Salio con una libreta y se sento al lado de Selim Aksoy. Los dos nos miraron muy serios.
– Te dije por telefono que habiamos descubierto una carta en tu ausencia -empezo Turgut-. La carta original esta en eslavo, el antiguo idioma de las iglesias cristianas.
Como ya te dije, la escribio un monje de los Carpatos, y se refiere a sus viajes a Estambul.
A mi amigo Selim le sorprende que no este en latin, pero quizas ese monje era eslavo. ?La leo?
– Por supuesto -dije, pero Helen levanto la mano.
– Un momento, por favor. ?Como y donde la encontraron?
Turgut asintio con aire de aprobacion.
– El senor Aksoy la descubrio en el archivo que ustedes visitaron con nosotros. Se ha pasado tres dias mirando todos los manuscritos del siglo quince que hay en el archivo. Alli encontro una pequena coleccion de documentos de las iglesias infieles, o sea, de las iglesias cristianas que recibieron permiso para seguir abiertas en Estambul durante el reinado del conquistador y sus sucesores. No hay muchos en el archivo, porque solian guardarlos en los monasterios, sobre todo en el patriarcado de Constantinopla. No obstante, algunos documentos eclesiasticos llegaban a manos del sultan, sobre todo si estaban relacionados con nuevos acuerdos establecidos con las iglesias bajo el imperio. Esos acuerdos se llamaban firman. A veces el sultan recibia cartas de… ?Como se dice? Peticiones relacionadas con algunos asuntos eclesiasticos, y esas tambien estan en el archivo.
Tradujo a toda prisa para Aksoy, quien queria que Turgut explicara algo mas.
– Si, mi amigo nos proporciona buena informacion sobre esto. Me recuerda que en cuanto el conquistador se apodero de la ciudad nombro a un nuevo patriarca para los cristianos, el patriarca Gennadius. -Aksoy, que estaba escuchando, asintio energicamente-. El sultan y Gennadius mantenian una amistad muy civilizada. Ya te dije que el sultan fue tolerante con los cristianos de su imperio una vez que los conquisto. El sultan Mehmet pidio a Gennadius que le escribiera una explicacion de la fe ortodoxa, y despues mando traducirla para su biblioteca particular. Hay una copia de esta traduccion en el archivo. Ademas, hay copias de algunos estatutos de las iglesias, los cuales debian ser aprobados por el conquistador, y tambien estan. El senor Aksoy estaba estudiando uno de esos estatutos, el de una iglesia de Anatolia, y encontro esta carta entre dos de las hojas.
– Gracias.
Helen se reclino en los almohadones.
– La pena es que no puedo ensenaros el original, porque no pudimos sacarlo del archivo.
Podeis ir a verlo mientras esteis aqui si quereis. Esta escrito con una hermosa caligrafia, en una pequena hoja de pergamino, con un borde roto. Ahora os leere la traduccion, que hemos hecho. Recordad que es la traduccion de una traduccion, y puede que se hayan perdido algunos detalles en el camino.
Y nos leyo lo siguiente:
Su Excelencia, senor abad Maxim Eupraxius:
Un humilde pecador suplica vuestra atencion. Como ya he descrito, se produjo una gran controversia en esta congregacion desde que nuestra mision fracaso ayer. La ciudad no es un lugar seguro para nosotros, y no obstante pensamos que no podiamos abandonarla sin saber que ha sido del tesoro que buscamos. Esta manana, por la gracia del Todopoderoso, se ha abierto una nueva via, que debo explicaros. El abad de Panachantros, al saber por el abad nuestro anfitrion, su buen amigo, de nuestras penalidades, vino a vernos en persona a Santa Irene. Es un hombre santo y gentil de unos cincuenta anos, que ha vivido su larga vida primero en el Gran Lavra de Azos y ahora, desde muchos anos, es monje y abad de
Panachantros. Nada mas llegar se reunion a solas con nuestro anfitrion y despues hablaron con nosotros en los aposentos de nuestro anfitrion, en completo secreto, tras ordenar que se fueran todos los novicios y criados. Nos dijo que no se habia enterado de nuestra presencia hasta aquella manana, y tras saberlo habia ido a ver a su amigo para darle noticias que no habia querido compartir antes, pues no deseaba poner en peligro ni a el ni a sus monjes. En suma, nos revelo que lo que buscamos ya habia sido transportado desde la ciudad hasta un refugio de las tierras ocupadas de los bulgaros. Nos ha dado las instrucciones mas secretas para que viajemos con seguridad y nos ha dicho el nombre del refugio que hemos de buscar. Nos ibamos a esperar un poco mas aqui, para informaros y recibir vuestras ordenes en este asunto, pero estos abades tambien nos dijeron que algunos jenizaros de la corte del sultan ya han ido a ver al Patriarca para interrogarle sobre la desaparicion de lo que buscamos. Es muy peligroso para nosotros demorarnos incluso un dia, y estaremos mas seguros atravesando las tierras de los infieles que aqui. Excelencia, perdonad nuestra obstinacion en partir sin haber podido solicitaron instrucciones, y que Dios y vos bendigais nuestra decision. En caso necesario, destruire incluso este documento antes de que llegue a vuestras manos e ire a informaros de nuestra busqueda con mi lengua, si antes no me la han
cortado.
El humilde pecador hermano Kiril
Abril, el Ano de Nuestro Senor 6985
Se hizo un profundo silencio cuando Turgut termino. Se paso una mano inquieta por la melena plateada. Helen y yo nos miramos.
– ?El ano 6985? -dije por fin-. ?Que significa eso?
– Los documentos medievales se fechaban calculando la fecha de la creacion segun el Genesis -explico Helen.
– Si -asintio Turgut-. El ano 6985, segun los calculos modernos, corresponde a 1477.
No pude reprimir un suspiro.
– Es una carta muy grafica, y expresa una gran preocupacion por algo. Pero esa no es mi especialidad -dije con pesar-. La fecha me lleva a sospechar alguna relacion con el pasaje que el senor Aksoy descubrio previamente. Pero ?que pruebas tenemos de que el monje que escribio esta carta venia de los Carpatos? ?Por que crees que esta relacionada con Vlad Dracula?
Turgut sonrio.
– Excelentes preguntas, como de costumbre, mi joven dubitativo. Deja que intente
contestarlas. Como ya te he dicho, Selim conoce la ciudad muy bien, y cuando descubrio esta carta y se dio cuenta de que nos podia ser util, se la enseno a un amigo que es el conservador de la antigua biblioteca del monasterio de Santa Irene, que todavia existe. Este amigo se la tradujo al turco, y se intereso mucho por la carta porque hablaba de su monasterio. Sin embargo, no encontro en su biblioteca ninguna documentacion relativa a tal visita en 1477. O no se guardo constancia, o los documentos desaparecieron hace mucho tiempo.
– Si la mision que describe era secreta y peligrosa -indico Helen-, no creo que dejaran pruebas escritas de la misma.
– Muy cierto, querida madame -Turgut asintio con su cabeza mirandola-. En cualquier caso, el amigo de Selim nos ayudo en un asunto importante: investigo las cronicas mas antiguas de la iglesia y descubrio que el abad a quien iba dirigida esta carta, Maxim Eupraxius, fue un gran abad del monte Azos en los ultimos anos de su vida. Pero en 1477, cuando le escribieron esta carta, era abad del monasterio del lago de Snagov.
Turgut pronuncio estas ultimas palabras con enfasis triunfal. Guardamos silencio unos momentos, muy emocionados. Por fin, Helen lo rompio.
– «Somos hombres de Dios, hombres de los Carpatos» -murmuro.
– ?Perdon?
Turgut la miro con renovado interes.
– ?Si! -Repeti la ultima parte-: «Hombres de los Carpatos». Es de una cancion, una cancion popular rumana que Helen descubrio en Budapest.
Les describi la hora que habiamos pasado examinando cancioneros antiguos en la biblioteca de la universidad de Budapest, la hermosa xilografia de la parte superior de la pagina, que reproducia un dragon y una iglesia escondida en una arboleda. Las cejas de Turgut se enarcaron casi hasta el nacimiento del pelo cuando explique esto, y busque a toda prisa entre mis papeles.
– ?Donde la habre metido?
Un momento despues, habia encontrado mi traduccion escrita entre las carpetas de mi maletin (?Dios, si algun dia perdia este maletin!, pense) y se la lei en voz alta, callando de vez en cuando para que Turgut la tradujera a Selim y la senora Bora.
