Me arrodille delante del monje y tome su mano, aunque tuve la impresion de que Helen queria contenerme. Tenia la mano flacida como un pescado muerto, blanca e hinchada, las unas amarillentas y anormalmente largas.
– ?Donde esta Sveti Georgi? -suplique. Experimente la sensacion de que me iba a poner a llorar de un momento a otro, delante de Ranov y Helen, y de esos dos seres disecados en su prision.
Ranov se acuclillo a mi lado, y trato de capturar los ojos errabundos del monje.
– K'de e Sveti Georgi?
Pero el hermano Angel habia clavado su mirada en un mundo muy lejano.
– Angelov fue a Azos y vio el typikon, se interno en las montanas y descubrio el lugar terrible. Tome el numero once hasta su apartamento. Dijo, entra rapido he descubierto algo.
Voy a volver alli para escarbar en el pasado. Oh, oh, estaba muerto en su habitacion, y despues su cuerpo no estaba en el deposito de cadaveres.
El hermano Angel sonrio de una forma que me hizo retroceder. Tenia dos dientes, y las encias estaban carcomidas. El aliento que broto de su boca hubiera matado al mismisimo diablo. Empezo a cantar en voz alta y temblorosa.
El dragon bajo a nuestro valle.
Quemo las cosechas y tomo a las doncellas.
Asusto al turco infiel y protegio a nuestros pueblos.
Su aliento seco los rios y caminamos sobre sus aguas.
Cuando Ranov termino de traducir, el hermano Ivan, el bibliotecario, hablo con cierta agitacion. Aun tenia las manos embutidas en las mangas, pero su rostro se veia animado e interesado.
– ?Que esta diciendo? -suplique.
Ranov meneo la cabeza.
– Dice que habia oido anteriormente esta cancion. Se la enseno una anciana en el pueblo de Dimovo, Baba Yanka, que es una gran cantante, cuando el rio se seco hace mucho tiempo.
Alli se celebran diversas festividades y cantan estas viejas canciones, y ella es la lider de los cantantes. Una de estas festividades se celebrara dentro de dos dias, la fiesta de San Petko. Tal vez quieran ir a escucharla. Les gustara.
– Mas canciones tradicionales -gruni-. Haga el favor de preguntar al senor Pondev, el hermano Angel, si conoce el significado de esa cancion.
Ranov formulo la pregunta con paciencia considerable, pero el hermano Angel siguio haciendo muecas, sin decir nada. Al cabo de un momento, el silencio me llevo al borde del ataque de nervios.
– ?Preguntele si sabe algo sobre Vlad Dracula! -grite-. ?Vlad Tepes! ?Esta enterrado en esta region? ?Ha oido alguna vez su nombre, el nombre de Dracula?
Helen me habia agarrado del brazo, pero yo estaba fuera de mi. El bibliotecario me miraba fijamente, aunque no parecia alarmado, y Ranov me dirigio lo que yo habria calificado de mirada compasiva si hubiera querido prestar mas atencion.
Pero el efecto que obraron mis palabras en Pondev fue horripilante. Empalidecio, y puso los ojos en blanco como grandes canicas. El hermano Ivan salto hacia delante y le agarro cuando se desplomo de la silla. Luego Ranov y el consiguieron tumbarle sobre el jergon.
Era una masa confusa, pies blancos e hinchados que sobresalian de las sabanas, brazos colgando alrededor del cuello de ambos hombres. Cuando acabaron de depositarle en la cama, el bibliotecario fue a buscar agua de un jarro y vertio un poco sobre la cara del pobre hombre. Yo estaba estupefacto. No habia sido mi intencion causar tal angustia, y tal vez habia matado una de las fuentes de informacion que quedaban. Al cabo de un momento interminable, el hermano Angel se removio y abrio los ojos, pero eran unos ojos enloquecidos, cautelosos como los de una bestia acosada, que pasearon aterrorizados por la habitacion como si no pudiera vernos. El bibliotecario le palmeo el pecho y procuro acomodarlo mejor en el catre, pero el anciano monje le aparto las manos, tembloroso.
– Dejemosle -dijo Ranov en tono sombrio-. No se va a morir, de esta…, al menos de momento.
Seguimos al bibliotecario al pasillo, todos en silencio y escarmentados.
– Lo siento -dije, cuando llegamos a la luz tranquilizadora del patio.
Helen se volvio hacia Ranov.
– ?Podria preguntar al bibliotecario si sabe algo mas sobre esa cancion, si sabe de que valle procede?
Ranov y el bibliotecario conferenciaron, y este finalmente nos miro.
– Dice que proviene de Krasna Polyana, el valle que esta al otro lado de aquellas
montanas, al noreste. Si se quedan aqui, podran acompanarle a las festividades del santo que se celebran dentro de dos dias. Puede que la vieja cantante Baba Yanka sepa algo al respecto. Al menos podra decirles donde la aprendio.
– ?Crees que eso nos servira de ayuda? -murmure a Helen. Ella me miro muy seria. -No lo se, pero es lo unico que tenemos. Ya que menciona a un dragon, seguiremos la pista. Entretanto, exploraremos a fondo Bachkovo. Quiza podamos utilizar la biblioteca si el hermano Ivan nos echa una mano.
Me sente cansado en un banco de piedra situado al borde de las galerias.
– De acuerdo -dije.
68
Septiembre de 1962
Querida hija:
?Maldito sea este ingles! Pero cuando intento escribirte en hungaro unas pocas lineas, se al instante que no estas escuchando. Estas creciendo en ingles. Tia padre, convencido de que estoy muerta, te habla en ingles cuando te sube a su hombro. Te habla en ingles mientras te pone los zapatos (hace anos que llevas zapatos de verdad), y en ingles cuando te toma de la mano en un parque. Pero si te hablo en ingles, tengo la sensacion de que no puedes oirme.
No te escribi durante mucho tiempo porque no sentia que estuvieras escuchando en ningun idioma. Se que tu padre cree que estoy muerta, porque nunca ha intentado buscarme. De haberlo hecho, me habria encontrado. Pero no puede oirme en ningun idioma.
Tu madre que te quiere,
Helen
Mayo de 1963
Querida hija:
No se cuantas veces he intentado explicarte en silencio que durante los primeros meses tu y yo fuimos muy felices juntas. Verte despertar de la siesta, tus manos que se movian antes que cualquier otra parte de tu cuerpo, tus parpados que se abrian a continuacion, y luego te estirabas, sonreias, me llenabas por completo. Despues ocurrio algo. No fue algo externo a mi, ni una amenaza externa contra ti. Empece a examinar tu cuerpo perfecto una y otra vez, en busca de alguna herida. Pero la herida la recibi yo, incluso antes de esta incision en el cuello, y no acababa de curarse. Me entro miedo de tocarte, mi angel perfecto.
Tu madre que te quiere,
Helen
Julio de 1963
Querida hija: