adulador. Que tambien se pudra en el infierno. Yo mismo intente encontrarle, me refiero al historiador, pero murio antes de que pudiera atraparle. Aqui estan los informes sobre las campanas de Mehmet, escritas por sus propios aduladores, y sobre la caida de la Gran Ciudad. ?Sabe leer arabe?
– Muy poco -confese.
– Ah. -Parecia divertido-. Tuve la oportunidad de aprender su idioma y escritura mientras era su prisionero. ?Sabe que fui esclavo de ellos?
Asenti, pero procure no mirarle.
– Si, mi propio padre me entrego al padre de Mehmet como garantia de que no
declarariamos la guerra al imperio. Imaginese, Dracula un peon en manos de los infieles.
No perdi el tiempo. Aprendi todo lo que pude sobre ellos con el fin de superarlos en todo. Fue entonces cuando jure hacer historia, no ser su victima. -Su voz era tan feroz que le mire a mi pesar, y distingui aquel terrible fuego en su cara, el odio, la mueca de su boca bajo el largo bigote. Entonces rio, y el sonido fue igualmente aterrador-. Yo he triunfado, y ellos han desaparecido. -Apoyo la mano sobre un esplendido volumen encuadernado en tela-. El sultan me tenia tanto miedo que fundo una orden de caballeros encargada de perseguirme. Aun quedan algunos dispersos en Tsarigrad. Un engorro. Pero cada vez son menos, su numero esta disminuyendo a marchas forzadas, mientras mis sirvientes se multiplican a lo largo y ancho del globo. -Enderezo su cuerpo poderoso-. Venga. Le ensenare mis otros tesoros, y usted me dira como se propone catalogarlos.
Me guio de una seccion a otra, indicando rarezas, y me di cuenta de que mis suposiciones acerca de las pautas de su coleccion eran correctas. Vi un armario de buen tamano lleno de manuales de tortura, algunos de los cuales se remontaban a la antiguedad. Abarcaban las prisiones de la Inglaterra medieval, las camaras de tortura de la Inquisicion, los experimentos del Tercer Reich. Algunos volumenes renacentistas incluian xilografias de instrumentos de tortura, y otros, diagramas del cuerpo humano. Otra seccion de la sala documentaba las herejias religiosas para las que se habian empleado muchos de aquellos manuales de tortura. Otro rincon estaba dedicado a la alquimia, otro a la brujeria, otro a la filosofia del tipo mas inquietante.
Dracula se detuvo ante una gran estanteria y apoyo la mano sobre ella con afecto.
– Esta es de especial interes para mi, y lo sera para usted, creo. Estas obras son mis biografias.
Cada volumen estaba relacionado de alguna manera con su vida. Habia obras de
historiadores bizantinos y otomanos (algunos eran originales muy raros), y sus numerosas reimpresiones a traves de los siglos. Habia folletos medievales rusos, alemanes, hungaros y de Constantinopla, todos los cuales documentaban sus crimenes. No habia oido hablar de muchos de ellos en el curso de mi investigacion, y experimente una oleada irracional de curiosidad, antes de caer en la cuenta de que ya no tenia motivos para terminar la investigacion. Tambien habia numerosos volumenes de tradiciones populares, desde el siglo XVIl en adelante, que versaban sobre la leyenda de los vampiros. Se me antojo extrano y terrible que los incluyera entre sus biografias. Poso su enorme mano sobre una de las primeras ediciones de la novela de Bram Stoker y sonrio, pero no dijo nada. Despues se traslado en silencio hacia otra seccion.
– Esta tambien le interesara de manera especial -dijo-. Son obras de historiadores de su siglo, el veinte. Un siglo estupendo. Ardo en deseos de presenciar el resto. En mis tiempos, un principe solo podia eliminar a los elementos subversivos de uno en uno. Ustedes lo hacen a lo grande. Piense, por ejemplo, en las mejoras alcanzadas desde el maldito canon que derribo las murallas de Constantinopla hasta el fuego divino que su pais de adopcion arrojo sobre las ciudades japonesas hace unos anos. -Me dedico un amago de reverencia, a modo de felicitacion-. Ya habra leido muchas de estas obras, profesor, pero tal vez las
revisara desde una nueva perspectiva.
Por fin me condujo al lado del fuego una vez mas, y encontre otro te humeante al lado de mi butaca. Cuando los dos estuvimos acomodados, se volvio hacia mi.
– No tardare en ir a tomar mi colacion -dijo en voz baja-, pero antes le hare una pregunta. -Mis manos se pusieron a temblar sin que pudiera evitarlo. Hasta el momento habia intentado hablar con el lo menos posible, sin incurrir en su ira-. Ha disfrutado de mi hospitalidad, la maxima que puedo ofrecer aqui, y de mi fe ilimitada en sus dones. Gozara de la vida eterna a la que solo unos pocos seres pueden aspirar. Puede acceder con entera libertad al mejor archivo de su clase que existe sobre la faz de la Tierra. Estan a su disposicion obras muy raras, que no se pueden ver en ningun otro sitio. Todo esto es suyo.
– Se removio en su butaca, como si le costara mantener inmovil durante demasiado tiempo su gran cuerpo de No Muerto-. Ademas, es usted un hombre de raciocinio e imaginacion sin parangon, de afinada precision y profundo discernimiento. Mucho he de aprender de sus metodos de investigacion, de la sintesis de sus fuentes, de su imaginacion. Por todas estas cualidades, asi como por la gran erudicion que alimentan, le he traido aqui, a mi gruta del tesoro.
Hizo una pausa. Mire su cara, incapaz de apartar la vasta. Contemplo el juego.
– Gracias a su inflexible honestidad, es capaz de ver la leccion de la historia -dijo-. La historia nos ha ensenado que la naturaleza del hombre es malvada basta extremos sublimes.
El bien no se puede perfeccionar, pero la maldad si. ?Por que no utiliza su gran mente al servicio de lo que se puede perfeccionar? Le pido, amigo mio, que se sume de buen grado a mi investigacion. Si lo hace, se ahorrara grandes angustias, y me ahorrara a mi considerables problemas. Juntos haremos avanzar el trabajo del historiador hasta extremos inconcebibles. No existe pureza como la pureza de los sufrimientos del historiador. Usted poseera lo que desea todo historiador: la historia sera realidad para usted. Nos lavaremos la mente con sangre.
Entonces me miro fijamente, y sus ojos, con su antiguo conocimiento, centellearon, y sus labios rojos se entreabrieron. Habria sido un rostro de la inteligencia mas exquisita, pense de repente, de no haber sido moldeado por tanto odio. Me esforce por no desfallecer, por no entregarme a el en aquel mismo instante y postrarme de hinojos ante su voluntad. Era un lider, un principe. No toleraba limitaciones. Convoque el amor que habia sentido por todo cuanto habia poseido durante mi vida y forme la palabra con la mayor firmeza posible.
– Nunca.
Su rostro se inflamo, palido, las fosas nasales y los labios se agitaron.
– Morira aqui, sin la menor duda, profesor Rossi -dijo tratando de controlar su ira-. Jamas abandonara estos aposentos vivo, aunque salga de ellos con una nueva vida. ?Por que no poder elegir un poco?
– No -dije sin alzar la voz.
Se levanto, amenazador, y sonrio.
– Entonces trabajara para mi en contra de su voluntad -dijo.
Una oscuridad empezo a formarse ante mis ojos, y me aferre por dentro a mi pequena reserva de… ?que? Senti un hormigueo en la piel y aparecieron estrellas ante mi que brillaban en la oscuridad de la camara. Cuando se acerco mas, vi su rostro sin mascara, una vision tan horrible que no puedo recordarla. Lo he intentado. Despues, no me entere de nada mas durante mucho tiempo.
Desperte en mi sarcofago, a oscuras de nuevo, y pense que era otra vez mi primer dia, mi primer despertar en ese lugar, hasta que me di cuenta de que habia sabido al instante donde me hallaba. Estaba muy debil, mucho mas debil esta vez, y la herida del cuello sangraba y dolia. Habia perdido sangre, pero no tanta como para incapacitarme por completo. Al cabo de un rato consegui moverme, bajar de mi prision. Recorde el momento en que habia perdido la conciencia. Vi, gracias al resplandor de las velas restantes, que Dracula dormia de nuevo en su gran tumba. Tenia los ojos abiertos, vidriosos, los labios rojos, la mano cerrada sobre el cuchillo. Di media vuelta, sumido en el mas profundo horror del cuerpo y el alma, y fui a acuclillarme junto al fuego y a intentar comer los alimentos que me habian
dejado.
Al parecer, su proposito es destruirme de manera gradual, tal vez dejarme abierta hasta el ultimo momento la posibilidad que me ofrecio anoche, con el fin de proporcionarle todo el poder de una mente entregada. Ahora solo tengo un proposito; no, dos: morir con mi personalidad tan intacta como pueda, con la esperanza de que mas tarde pueda contenerme un poco, cuando lleve a cabo las acciones terribles de un No Muerto, y seguir vivo el tiempo suficiente para escribir todo cuanto pueda en este informe, aunque lo mas probable es que se convierta en polvo antes de ser leido. Estas ambiciones son mi unico sosten en este momento. Es el destino mas triste que me podia imaginar.
Tercer dia