– Pues…

– Los barrios bajos. Mi proyecto. Pasemos en coche por alli y te mostrare a las chicas.

La observe al tiempo que la iluminaban los faros de un coche que se aproximaba. Tenia una extrana expresion a la luz cambiante. La luz paso por ella como el foco de una linterna y acentuo algunos rasgos al tiempo que sumergia otros en las sombras. Su entusiasmo era persuasivo. Consulte mi reloj: eran las doce y cuarto.

– De acuerdo.

En realidad, no lo estaba. El dia siguiente seria duro. Pero ella parecia tan entusiasmada que no quise decepcionarla.

Se metio en el coche y deslizo hacia atras el asiento, lo mas lejos posible a fin de conseguir mayor espacio para sus piernas, aunque no suficiente.

Circulamos en silencio durante unos minutos. Siguiendo sus instrucciones me dirigi hacia la parte oeste durante varias manzanas y luego gire al sur en St. Urbain. Rodeamos el borde mas oriental hacia el gueto McGill, una amalgama esquizoide de viviendas de renta limitada para estudiantes, condominios gigantescos y casas de piedra arenisca aburguesadas. Seis manzanas mas adelante giramos a la izquierda por la rue Ste. Catherine. Detras de mi quedaba el nucleo de Montreal. Por el espejo retrovisor distinguia las inminentes formas del Complexe Desjardins y la Place des Arts, desafiandose entre si desde sus esquinas opuestas. Debajo de ellas se encontraba el Complexe Guy-Favreau y el Palais des Congres.

En Montreal la grandeza del centro de la ciudad cede paso rapidamente a la miseria de la parte este. La rue Ste. Catherine lo domina todo. Surgida en la opulencia de Westmount, se extiende hacia el este a traves del centro, hasta el bulevar St. Laurent, en el Main, linea divisoria entre este y oeste. Ste. Catherine es sede de Forum, Eaton's y Spectrum. El centro de la ciudad esta bordeado de enormes edificios y hoteles, con teatros y centros comerciales, pero en St. Laurent quedan atras los complejos de oficinas y condominios, los centros de convenciones y boutiques, los restaurantes y los bares de encuentros para solteros. A partir de alli dominan las prostitutas y los punks. Su ambito se extiende hacia el este, desde el Main a la zona gay que comparten con los camellos y los skinheads. Los turistas y los burgueses que se aventuran como visitantes, se quedan pasmados y evitan el contacto visual: inspeccionan la otra parte para reafirmar el mundo que los separa, pero no permanecen alli mucho tiempo. Aun no habiamos llegado a St. Laurent cuando Gabby me indico que debiamos parar en la derecha. Encontre un espacio frente a La Boutique du Sex y apague el motor del coche. Al otro lado de la calle se encontraba un grupo de mujeres ante la puerta del hotel Granada cuyo letrero ofrecia CHAMBRES TOURISTIQUES, aunque dude que los turistas frecuentaran sus habitaciones.

– Mira, esa es Monique -me indico.

Monique llevaba botas de vinilo rojo hasta medio muslo y minifalda de licra negra tensada hasta el limite, que le cubria sucintamente el trasero. Se distinguia la linea de sus bragas y el bulto que formaba el borde de su camisa blanca de nylon. Sus pendientes de plastico le colgaban hasta los hombros, y mechas de un rosa llamativo destacaban en su cabellera tenida de un negro rotundo. Parecia la caricatura de una prostituta.

– Esa es Candy.

Se referia a una joven con pantalones cortos de color amarillo y botas vaqueras cuyo maquillaje habria hecho palidecer a un piel roja. Era terriblemente joven. Salvo por el cigarrillo y su rostro de payaso, podria haber sido mi hija.

– ?Usan sus verdaderos nombres? -me interese.

Era como estar viendo un cliche.

– No lo se. ?Lo harias tu?

Senalo a una muchacha con zapatillas negras y pantalones cortos.

– Es Poirette.

– ?Que edad tiene?

Yo estaba horrorizada.

– Segun dice, dieciocho, pero debe de tener quince.

Me recoste en el asiento y apoye las manos en el volante. Mientras me las senalaba una tras otra, no podia dejar de pensar en los gibones. Como los monitos, aquellas mujeres se espaciaban a intervalos regulares y dividian el terreno en un mosaico de territorios concretos. Cada una trabajaba su parcela y excluia a las restantes de su especie con el fin de seducir a un macho. Las posturas seductoras, las mofas y pullas, constituian el ritual del cortejo, al estilo sapiens. Sin embargo, aquellas bailarinas no tenian como objetivo la reproduccion.

Adverti que Gabby habia dejado de hablar cuando hubo concluido de pasar lista. Me volvi a mirarla. Estaba frente a mi, pero fijaba sus ojos en algo que se encontraba mas alla de la ventanilla. Tal vez fuera de mi mundo.

– Vamonos -exclamo.

Lo dijo tan quedamente que apenas pude oirla.

– ?Como…?

– ?Vamos!

Su ferocidad me aturdio. Un torrente de palabras llego hasta mis labios, pero su expresion me disuadio de expresarlas.

De nuevo circulamos en silencio. Gabby parecia sumida en sus pensamientos, como si se hubiera trasladado mentalmente a otro planeta. Cuando me detuve ante su apartamento me desconcerto con una nueva pregunta.

– ?Las habian violado?

Rebobine mentalmente el curso de nuestra conversacion. Imposible. Me faltaba otro puente.

– ?Quienes? -pregunte a mi vez.

– Esas mujeres.

?Se referia a las prostitutas o a las victimas del asesino?

– ?Que mujeres?

Durante unos segundos no respondio.

– ?Estoy harta de esta basura! -exclamo. Y sin darme tiempo a reaccionar se apeo del coche y subio la escalera. Su vehemencia me golpeo como una bofetada.

Capitulo 5

Durante las dos semanas siguientes no tuve noticias de Gabby. Tampoco figuraba en las posibles llamadas telefonicas de Claudel quien, al parecer, me habia eliminado del circuito. Tuve noticias de la vida de Isabelle Gagnon por Pierre LaManche.

La mujer vivia con su hermano y su amante en St. Edouard, un vecindario de clase obrera al noreste del centro de la ciudad. Trabajaba en la boutique de su amigo, una tiendecita de St. Denis especializada en ropas y accesorios unisex. Une Tranche de Vie: una rebanada de vida. Al hermano, que era panadero, se le habia ocurrido el nombre. Semejante ironia era deprimente.

Isabelle desaparecio el 1 de abril, viernes. Segun su hermano, solia frecuentar algunos bares de St. Denis y se habia acostado tarde la noche anterior. Creyo haberla oido llegar sobre las dos de la manana, pero no lo comprobo. Ambos hombres marcharon temprano al trabajo a la manana siguiente. Un vecino la vio a la una de la tarde. A Isabelle la esperaban en la boutique a las cuatro, pero no llego. Sus restos se descubrieron nueve semanas despues en el Gran Seminario. Tenia veintitres anos.

LaManche se presento en mi despacho una tarde a ultima hora para ver si habia concluido mi analisis.

– Aparecen multiples fracturas en el craneo -dije-. Ha costado bastante reconstruirlo.

– Oui.

Levante el craneo de su soporte de corcho.

– Fue golpeada por lo menos tres veces. Este es el primer impacto.

Senale una pequena depresion desde cuyo epicentro se extendian hacia el exterior una serie de circulos concentricos, como anillos en una diana de tiro.

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