al lado de una pared habia unos cuadros sin colgar.

– ?Gin tonic? -pregunto-. Me temo que no tengo mucho entre lo que puedas elegir.

– Con mucho gusto -contesto-. Ahora me tomaria cualquier cosa, siempre y cuando sea fuerte.

Se sento en el sofa sobre sus pantorrillas, enfrente de el. Wallander penso que estaba muy guapa.

– ?Te has fijado en el aspecto que tienes? -pregunto sonriendo.

– Todo el mundo me lo pregunta -contesto el.

Luego se acordo de Klas Manson. El ladron de tiendas que Anette Brolin no habia querido arrestar. Penso que en realidad no queria hablar del trabajo. Pero no pudo resistirse.

– Klas Manson -dijo-. ?Te acuerdas de su nombre?

Ella asintio con la cabeza.

– Hanson dice que pensaste que nuestra investigacion estaba mal hecha. Que no pensabas permitir un arresto prolongado si no se profundizaba en la investigacion.

– El informe de la investigacion era malo. Escrito de cualquier manera. Pruebas insuficientes. Testigos difusos. Cometeria una falta si pidiera un arresto prolongado basandome en un material de ese tipo.

– La investigacion no es peor que muchas otras. Ademas, olvidas un factor importante.

– ?Cual?

– El hecho de que Klas Manson es culpable. Ha robado tiendas anteriormente.

– Entonces tendreis que exponerlo mejor.

– Yo no creo que el informe este tan mal. Si soltamos al cabron de Manson, delinquira de nuevo.

– No se puede arrestar a la gente de cualquier manera.

Kurt Wallander se encogio de hombros.

– ?Dejaras de soltarlo si te proporciono un testimonio mas extenso? -pregunto.

– Depende de lo que diga el testigo.

– ?Por que eres tan terca? Klas Manson es culpable. Si podemos retenerlo un poco, confesara. Pero si tiene la menor esperanza de librarse, no dira esta boca es mia.

– Los fiscales deben ser tercos. ?Que crees que pasaria con la seguridad de la justicia en este pais si no fuera asi?

Kurt Wallander noto que el alcohol le envalentonaba.

– Esta pregunta tambien puede hacerla un insignificante policia de la provincia -repuso-. Una vez crei que la profesion de policia significaba participar y cuidar de las pertenencias de las personas y de su seguridad. Supongo que todavia lo creo. Pero he visto que la seguridad de la justicia se convierte en una idea huera. He visto que a los jovenes delincuentes mas o menos se los anima a seguir. Nadie interviene. Nadie se preocupa por las victimas de la creciente violencia. Es cada vez peor.

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