Nicolai extendio el brazo en busca de ella, atrayendola con el a las sombras.
– Pero el leon ya esta en la habitacion contigo -susurro el contra su oido. Su lengua le rozo una caricia hacia abajo por el cuello, enviando un estremecimietno de calor a enroscarse a traves de su estomago-. No estarias a salvo si tuviera tiempo. Pero los leones estan intranquilos, y mantenerlos calmados es un trabajo a jornada completa. Estare muy agradecido cuando la trampa este desplegada, y nuestro conejo,
– Ve a trabajar entonces. Yo me sentare aqui con Lucca y vere que duerma sin perturbacion. -Isabella dio a Nicolai un empujo hacia el pasadizo.
El le cogio la cara entre las manos y la beso sonoramente, dejandola sin aliento.
Isabella cogio la costura que Sarina atentamente habia dejado para ella, pero era incapaz de pensar con claridad. Dejo caer varias puntadas antes de arreglarselas para conseguir que su respiracion volviera a estar bajo control. Entonces oyo a alguien de nuevo en la puerta. El golpe fue tan suave que casi se lo perdio.
– ?
– Por supuesto. Pero necesitare una doncella para sentarse con el
Los ojos de Brigita se abrieron con sorpresa. Su cara palidecio.
– ?La
– No hay necesidad de una doncella -anuncio Francesca, moviendose fuera de las sombras, obviamente habiendo utilizado el pasadizo oculto-. Y no tienes necesidad de apresurarte, Isabella. Yo velare por el. -Miro a la joven doncella de arriba a abajo, con expresion arrogante.
– Gracias, Francesca -dijo Isabella con obvio alivio.
– ?Que pasa? -Inquirio mientras seguia a la doncella a traves de los salones mientras la chica caminaba mas y mas rapido, con los hombros tensos en silenciosa desaprovacion.
– Una mujer ha venido de una de las granjas. Su marido murio hace varios dias de fiebre, y tiene cuatro
– ?Se ha atraido la atencion de
– Esta ocupado reuniendose con los hombres de
– Por supuesto que no podias -dijo Isabella energicamente.
Brigita la condujo a una pequena habitacion saliendo por la entrada de servicio. La cara de la viuda todavia mantenia una sorpresa estupefacta. Parecia delgada y desesperanzada. Se inclino inmediatamente y estallo en lagrimas ante la vision de Isabella.
– Debe ayudarme a ver al
– Brigita, te de inmediato, y por favor pide a Cook que incluya panecillos dulces. Haz que Sarina te de la llave del almacen, y envia a dos criados a encontrarse con nosotras alli en pocos minutos -Isabella ayudo a la mujer a colocarse en una silla.
Brigita oscilo en una rapida reverencia y se apresuro a alejarse de la viuda gemebunda. Isabella murmuro tranquilizadoras condolencias hasta que Brigita volvio con el te.
– Ahora basta,
Las palabras y el tono tranquilizador de Isabella dieron fin al llanto salvaje y abandonado de la mujer.
– ?Donde esta su hijo mayor? ?Es lo bastante mayor para ayudarla?
– Esta esperando fuera con los pequenos.
– Brigitta se ocupara de los pequenos mientras yo les llevo a usted y a su hijo al almacen en busca de suministros. Tengo dos hombres esperando para ayudarnos a cargar su carreta. Enviare trabajadores a plantar sus cultivos cuando sea el momento, y su hijo puedo trabajar con ellos y aprender.
–
En su prisa por completar su tarea, Isabella no se tomo tiempo para ponerse una capa antes de arrostrar el aire libre. Nubes grises se extendian por el cielo y lanzaban sombras oscuras por la tierra. El viento tiraba de su fino vestido, batiendo su pelo, y entumeciendo sus dedos.
El almacen estaba a alguna distancia del
El almacen era enorme, un edificio grande, gigantesco, que se erguia amenazadoramente hacia arriba muy cerca del muro exterior. Los dos sirvientes estaban esperando cuando Isabella y la
Tomo algo de tiempo encontrar antorchas y lamparas para iluminar adecuadamente el cavernoso almacen a fin de encontrar los suministros que necesitaban. Despues Isabella dirigio a los dos hombres y al joven hijo de la
Isabella se percato justamente de lo fria que estaba realmente cuando se giro para extinguir las antorchas. Llego poco a poco entonces. Lento. Insidioso. Ese terrible conocimiento que retorcia el estomago de que no estaba sola. Miro alrededor cuidadosamente, pero sabia que la entidad la habia encontrado.
Le parecia mal enviar a la viuda y sus hijos solos a la granja sin una escolta cuando el viento estaba aullando una vez mas y la carreta estaba pesadamente cargada. Temia por ellos en la oscuridad con el rencoroso y malevolente ser esperando para golpear.
– Sera mejor que vayais con la
La molestia cruzo la cara del hombre mas joven.
– Yo tengo una casa a la que ir. Una mujer esperando por mi. Hace frio y es tarde. Deje ir a Carlie -Senalo al hombre mas viejo con un tiron de su pulgar.
– Deben ir
El hombre la miro fijamente, sus ojos negros chasqueando con furia reprimida. Por un momento su boca trabajo haciendo pensar que estallaria en una protesta, pero apreto los labios en una dura linea y la paso rozando, golpeandola con fuerza suficiente como para hacerla trastibar. Siguio adelante sin una disculpa, sin mirar atras.
Isabella le miro fijamente, preguntandose si de algun modo habia puesto a la viuda en peligro al proporcionarle una escolta amargada y renuente. Estremeciendose incontrolablemente, se apresuro a apagar de un soplo el resto de las luces, con la excepcion de una linterna que necesitaba para iluminar su camino de vuelta al
Atraves de la puerta abierta pudo ver la neblina cubriendo el terreno. La niebla era espesa y se arremolinaba como un sudario gris y blanco en la oscuridad.
– Justo lo que necesito -mascullo en voz alta, tanteando en su bolsillo en busca de la llave de la puerta del