Me pregunte que habria pensado de haber sabido que todo el material de mi conferencia lo habia aprendido gracias a una de sus colegas, sentado a la mesa de un restaurante de Estambul.
Eva se acerco y me dio la mano. No sabia muy bien si besarla o estrecharla, pero me decidi por lo ultimo. Parecia aun mas alta y majestuosa en mitad de esa reunion de hombres vestidos con trajes viejos y arrugados. Llevaba un vestido verde oscuro con pesados pendientes de oro, y el pelo, que se rizaba bajo un sombrerito verde, habia cambiado de magenta a negro de la noche a la manana.
Helen se acerco a hablar con ella, y observe que se comportaban con suma formalidad.
Costaba creer que la noche anterior se habia lanzado a sus brazos. Helen me tradujo la felicitacion de su tia.
– Muy buen trabajo, joven. A juzgar por las caras de todo el mundo, comprobe que habia logrado no ofender a nadie, de modo que no debio decir gran cosa, pero usted se yergue en toda su estatura en el estrado y mira a la gente a los ojos. Eso le llevara lejos. -Tia Eva
suavizo estos comentarios con su deslumbrante sonrisa-. He de volver a casa para trabajar un poco, pero manana por la noche cenaremos juntos. Podemos hacerlo en su hotel. -
Ignoraba que ibamos a cenar con ella otra vez, pero me alegro saberlo-. Lamento muchisimo no poder prepararle una buena cena casera, tal como me gustaria, pero si le digo que yo estoy en obras, como el resto de Budapest, se que usted me comprendera. No puedo permitir que un invitado vea mi comedor hecho un desastre. -Su sonrisa era fascinadora, pero consegui extraer dos datos de este discurso: uno, que en esta ciudad de (suponia) diminutos apartamentos, ella tenia comedor; y dos, que estuviera hecho o no un desastre, era demasiado cauta para llevar a su casa a un visitante estadounidense-. He de hablar con mi sobrina. Helen podria venir a mi casa esta noche, si usted puede pasar sin ella.
Helen tradujo todo esto con culpable exactitud.
– Por supuesto -conteste, y devolvi la sonrisa a tia Eva-. Estoy seguro de que tienen que hablar de muchas cosas despues de una separacion tan larga. Por mi parte, ya tengo planes para cenar.
Mis ojos estaban escrutando la sala en busca de la chaqueta de tweed de Hugh James.
– Muy bien.
Me ofrecio de nuevo la mano, y esta vez la bese como un autentico hungaro, la primera vez que besaba la mano de una mujer, y tia Eva se fue.
A este descanso siguio una charla en frances sobre las revueltas campesinas en Francia a principios de la era moderna, y otras conferencias en aleman y hungaro. Las escuche sentado en la parte de atras, al lado de Helen, disfrutando de mi anonimato. Cuando el investigador ruso sobre las republicas balticas abandono el estrado, Helen me aseguro en voz baja que ya habiamos hecho suficiente acto de presencia y que podiamos irnos.
– Aun queda una hora para que cierre la biblioteca. Escapemonos ahora.
– Un momento -dije-. Quiero confirmar mi cita para cenar.
Poco me costo localizar a Hugh James. El tambien me estaba buscando. Acordamos encontrarnos en el vestibulo del hotel de la universidad. Helen iba a tomar el autobus para ir a casa de su tia, y vi en su cara que estaria todo el rato preguntandose que tenia que decirnos Hugh James.
Cuando llegamos, las paredes de la biblioteca universitaria eran de un ocre inmaculado, y me maraville de nuevo de la rapidez con que la nacion hungara se estaba reconstruyendo despues de la catastrofe de la guerra. Hasta el Gobierno mas tiranico no podia ser malo del todo si era capaz de recuperar tanta belleza para los ciudadanos en un plazo tan breve de tiempo. Este esfuerzo debia haber sido espoleado tanto por el nacionalismo hungaro, especule, al recordar los comentarios evasivos de tia Eva, como por el fervor comunista.
– ?En que estas pensando? -me pregunto Helen. Se habia puesto los guantes y de su brazo colgaba con firmeza el bolso.
– Estoy pensando en tu tia.
– Si tanto te gusta mi tia, tal vez mi madre no sea de tu estilo -dijo con una carcajada provocadora-. Pero manana lo sabremos. Ahora, vamos a buscar algo aqui.
– ?El que? Deja de ser tan misteriosa.
Helen no me hizo caso y entramos juntos en la biblioteca franqueando pesadas puertas talladas.
– ?Renacimiento? -susurre a Helen, pero nego con la cabeza.
– Una imitacion del siglo diecinueve. La coleccion original no vino a Pest hasta el siglo dieciocho. Estaba en Buda, como la universidad. Recuerdo que un bibliotecario me conto una vez que muchos de los libros mas antiguos de esta coleccion fueron donados a la biblioteca por familias que huian de los invasores otomanos en el siglo dieciseis. Como ves, debemos algunas cosas a los turcos. ?Quien sabe donde estarian ahora todos estos libros?
Era estupendo volver a entrar en una biblioteca. El olor era como el de casa. Era un edificio neoclasico, todo en madera oscura tallada, balcones, galerias, frescos. Pero lo que atrajo mi atencion fueron las hileras de libros, cientos de miles de ejemplares que tapizaban las salas del suelo al techo, sus encuadernaciones rojas, marrones y doradas formando pulcras filas, sus portadas color marmol y sus guardas suaves al tacto, las vertebras abultadas de sus lomos marrones como huesos viejos. Me pregunte donde habrian estado escondidos durante la guerra, y cuanto habrian tardado en ordenarlos de nuevo en las estanterias reconstruidas.
Algunos estudiantes estaban todavia examinando volumenes, sentados frente a largas mesas, y un joven estaba clasificando pilas de libros detras de un gran escritorio. Helen se detuvo a hablar con el y el hombre asintio. Indico con un gesto que le siguieramos hacia una gran sala de lectura que yo habia vislumbrado a traves de una puerta abierta. Alli nos localizo un enorme infolio, lo dejo sobre una mesa y se fue. Helen se sento y se quito los guantes.
– Si -dijo en voz baja-, creo que es esto lo que recordaba. Mire este volumen justo antes de irme de Budapest el ano pasado, pero no pense que poseyera un gran significado.
Lo abrio por la pagina del titulo y vi que estaba en un idioma desconocido para mi. Las palabras se me antojaron extranamente familiares, pero no pude descifrar ni una.
– ?Que es esto?
Apoye el dedo en lo que me parecio el titulo. La pagina era de papel grueso de buena calidad, impreso con tinta marron.
– Es rumano -me informo Helen.
– ?Sabes leerlo?
– Desde luego. -Apoyo la mano sobre la pagina, cerca de la mia. Observe que nuestras manos eran casi del mismo tamano, aunque la de ella tenia huesos mas finos y dedos estrechos y de extremos cuadrados-. Aqui -dijo-. ?Has estudiado frances?
– Si -admiti, y empece a descifrar el titulo-. Baladas de los Carpatos, 1790.
– Bien -dijo-. Muy bien.
– Creia que no sabias rumano -dije.
– Lo hablo mal, pero mas o menos puedo leerlo. Estudie latin durante diez anos en el colegio, y mi tia me enseno a leer y escribir en rumano. Contra los deseos de mi madre, por supuesto. Ella es muy tozuda. Nunca habla de Transilvania, pero en el fondo de su corazon nunca la ha abandonado.
– ?De que va este libro?
Paso la primera pagina con delicadeza. Vi una larga columna de texto, que no pude entender a primera vista. Ademas del desconocimiento de las palabras, muchas de las letras latinas estaban adornadas con cruces, cedillas, acentos circunflejos y otros simbolos. Se me antojo mas un texto sobre brujeria que una lengua romanica.
– Descubri este libro durante mis ultimas investigaciones, poco antes de partir hacia Inglaterra. No hay mucho material sobre Dracula en esta biblioteca. Encontre unos pocos documentos sobre vampiros en general, porque Matias Corvino, nuestro rey bibliofilo, sentia curiosidad por el tema.
– Hugh dijo lo mismo -murmure.
– ?Que?
– Te lo explicare despues. Continua.
– Bien, no queria dejar ninguna piedra por levantar, asi que lei una enorme cantidad de material sobre la historia de Valaquia y Transilvania. Tarde varios meses. Me obligue a leer lo que habia en rumano. Montones de documentos y cronicas sobre Transilvania estan en hungaro, por supuesto, debido a cientos de anos de dominacion hungara, pero tambien hay documentacion rumana. Esto es una coleccion de textos de canciones populares de Transilvania y Valaquia, publicadas por un recopilador anonimo. Algunas son mucho mas que
